MATEO 28;19-20: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."
jueves, diciembre 28, 2006
miércoles, diciembre 27, 2006
No se quede ahí, ¡levántese!
Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos? Se levantaron pues al anochecer...
–(2 Reyes 7:3,5)
No importa cuán difícil sea la situación en la que usted esté, no importa cuán metido esté en algún problema, en 24 horas usted podría superar esas cosas.
"Oh, hermano, eso es imposible".
Eso es lo que los samaritanos pensaron en 2 Reyes 7. Su tierra estaba siendo asolada por el hambre. Las tropas enemigas tenían sitiada la ciudad y habían cortado toda ruta de suministro. Las madres se comían a sus propios hijos para poder subsistir.
Pero en medio de toda esa tragedia, el Señor le dijo al profeta Eliseo que en 24 horas todo iba a cambiar. La harina y la cebada se venderían por unos cuantos centavos y habría abundancia para todos.
¿De qué se valió Dios para cambiar la situación? ¡De cuatro leprosos! En lugar de sentir lástima de sí mismos y esperar hasta morirse, estos leprosos decidieron levantarse y arriesgarse en el campo enemigo. Cuando llegaron, lo encontraron abandonado. Los ángeles de Dios habían hecho que el ejército entero huyera, y en el campo había quedado suficiente alimento para toda la ciudad de Samaria.
Algunas veces actuamos como lo hicieron los líderes de Samaria. Nos concentramos en el problema en lugar de concentrarnos en la Palabra de Dios. Ponemos tanta atención a la voz del mundo que perdemos la visión de nuestra victoria. Cuando eso sucede, la fe y el poder comienzan a disminuir y la vida se nos derrumba por todos lados.
Si a usted le ha pasado eso, deje de lamentarse, deje de fijarse en el problema y de sentir lástima de sí mismo porque esas cosas no podrán cambiar nada.
Así como Dios dio palabra por medio de Eliseo, también le ha dado a usted palabra: le ha prometido darle la victoria y hacerlo vencedor.
No se quede ahí sentado esperando hasta que muera. No acepte la derrota, sino levántese en fe, afírmese en la Palabra de Dios y pelee por su vida. Enójese con Satanás y échelo fuera. Enójese con la enfermedad y enfurézcase con la pobreza y empiece a dar más.
¡Levántese y reciba la liberación del Señor!
–(2 Reyes 7:3,5)
No importa cuán difícil sea la situación en la que usted esté, no importa cuán metido esté en algún problema, en 24 horas usted podría superar esas cosas.
"Oh, hermano, eso es imposible".
Eso es lo que los samaritanos pensaron en 2 Reyes 7. Su tierra estaba siendo asolada por el hambre. Las tropas enemigas tenían sitiada la ciudad y habían cortado toda ruta de suministro. Las madres se comían a sus propios hijos para poder subsistir.
Pero en medio de toda esa tragedia, el Señor le dijo al profeta Eliseo que en 24 horas todo iba a cambiar. La harina y la cebada se venderían por unos cuantos centavos y habría abundancia para todos.
¿De qué se valió Dios para cambiar la situación? ¡De cuatro leprosos! En lugar de sentir lástima de sí mismos y esperar hasta morirse, estos leprosos decidieron levantarse y arriesgarse en el campo enemigo. Cuando llegaron, lo encontraron abandonado. Los ángeles de Dios habían hecho que el ejército entero huyera, y en el campo había quedado suficiente alimento para toda la ciudad de Samaria.
Algunas veces actuamos como lo hicieron los líderes de Samaria. Nos concentramos en el problema en lugar de concentrarnos en la Palabra de Dios. Ponemos tanta atención a la voz del mundo que perdemos la visión de nuestra victoria. Cuando eso sucede, la fe y el poder comienzan a disminuir y la vida se nos derrumba por todos lados.
Si a usted le ha pasado eso, deje de lamentarse, deje de fijarse en el problema y de sentir lástima de sí mismo porque esas cosas no podrán cambiar nada.
Así como Dios dio palabra por medio de Eliseo, también le ha dado a usted palabra: le ha prometido darle la victoria y hacerlo vencedor.
No se quede ahí sentado esperando hasta que muera. No acepte la derrota, sino levántese en fe, afírmese en la Palabra de Dios y pelee por su vida. Enójese con Satanás y échelo fuera. Enójese con la enfermedad y enfurézcase con la pobreza y empiece a dar más.
¡Levántese y reciba la liberación del Señor!
viernes, diciembre 15, 2006
La mejor riqueza que podemos dejar
La gente no escatima esfuerzos para asegurarse de legar sus propiedades y sus riquezas a los miembros de su familia o a las instituciones benéficas que más aprecian. Lamentablemente, algunas personas pasan tanto tiempo haciendo preparativos para que sus posesiones materiales sean pasadas a otros al morir, que no se fijan en lo que sus vidas pudieran dar ahora mismo.
La posesión más importante de un cristiano es su fe. Aunque la fe implica hacer decisiones personales, nuestros hijos y nuestros amigos pueden recibir de nosotros una herencia de principios rectos y un modelo de vida piadosa.
Una fe digna de ser dejada como herencia se basa en la verdad bíblica y en la segura convicción de que Dios es quien dice ser, y que cumple Sus promesas. Debemos experimentar una relación personal cada vez mayor con Jesús para poder compartirla con los demás. No podemos transmitir principios que sólo hemos leído o escuchado de otros, porque eso no funcionará.
Una pregunta que debemos hacernos es: ¿Me siento cómodo muriendo con la fe que he vivido? Muchas personas escogen con demasiado esmero las filosofías religiosas que guiarán sus vidas, pero descubren en las horas finales de su existencia la falacia de una perspectiva egocéntrica. Una fe digna de ser transmitida puede enfrentar el final de la vida sabiendo que estamos seguros por la eternidad en el Dios vivo, cuyo Hijo murió en el Calvario por nuestros pecados.
Un legado de fe es la mejor riqueza que podemos dejar, no solo a quienes vendrán después de nosotros, sino tambien a nuestros amigos y compañeros. A diferencia del dinero, un buen ejemplo no se puede dilapidar.
La posesión más importante de un cristiano es su fe. Aunque la fe implica hacer decisiones personales, nuestros hijos y nuestros amigos pueden recibir de nosotros una herencia de principios rectos y un modelo de vida piadosa.
Una fe digna de ser dejada como herencia se basa en la verdad bíblica y en la segura convicción de que Dios es quien dice ser, y que cumple Sus promesas. Debemos experimentar una relación personal cada vez mayor con Jesús para poder compartirla con los demás. No podemos transmitir principios que sólo hemos leído o escuchado de otros, porque eso no funcionará.
Una pregunta que debemos hacernos es: ¿Me siento cómodo muriendo con la fe que he vivido? Muchas personas escogen con demasiado esmero las filosofías religiosas que guiarán sus vidas, pero descubren en las horas finales de su existencia la falacia de una perspectiva egocéntrica. Una fe digna de ser transmitida puede enfrentar el final de la vida sabiendo que estamos seguros por la eternidad en el Dios vivo, cuyo Hijo murió en el Calvario por nuestros pecados.
Un legado de fe es la mejor riqueza que podemos dejar, no solo a quienes vendrán después de nosotros, sino tambien a nuestros amigos y compañeros. A diferencia del dinero, un buen ejemplo no se puede dilapidar.
jueves, diciembre 14, 2006
Pacientemente
salmo 40;1-8
Pacientemente esperé a Jehová,
y se inclinó a mí y oyó mi clamor,
y me hizo sacar del pozode la desesperación,
del lodo cenagoso;
puso mis pies sobre peña
y enderezó mis pasos.
Puso luego en mi boca cántico nuevo,
alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos y temerán,
y confiarán en Jehová.
4 ¡Bienaventurado el hombreque puso en Jehová su confianza
y no mira a los soberbios
ni a los que se desvían tras la mentira!
Has aumentado, Jehová, Dios mío,tus maravillas
y tus pensamientos para con nosotros.
No es posible contarlos ante ti.
Aunque yo los anunciaray hablara de ellos,
no podrían ser enumerados.
Sacrificio y ofrenda no te agradan;
has abierto mis oídos;
holocausto y expiaciónno has demandado.
Entonces dije: «He aquí, vengo;
en el rollo del libro está escrito de mí;
el hacer tu voluntad, Dios mío,me ha agradado,
y tu Ley está en medio de mi corazón.
No deseperes, yo tengo cuidado de ti y los tuyos.
Pacientemente esperé a Jehová,
y se inclinó a mí y oyó mi clamor,
y me hizo sacar del pozode la desesperación,
del lodo cenagoso;
puso mis pies sobre peña
y enderezó mis pasos.
Puso luego en mi boca cántico nuevo,
alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos y temerán,
y confiarán en Jehová.
4 ¡Bienaventurado el hombreque puso en Jehová su confianza
y no mira a los soberbios
ni a los que se desvían tras la mentira!
Has aumentado, Jehová, Dios mío,tus maravillas
y tus pensamientos para con nosotros.
No es posible contarlos ante ti.
Aunque yo los anunciaray hablara de ellos,
no podrían ser enumerados.
Sacrificio y ofrenda no te agradan;
has abierto mis oídos;
holocausto y expiaciónno has demandado.
Entonces dije: «He aquí, vengo;
en el rollo del libro está escrito de mí;
el hacer tu voluntad, Dios mío,me ha agradado,
y tu Ley está en medio de mi corazón.
No deseperes, yo tengo cuidado de ti y los tuyos.
miércoles, diciembre 13, 2006
Nos ha bendecido
¿Sabe cuál es el problema que muchos de nosotros tenemos? No es el querer más, sino querer más de lo que los demás tienen. Estamos contentos con la casa que tenemos, hasta que vemos la casa de otro. Estamos contentos con el vehículo que poseemos, hasta que damos una vuelta en el carro nuevo de un amigo. Estamos felices con nuestro trabajo, hasta que escuchamos del trabajo de otros. ¡Necesitamos celebrar la gracia y bondad de Dios en los otros!
Éxodo 20:17 dice: “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.” La palabra “codiciar” quiere decir “desear envidiosamente tener lo que pertenece a otro”. El descontento que surge cuando se comienza con el juego de comparación, típicamente está enraizado en el pecado de codicia... y orgullo.
¿Está teniendo dificultades en regocijarse cuando otros han podido tener niños y usted no? ¿O cuando otros se casan y usted permanece soltero o soltera? ¿O cuando vive en un departamento y otros pueden comprar casa? ¡Oh, si usted supiera el amor que Dios le tiene! La verdad de que “en Cristo somos más que vencedores” es tan cierta para usted como lo es para cualquier otra persona (Romanos 8:28-39).
Gracias a Dios que les ha bendecido, si lo ha hecho. Necesitamos amar a los demás sinceramente y regocijarnos con lo que Dios nos ha provisto en Cristo, sin sumergirnos en el juego de las comparaciones. Efesios 1:3 dice: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”
La bendición de otros no es su pérdida.
Éxodo 20:17 dice: “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.” La palabra “codiciar” quiere decir “desear envidiosamente tener lo que pertenece a otro”. El descontento que surge cuando se comienza con el juego de comparación, típicamente está enraizado en el pecado de codicia... y orgullo.
¿Está teniendo dificultades en regocijarse cuando otros han podido tener niños y usted no? ¿O cuando otros se casan y usted permanece soltero o soltera? ¿O cuando vive en un departamento y otros pueden comprar casa? ¡Oh, si usted supiera el amor que Dios le tiene! La verdad de que “en Cristo somos más que vencedores” es tan cierta para usted como lo es para cualquier otra persona (Romanos 8:28-39).
Gracias a Dios que les ha bendecido, si lo ha hecho. Necesitamos amar a los demás sinceramente y regocijarnos con lo que Dios nos ha provisto en Cristo, sin sumergirnos en el juego de las comparaciones. Efesios 1:3 dice: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”
La bendición de otros no es su pérdida.
martes, diciembre 12, 2006
La regla de oro
mateo 6;25-32
Por tanto os digo: No os angustiéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y, sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se angustie, añadir a su estatura un codo?[ab]
Y por el vestido, ¿por qué os angustiáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
pero os digo que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
Y si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?
No os angustiéis, pues, diciendo: "¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?",
porque los gentiles se angustian por todas estas cosas, pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas ellas.
Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas
Así que no os angustiéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia preocupación. Basta a cada día su propio mal.
Por tanto os digo: No os angustiéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y, sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se angustie, añadir a su estatura un codo?[ab]
Y por el vestido, ¿por qué os angustiáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
pero os digo que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
Y si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?
No os angustiéis, pues, diciendo: "¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?",
porque los gentiles se angustian por todas estas cosas, pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas ellas.
Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas
Así que no os angustiéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia preocupación. Basta a cada día su propio mal.
lunes, diciembre 11, 2006
LA NECESIDAD MÁS GRANDE DEL HOMBRE
Piense en la persona que usted más ama. ¿Cuál es su más profunda preocupación por esa persona? Por ejemplo, si es padre, ¿es su deseo que sus hijos reciban una educación? Si eso es todo lo que desea, usted va a criar un diablillo muy listo. ¿Desea que sus hijos aprendan cultura? Si la cultura es su esperanza, todo lo que está haciendo es hacer del mundo el mejor lugar del cual irse al infierno.
“Bien ―dice usted―, yo quiero que ellos estén materialmente bien, quiero que tengan suficiente.” Déjeme preguntarle: ¿Qué importa que lo tengan todo, si un día morirán y resucitarán para enfrentarse al juicio de un Dios que no conocen?
Vea usted, Jesús vino, no como un filosofo o educador. Tampoco vino como un comunista o trabajador social. Jesús vino como Salvador para suplir a la necesidad más grande del hombre. Él anhelo que usted deber tener para sus seres queridos es que sus necesidades sean satisfechas, y la mayor de ellas es la salvación.
“Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de vida eterna” (Tito 3:4-7).
“Bien ―dice usted―, yo quiero que ellos estén materialmente bien, quiero que tengan suficiente.” Déjeme preguntarle: ¿Qué importa que lo tengan todo, si un día morirán y resucitarán para enfrentarse al juicio de un Dios que no conocen?
Vea usted, Jesús vino, no como un filosofo o educador. Tampoco vino como un comunista o trabajador social. Jesús vino como Salvador para suplir a la necesidad más grande del hombre. Él anhelo que usted deber tener para sus seres queridos es que sus necesidades sean satisfechas, y la mayor de ellas es la salvación.
“Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de vida eterna” (Tito 3:4-7).
viernes, diciembre 08, 2006
Divulgue la paz en esta navidad
repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
–(Lucas 2:13,14)
La Navidad es una temporada muy importante del año. Es la temporada cuando el mundo entero oye el mensaje del nacimiento de Jesús y la gente se vuelve más bondadosa. Es el tiempo perfecto para sembrar semillas de amor en la vida de las personas que encontramos en el camino.
Esas semillas a veces pueden tomar la forma de una palabra amable a alguien en medio del bullicio y trajín de las compras. Otras veces, pueden tomar la forma de una oportunidad de orar por alguien y ministrarle. Pero no importa dónde usted se encuentre, esté preparado para aprovechar cualquier oportunidad para ayudar a los demás.
Es asombroso ver cómo la gente está más dispuesta a oír cuando uno dice las cosas con amor. Mucha gente nunca ha conocido a nadie que de veras le muestre interés y amor. En esta temporada navideña, sea esa clase de persona para con los demás. Divulgue el mensaje de paz que es posible en Jesucristo, y de, su buena voluntad para con los hombre. La palabra dice que cuando dependa de usted este en paz con los demas.
Quién sabe cuántas de esas semillas echen raíces un día y hagan entrar a alguien en el glorioso reino de Dios.
haga de esta navidad, una navidad diferente, sin soledad, melancolia, mas bien comparta, demuestre amor, y si no lo puede dar, mire a su lado que alli hay alguien dispuesto a Dárselo.
–(Lucas 2:13,14)
La Navidad es una temporada muy importante del año. Es la temporada cuando el mundo entero oye el mensaje del nacimiento de Jesús y la gente se vuelve más bondadosa. Es el tiempo perfecto para sembrar semillas de amor en la vida de las personas que encontramos en el camino.
Esas semillas a veces pueden tomar la forma de una palabra amable a alguien en medio del bullicio y trajín de las compras. Otras veces, pueden tomar la forma de una oportunidad de orar por alguien y ministrarle. Pero no importa dónde usted se encuentre, esté preparado para aprovechar cualquier oportunidad para ayudar a los demás.
Es asombroso ver cómo la gente está más dispuesta a oír cuando uno dice las cosas con amor. Mucha gente nunca ha conocido a nadie que de veras le muestre interés y amor. En esta temporada navideña, sea esa clase de persona para con los demás. Divulgue el mensaje de paz que es posible en Jesucristo, y de, su buena voluntad para con los hombre. La palabra dice que cuando dependa de usted este en paz con los demas.
Quién sabe cuántas de esas semillas echen raíces un día y hagan entrar a alguien en el glorioso reino de Dios.
haga de esta navidad, una navidad diferente, sin soledad, melancolia, mas bien comparta, demuestre amor, y si no lo puede dar, mire a su lado que alli hay alguien dispuesto a Dárselo.
jueves, diciembre 07, 2006
Una Relacion Mas Intima
La Palabra de Cristo more en abundancia en vosotros.
–(Colosenses 3:16)
Dios dice "Acércate más a tu Padre celestial, cultiva tu relación con Él. Si no lo haces, no te irá bien; pero si lo haces, verás el derramamiento más glorioso de Dios que jamás podrías imaginarte".
Ese mensaje no es solo para mí, es también para usted y para todo creyente sobre la Tierra. Estamos en los últimos días de la presente era. Cristo va a venir pronto. Es un tiempo emocionante, pero también es un tiempo peligroso. Los que no hagan lo que el Espíritu dice y no se acerquen al Señor irán de calamidad en calamidad. Pero los que lo hagan, vencerán las calamidades y las convertirán en cosas gloriosas, en el nombre de Jesús.
El primer paso para acercarse más a Dios es entender que a Dios se le conoce primero en su Palabra. El tiempo que uno dedica a meditar en el Nuevo Testamento es tiempo que dedica a Jesús; la mayoría de creyentes no se da cuenta de esto. En vez de conocer al Señor por medio de su Palabra, muchos tratan de hacerlo por los sentidos, y, por supuesto, eso no da resultado.
Para que el Espíritu Santo controle su mente es necesario que la Palabra predomine en sus pensamientos; con el tiempo, sus sentimientos seguirán el orden de las cosas.
Tenga presente que Juan 1:1 dice que Jesús es el Verbo, o la Palabra. Eso significa que cuando usted le dedica tiempo a la Palabra, le está dedicando tiempo a Jesús. Cuando la Palabra de Dios mora en usted en abundancia, Jesús también mora en usted en abundancia.
No vaya de calamidad en calamidad, sino que tome esas calamidades y conviértalas en algo glorioso, en el nombre de Jesús. Acérquese más a Jesucristo y a la Palabra de Dios para que le vaya bien en estos tiempos peligrosos.
–(Colosenses 3:16)
Dios dice "Acércate más a tu Padre celestial, cultiva tu relación con Él. Si no lo haces, no te irá bien; pero si lo haces, verás el derramamiento más glorioso de Dios que jamás podrías imaginarte".
Ese mensaje no es solo para mí, es también para usted y para todo creyente sobre la Tierra. Estamos en los últimos días de la presente era. Cristo va a venir pronto. Es un tiempo emocionante, pero también es un tiempo peligroso. Los que no hagan lo que el Espíritu dice y no se acerquen al Señor irán de calamidad en calamidad. Pero los que lo hagan, vencerán las calamidades y las convertirán en cosas gloriosas, en el nombre de Jesús.
El primer paso para acercarse más a Dios es entender que a Dios se le conoce primero en su Palabra. El tiempo que uno dedica a meditar en el Nuevo Testamento es tiempo que dedica a Jesús; la mayoría de creyentes no se da cuenta de esto. En vez de conocer al Señor por medio de su Palabra, muchos tratan de hacerlo por los sentidos, y, por supuesto, eso no da resultado.
Para que el Espíritu Santo controle su mente es necesario que la Palabra predomine en sus pensamientos; con el tiempo, sus sentimientos seguirán el orden de las cosas.
Tenga presente que Juan 1:1 dice que Jesús es el Verbo, o la Palabra. Eso significa que cuando usted le dedica tiempo a la Palabra, le está dedicando tiempo a Jesús. Cuando la Palabra de Dios mora en usted en abundancia, Jesús también mora en usted en abundancia.
No vaya de calamidad en calamidad, sino que tome esas calamidades y conviértalas en algo glorioso, en el nombre de Jesús. Acérquese más a Jesucristo y a la Palabra de Dios para que le vaya bien en estos tiempos peligrosos.
miércoles, diciembre 06, 2006
La soberanía de Jesús y Su protectora presencia
Las tormentas de la vida pueden hacernos sentir inseguros de nuestra dirección. Los discípulos sabían que estaban en el mar de Galilea, dirigiéndose a Genesaret, pero en medio del fuerte viento no podían determinar su dirección ni a qué distancia estaba la costa. Las luces que los orientaban en el cielo estaban oscurecidas, y sus sentidos atacados por la tormenta. ¿Ha sentido lo mismo alguna vez? Pensemos en lo que aprendieron los discípulos, y nos servirá de ayuda.
La soberanía de Jesús. Jesús demostró Su soberanía sobre la Naturaleza y sobre nuestras vidas. Dios tiene el control absoluto, no hay ningún momento en el que no esté guiando nuestras tormentas. Los vientos soplaron, fuertemente y las olas se levantaron a más no poder. Pero Jesús sabe dónde estamos, hacia dónde vamos, y conoce la fiereza de la tormenta. Recuerde: Aquél que murió en nuestro lugar, sostiene el futuro y también nos sostiene a nosotros porque nos ama.
La protección de Jesús. Jesús demostró Su poder protector en esta tempestad. Protegió a los discípulos en la barca, y protegió a Pedro en el agua. Pero no deje de ver una lección esencial: Jesús dejó que Pedro se hundiera lo suficiente, para que reconociera su insuficiencia y se volviera al Señor para que Él lo salvara. Nos protege el recordar que somos absolutamente incapaces sin Jesús, y que debemos volvernos rápidamente a Él.
La soberanía de Jesús y Su protectora presencia llevaron a los discípulos a adorarle como el Hijo de Dios.
La soberanía de Jesús. Jesús demostró Su soberanía sobre la Naturaleza y sobre nuestras vidas. Dios tiene el control absoluto, no hay ningún momento en el que no esté guiando nuestras tormentas. Los vientos soplaron, fuertemente y las olas se levantaron a más no poder. Pero Jesús sabe dónde estamos, hacia dónde vamos, y conoce la fiereza de la tormenta. Recuerde: Aquél que murió en nuestro lugar, sostiene el futuro y también nos sostiene a nosotros porque nos ama.
La protección de Jesús. Jesús demostró Su poder protector en esta tempestad. Protegió a los discípulos en la barca, y protegió a Pedro en el agua. Pero no deje de ver una lección esencial: Jesús dejó que Pedro se hundiera lo suficiente, para que reconociera su insuficiencia y se volviera al Señor para que Él lo salvara. Nos protege el recordar que somos absolutamente incapaces sin Jesús, y que debemos volvernos rápidamente a Él.
La soberanía de Jesús y Su protectora presencia llevaron a los discípulos a adorarle como el Hijo de Dios.
martes, diciembre 05, 2006
¿Avance o retroceso?
Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.
–(Hebreos 2:1)
A todos nos ha sucedido: llegamos a conocer un poco la Palabra de Dios, obtenemos algunas victorias, por vez primera en muchos años nos va muy bien en la vida, pero, de pronto, nos desviamos del camino y nuestro mundo se derrumba, y tenemos que volver a empezar de nuevo.
Eso fue lo que les sucedió a los creyentes para quienes se escribió la carta a los Hebreos. Habían avanzado tanto en la vida espiritual que ya podían ser maestros, pero luego se desviaron tanto del camino que fue necesario volver a alimentarlos como a niños de pecho (véase Hebreos 5:12).
¿Qué los hizo desviarse tanto? Pues, dejaron que otros asuntos se interpusieran en el camino de la fe y se olvidaron de las promesas de Dios, y como resultado de ello se desviaron. Esto mismo le ha sucedido a multitud de creyentes en los últimos años.
"Bueno, hermano - dicen algunos - , estamos cansados de este asunto de la fe. La verdad es que no tenemos tanto tiempo para estar en la Palabra".
Esos creyentes se han olvidado de las promesas de Dios. No es que han dejado de creer en ellas, es que están más interesados en otras cosas. Han bajado mucho su nivel de conocimiento de la Palabra, por tanto, su nivel de fe ha bajado y han sufrido derrotas en aspectos de sus vidas que antes habían vencido.
No permita que eso le suceda a usted. Cuando las cosas vayan bien, no sólo disfrute las bendiciones de Dios, sino que profundice en lo que Él tiene para usted. No se olvide de las promesas de Dios, sino concéntrese en seguir adelante y en fortalecerse espiritualmente no solo para que le sea suplido lo que necesita, sino para ayudar a los demás en sus necesidades.
Recuerde: nivel bajo de la Palabra = nivel bajo de fe = desviación.
No se distraiga mucho en disfrutar las victorias de hoy para que el mañana no termine en derrota. Examine las cosas que ha aprendido. Ponga más atención a la Palabra. Siga avanzando por la fe para que cuando Satanás y sus secuaces le vean venir, digan: "Oh, no. Ahí viene otra vez ese hombre de fe tras nosotros".
–(Hebreos 2:1)
A todos nos ha sucedido: llegamos a conocer un poco la Palabra de Dios, obtenemos algunas victorias, por vez primera en muchos años nos va muy bien en la vida, pero, de pronto, nos desviamos del camino y nuestro mundo se derrumba, y tenemos que volver a empezar de nuevo.
Eso fue lo que les sucedió a los creyentes para quienes se escribió la carta a los Hebreos. Habían avanzado tanto en la vida espiritual que ya podían ser maestros, pero luego se desviaron tanto del camino que fue necesario volver a alimentarlos como a niños de pecho (véase Hebreos 5:12).
¿Qué los hizo desviarse tanto? Pues, dejaron que otros asuntos se interpusieran en el camino de la fe y se olvidaron de las promesas de Dios, y como resultado de ello se desviaron. Esto mismo le ha sucedido a multitud de creyentes en los últimos años.
"Bueno, hermano - dicen algunos - , estamos cansados de este asunto de la fe. La verdad es que no tenemos tanto tiempo para estar en la Palabra".
Esos creyentes se han olvidado de las promesas de Dios. No es que han dejado de creer en ellas, es que están más interesados en otras cosas. Han bajado mucho su nivel de conocimiento de la Palabra, por tanto, su nivel de fe ha bajado y han sufrido derrotas en aspectos de sus vidas que antes habían vencido.
No permita que eso le suceda a usted. Cuando las cosas vayan bien, no sólo disfrute las bendiciones de Dios, sino que profundice en lo que Él tiene para usted. No se olvide de las promesas de Dios, sino concéntrese en seguir adelante y en fortalecerse espiritualmente no solo para que le sea suplido lo que necesita, sino para ayudar a los demás en sus necesidades.
Recuerde: nivel bajo de la Palabra = nivel bajo de fe = desviación.
No se distraiga mucho en disfrutar las victorias de hoy para que el mañana no termine en derrota. Examine las cosas que ha aprendido. Ponga más atención a la Palabra. Siga avanzando por la fe para que cuando Satanás y sus secuaces le vean venir, digan: "Oh, no. Ahí viene otra vez ese hombre de fe tras nosotros".
lunes, diciembre 04, 2006
¿ Por que estoy aqui en la tierra ?
Piense en esto: nuestro Dios, quien creó al mundo y que es el Señor de todo, quiere que hallemos placer en nuestra unión con Él. Su Palabra nos enseña que Él “nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos” (1 Ti. 6:17). Pero la cosa más importante que Dios nos ha dado para que disfrutemos, es Él mismo. Estamos llamados a encontrar satisfacción en nuestra relación con Él.
Uno de los secretos para tener una relación satisfactoria, es la aceptación. El ser aceptados por alguien que se preocupa por nosotros a pesar de nuestras faltas, nos hace libres para disfrutar de la amistad. Lo mismo es verdad en nuestra relación con Dios. Nuestro amoroso Padre celestial sabe quiénes somos y, por la obra de Jesús en la cruz, nos acepta como Sus hijos. Nosotros, que una vez fuimos sus enemigos, hemos sido ahora aceptados en Su familia. Y al ser aceptado permanentemente por Dios, somos libres para disfrutar de una preciosa intimidad con Él.
Hay ciertas acciones que podemos emprender, que harán mayor nuestro gozo del Señor. Alabar a Dios por lo que Él es, es decir, por Sus atributos, regocijará nuestro corazón . Pasar tiempo con Él, conocerlo y escucharlo, aumentará nuestra intimidad con Dios y alegrará nuestros espíritus. Y el negarnos a creer en las mentiras del diablo, tales como “tu pecado es demasiado grande para que puedas ser perdonado”, nos capacita para descubrir el amor de Dios de una manera más profunda, y para conocer el gozo del perdón.
¿Está experimentando el gozo y la libertad que surgen de saber que Dios le acepta?
Uno de los secretos para tener una relación satisfactoria, es la aceptación. El ser aceptados por alguien que se preocupa por nosotros a pesar de nuestras faltas, nos hace libres para disfrutar de la amistad. Lo mismo es verdad en nuestra relación con Dios. Nuestro amoroso Padre celestial sabe quiénes somos y, por la obra de Jesús en la cruz, nos acepta como Sus hijos. Nosotros, que una vez fuimos sus enemigos, hemos sido ahora aceptados en Su familia. Y al ser aceptado permanentemente por Dios, somos libres para disfrutar de una preciosa intimidad con Él.
Hay ciertas acciones que podemos emprender, que harán mayor nuestro gozo del Señor. Alabar a Dios por lo que Él es, es decir, por Sus atributos, regocijará nuestro corazón . Pasar tiempo con Él, conocerlo y escucharlo, aumentará nuestra intimidad con Dios y alegrará nuestros espíritus. Y el negarnos a creer en las mentiras del diablo, tales como “tu pecado es demasiado grande para que puedas ser perdonado”, nos capacita para descubrir el amor de Dios de una manera más profunda, y para conocer el gozo del perdón.
¿Está experimentando el gozo y la libertad que surgen de saber que Dios le acepta?
jueves, noviembre 30, 2006
Acción de gracias por la victoria
salmo
(2 S 22.1-7)
1 Te amo, Jehová, fortaleza mía.
2 Jehová, roca mía y castillo mío,mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
mi escudo y la fuerza de mi salvación,mi alto refugio.
3 Invocaré a Jehová,quien es digno de ser alabado,
y seré salvo de mis enemigos.
4 Me rodearon los lazos de la muerte
y los torrentes de la destrucción me atemorizaron.
5 Los lazos del seol me han rodeado,
me tendieron redes de muerte.
6 En mi angustia invoqué a Jehová
y clamé a mi Dios.
Él oyó mi voz desde su templo
y mi clamor llegó hasta sus oídos.
7 La tierra fue conmovida y tembló;
se conmovieronlos cimientos de los montes
y se estremecieron,porque se indignó él.
(2 S 22.1-7)
1 Te amo, Jehová, fortaleza mía.
2 Jehová, roca mía y castillo mío,mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
mi escudo y la fuerza de mi salvación,mi alto refugio.
3 Invocaré a Jehová,quien es digno de ser alabado,
y seré salvo de mis enemigos.
4 Me rodearon los lazos de la muerte
y los torrentes de la destrucción me atemorizaron.
5 Los lazos del seol me han rodeado,
me tendieron redes de muerte.
6 En mi angustia invoqué a Jehová
y clamé a mi Dios.
Él oyó mi voz desde su templo
y mi clamor llegó hasta sus oídos.
7 La tierra fue conmovida y tembló;
se conmovieronlos cimientos de los montes
y se estremecieron,porque se indignó él.
miércoles, noviembre 29, 2006
Un corazón orgulloso
El orgullo es engañoso. La persona orgullosa es a menudo la última que se entera de lo que hay en su corazón. Nuestra propia importancia nos hace desear ser el número uno. En vez de procurar ser mejores personas, estamos resueltos a ser mejores que los demás.
Para llegar a tener esa posición sobre los demás, constantemente estaremos apuntando hacia nosotros mismos como los mejores, y buscando la alabanza y los halagos de los demás. Muchas veces decidimos estar alrededor de personas importantes y apreciadas, pero tendemos a ignorar a los menos admirados. Esto es lo opuesto a la manera como Jesús trataba a las personas. Él mostró compasión hacia la mujer adúltera, pero se refirió a los fariseos como sepulcros blanqueados.
Mientras buscamos la prominencia exteriormente, nuestro espíritu se vuelve rebelde interiormente. Nos negamos a obedecer a Dios porque creemos saber más que Él.
Para dominar nuestra desobediencia y poner a nuestro orgullo bajo el control de Dios, tenemos que reconocer las partes específicas de nuestra vida que han sido afectadas. Al confesar esas áreas, damos el primer paso hacia el sometimiento porque volvemos a centrar nuestra atención en Dios. Debemos estar vigilantes contra una actitud de orgullo. Podemos eliminarla si recordamos lo que Dios ha hecho en nuestra vida, y de lo que Él nos salvó.
El orgullo nos llevará a compararnos con los demás. Encontraremos a alguien a quien podamos aventajar en logros, o en ropa, o en inteligencia, pero la persona con quien debemos compararnos es Jesucristo, y siempre encontraremos que no estamos a Su altura.
Para llegar a tener esa posición sobre los demás, constantemente estaremos apuntando hacia nosotros mismos como los mejores, y buscando la alabanza y los halagos de los demás. Muchas veces decidimos estar alrededor de personas importantes y apreciadas, pero tendemos a ignorar a los menos admirados. Esto es lo opuesto a la manera como Jesús trataba a las personas. Él mostró compasión hacia la mujer adúltera, pero se refirió a los fariseos como sepulcros blanqueados.
Mientras buscamos la prominencia exteriormente, nuestro espíritu se vuelve rebelde interiormente. Nos negamos a obedecer a Dios porque creemos saber más que Él.
Para dominar nuestra desobediencia y poner a nuestro orgullo bajo el control de Dios, tenemos que reconocer las partes específicas de nuestra vida que han sido afectadas. Al confesar esas áreas, damos el primer paso hacia el sometimiento porque volvemos a centrar nuestra atención en Dios. Debemos estar vigilantes contra una actitud de orgullo. Podemos eliminarla si recordamos lo que Dios ha hecho en nuestra vida, y de lo que Él nos salvó.
El orgullo nos llevará a compararnos con los demás. Encontraremos a alguien a quien podamos aventajar en logros, o en ropa, o en inteligencia, pero la persona con quien debemos compararnos es Jesucristo, y siempre encontraremos que no estamos a Su altura.
martes, noviembre 28, 2006
Donde esta mi bendicion
Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.
–(Deuteronomio 28:2)
"Bueno, hermano, estoy seguro de que al final usted verá que las dificultades económicas son en realidad una bendición disfrazada": ¿alguna vez ha oído a alguien decir esas palabras a otro que está mal económicamente? Es posible que sí pues es una creencia muy común.
El problema con esa creencia es que es una mentira de la cual el diablo se vale para oprimir a los creyentes, y ello explica por qué hay tantos cristianos que fracasan una y otra vez en sus finanzas. Pero veamos lo que dice la Palabra de Dios para aclarar este el asunto de la prosperidad y la pobreza. Aclaremos de una vez por todas cuál es la bendición y cuál es la maldición.
La respuesta la encontramos en Deuteronomio 28. Lo que Dios describe en los versículos 1 al 14 es la bendición: la prosperidad. En los versículos 15 al 31, Él describe la pobreza: la maldición.La maldición tiene como fin destruir; su fin no es enseñarle alguna lección ni hacerle más espiritual, sino destruirle. No importa que la pobreza sea mucha o poca, seguirá siendo una maldición.
Satanás ha hecho todo lo que ha podido para convencer al pueblo de Dios de que la pobreza es una bendición disfrazada, pero la pobreza es algo que el diablo inventó. Así que no le crea ni por un momento. Renueve su mente con la Palabra de Dios.
Si usted es hijo de Dios nacido de nuevo, no tiene por qué estar viviendo bajo la maldición de la pobreza ni de ninguna otra maldición. ¡Usted ha sido redimido!
–(Deuteronomio 28:2)
"Bueno, hermano, estoy seguro de que al final usted verá que las dificultades económicas son en realidad una bendición disfrazada": ¿alguna vez ha oído a alguien decir esas palabras a otro que está mal económicamente? Es posible que sí pues es una creencia muy común.
El problema con esa creencia es que es una mentira de la cual el diablo se vale para oprimir a los creyentes, y ello explica por qué hay tantos cristianos que fracasan una y otra vez en sus finanzas. Pero veamos lo que dice la Palabra de Dios para aclarar este el asunto de la prosperidad y la pobreza. Aclaremos de una vez por todas cuál es la bendición y cuál es la maldición.
La respuesta la encontramos en Deuteronomio 28. Lo que Dios describe en los versículos 1 al 14 es la bendición: la prosperidad. En los versículos 15 al 31, Él describe la pobreza: la maldición.La maldición tiene como fin destruir; su fin no es enseñarle alguna lección ni hacerle más espiritual, sino destruirle. No importa que la pobreza sea mucha o poca, seguirá siendo una maldición.
Satanás ha hecho todo lo que ha podido para convencer al pueblo de Dios de que la pobreza es una bendición disfrazada, pero la pobreza es algo que el diablo inventó. Así que no le crea ni por un momento. Renueve su mente con la Palabra de Dios.
Si usted es hijo de Dios nacido de nuevo, no tiene por qué estar viviendo bajo la maldición de la pobreza ni de ninguna otra maldición. ¡Usted ha sido redimido!
lunes, noviembre 27, 2006
El es
Hebreos 5; 1-10
1 Porque todo Sumo sacerdote es escogido de entre los hombres y constituido a favor de los hombres ante Dios, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados,
2 él puede mostrarse paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad,
3 por causa de la cual debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.[a]
4 Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.[b]
5 Por eso, tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino que fue Dios quien le dijo:
«Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy».
6 Como también dice en otro lugar:
«Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec».
7 Y Cristo, en los días de su vida terrena, ofreció ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que lo podía librar de la muerte, y fue oído a causa de su temor reverente.
8 Y, aunque era Hijo, a través del sufrimiento aprendió lo que es la obediencia;
9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que lo obedecen,
10 y fue declarado por Dios Sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. ç
Jesus es tu sumo sacerdote, ven a El, y entrega tu vida, te aseguro que veras sus maravillas.
1 Porque todo Sumo sacerdote es escogido de entre los hombres y constituido a favor de los hombres ante Dios, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados,
2 él puede mostrarse paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad,
3 por causa de la cual debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.[a]
4 Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.[b]
5 Por eso, tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino que fue Dios quien le dijo:
«Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy».
6 Como también dice en otro lugar:
«Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec».
7 Y Cristo, en los días de su vida terrena, ofreció ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que lo podía librar de la muerte, y fue oído a causa de su temor reverente.
8 Y, aunque era Hijo, a través del sufrimiento aprendió lo que es la obediencia;
9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que lo obedecen,
10 y fue declarado por Dios Sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. ç
Jesus es tu sumo sacerdote, ven a El, y entrega tu vida, te aseguro que veras sus maravillas.
viernes, noviembre 24, 2006
Avive el poder
Deseando verte, al acordarme de tus lágrimas... Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti... Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
–(2 Timoteo 1:4,6,7)
Habrá veces en la vida cuando usted podrá discernir lo que Dios quiere que haga, pero sentirá que no tiene los recursos en sí mismo para hacerlo, sentirá que se ha secado internamente. Pero usted sabe que la Palabra dice que "de su interior correrán ríos de agua viva" (Juan 7:38). Pero, en esos momentos, usted ni siquiera puede encontrar el riachuelo, mucho menos el río.
La Palabra de Dios nos da una orden clara en cuanto a qué hacer en tal situación; nos dice que debemos avivar el fuego del don de Dios que está en nosotros.
Lo que usted debe hacer es avivarse a sí mismo, y para hacerlo, ya tiene en su interior lo que necesita; Jesús ya lo puso ahí. Todo lo que necesitará en la vida para llevar a cabo lo que Dios le ha llamado a hacer ya ha sido puesto en su interior por el Dios Todopoderoso. La fe, el poder y el amor ya están ahí. Créalo, declárelo, dígalo.
Confiese esas cosas ahora mismo en voz alta: "En el nombre de Jesús, avivo el don que está en mí por la fe. No voy a esperar hasta sentirme avivado, sino que lo avivo por la fe. Estoy dando un paso de fe y sé que después los sentidos me seguirán. Avivo también el amor y el poder de Dios que están en mí. Me estoy avi¬vando y estoy echando al diablo de mis asuntos. Me estoy avivando en el Espíritu del Dios viviente. ¡ESTOY avivado!"
–(2 Timoteo 1:4,6,7)
Habrá veces en la vida cuando usted podrá discernir lo que Dios quiere que haga, pero sentirá que no tiene los recursos en sí mismo para hacerlo, sentirá que se ha secado internamente. Pero usted sabe que la Palabra dice que "de su interior correrán ríos de agua viva" (Juan 7:38). Pero, en esos momentos, usted ni siquiera puede encontrar el riachuelo, mucho menos el río.
La Palabra de Dios nos da una orden clara en cuanto a qué hacer en tal situación; nos dice que debemos avivar el fuego del don de Dios que está en nosotros.
Lo que usted debe hacer es avivarse a sí mismo, y para hacerlo, ya tiene en su interior lo que necesita; Jesús ya lo puso ahí. Todo lo que necesitará en la vida para llevar a cabo lo que Dios le ha llamado a hacer ya ha sido puesto en su interior por el Dios Todopoderoso. La fe, el poder y el amor ya están ahí. Créalo, declárelo, dígalo.
Confiese esas cosas ahora mismo en voz alta: "En el nombre de Jesús, avivo el don que está en mí por la fe. No voy a esperar hasta sentirme avivado, sino que lo avivo por la fe. Estoy dando un paso de fe y sé que después los sentidos me seguirán. Avivo también el amor y el poder de Dios que están en mí. Me estoy avi¬vando y estoy echando al diablo de mis asuntos. Me estoy avivando en el Espíritu del Dios viviente. ¡ESTOY avivado!"
jueves, noviembre 23, 2006
Empiece a hablar palabras de fe
¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
–(Mateo 12:34
Así como las palabras sin fe no tienen ningún efecto, la fe sin palabras tampoco. Ambas son necesarias para activar la ley de la fe. Hay muchos creyentes que ignoran ese principio; están hablando siempre palabras de duda y de incredulidad. Luego, un día se les ocurre levantarse y decir algunas palabras de fe, y con ellas esperan mover montes; pero para su sorpresa, los montes no se mueven.
¿Por qué no se mueven? Pues, como dice Mateo 12:34-35, las palabras que vienen del corazón son las que producen resultados. La persona que dice algunas palabras de fe de vez en cuando, no las está diciendo de la abundancia de su corazón, por eso no son eficaces.
¿Quiere eso decir que usted no debería hablar palabras de fe hasta que no esté seguro de que tiene la fe para respaldarlas?
¡No! Hablar palabras de fe es un buen ejercicio espiritual. Por ejemplo, en lo que concierne a la salud, si quiere recibir sanidad por la fe, someta su mente y su boca a la Palabra de Dios. En vez de hablar de lo mal que se siente, repita lo que dice Isaías 53:5: "Mas [Jesucristo] herido fue por [mis] rebeliones, molido por [mis] pecados; el castigo de [mi] paz fue sobre él, y por su llaga [fui yo curado]".
Al meditar más en esas palabras y repetirlas, la verdad en ellas contenida empezará a penetrar y a arraigarse en su corazón. Con el tiempo usted estará hablando de la abundancia de su corazón. Y cuando eso suceda, las circunstancias en que usted esté no importarán, porque sabrá que tendrá lo que ha estado pidiendo, y ni el diablo mismo podrá persuadirlo de lo contrario. Usted habrá pasado de la esperanza a la fe, entonces empezará a ver los montes moverse
martes, noviembre 21, 2006
jueves, noviembre 09, 2006
El amor es el cargador de poder
El amor es ante todo el mandamiento que Jesús nos dio, sin embargo, muchos creyentes no lo ponen en práctica. Hablo de creyentes que pueden citar muchos versículos bíblicos y decir el Nombre de Jesús 35 ó 40 veces al día, pero son bruscos con su familia y sus amigos e insensibles a las necesidades de los demás. Están tan ocupados "sirviendo al Señor" que no tienen tiempo para servir a otros. La discordia es la característica de sus vidas.
Quizá usted tenga muchos años de ser salvo y tal vez pueda hablar en lenguas todo el día, pero si hay discordia en su corazón y no sigue el mandamiento de amor de Jesús, las cosas espirituales no tendrán sentido para usted. Si usted se encuentra en esta condición, el nombre de Jesús no hará nada por usted y su fe de nada le servirá porque la Biblia dice que la fe obra por el amor. De hecho, ninguno de los dones del Espíritu operará si usted no tiene amor; así lo establece 1 Corintios 13.
¿Quiere ver el poder extraordinario de Dios liberado en su vida? Entonces empiece a poner en práctica el mandamiento del amor, empiece a amar a los que están a su alrededor.
El amor es el cargador de poder; el poder de Dios es nulo sin ese cargador. Por eso es que el poder ha fallado tanto entre los miembros del Cuerpo de Cristo. A partir de hoy podemos darle un giro total a los fracasos. Podemos decidir que la Palabra va a morar en abundancia en nosotros, que vamos a guardar los mandamientos de Jesús, que vamos a decir su Nombre con confianza y autoridad y, lo más importante de todo, vamos a amarnos unos a otros. Entonces será cuando el poder de Dios empezará a manifestarse gloriosamente.
Quizá usted tenga muchos años de ser salvo y tal vez pueda hablar en lenguas todo el día, pero si hay discordia en su corazón y no sigue el mandamiento de amor de Jesús, las cosas espirituales no tendrán sentido para usted. Si usted se encuentra en esta condición, el nombre de Jesús no hará nada por usted y su fe de nada le servirá porque la Biblia dice que la fe obra por el amor. De hecho, ninguno de los dones del Espíritu operará si usted no tiene amor; así lo establece 1 Corintios 13.
¿Quiere ver el poder extraordinario de Dios liberado en su vida? Entonces empiece a poner en práctica el mandamiento del amor, empiece a amar a los que están a su alrededor.
El amor es el cargador de poder; el poder de Dios es nulo sin ese cargador. Por eso es que el poder ha fallado tanto entre los miembros del Cuerpo de Cristo. A partir de hoy podemos darle un giro total a los fracasos. Podemos decidir que la Palabra va a morar en abundancia en nosotros, que vamos a guardar los mandamientos de Jesús, que vamos a decir su Nombre con confianza y autoridad y, lo más importante de todo, vamos a amarnos unos a otros. Entonces será cuando el poder de Dios empezará a manifestarse gloriosamente.
miércoles, noviembre 08, 2006
Cuando la presión es agobiante
Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre.
(Malaquías 3:16)
¿Alguna vez usted ha notado que los que han sido agobiados por la presión son los que tienen los testimonios que más animan y más inspiran nuestra fe? Son creyentes que fueron fieles y confiaron en Dios cuando se sintieron presionados; confiaron en las promesas de Dios sobre la prosperidad en situaciones económicas desesperantes o confiaron en Dios para que los sanara de una enfermedad muy grave.
Mi amigo, cuando se encuentre en una situación muy difícil, no es hora de volver atrás para ponerse a reconsiderar la fidelidad de Dios ni es hora de alejarse de Él y decir: "Bueno, Dios, ¿por qué dejaste que esto me sucediera?" Lo que quiero decirle es que cuando las dificultades tarden en desaparecer y las circunstancias no estén en línea con las promesas de Dios, no se ponga a cuestionar la fidelidad de Dios. Él está al tanto de lo que está pasando y no va a fallarle.
Si usted va a examinar algo, examínese a sí mismo y considere dónde pudo haber fallado. Pero si no puede encontrar el origen del problema, simplemente diga: "Señor, no sé cuál es el problema. Por favor, te pido que me lo muestres. Sé que Tú no eres el problema. No quiero dejarme llevar por las circunstancias, sino por tu Palabra". Entonces, cuando Él le muestre lo que es, no se demore en hacer los cambios necesarios.
Quiero instarle a que esté firme y siga honrando a Dios con sus palabras. Él estará oyéndole cuando usted se sienta agobiado por la presión, ¿qué será lo que oirá de sus labios?
(Malaquías 3:16)
¿Alguna vez usted ha notado que los que han sido agobiados por la presión son los que tienen los testimonios que más animan y más inspiran nuestra fe? Son creyentes que fueron fieles y confiaron en Dios cuando se sintieron presionados; confiaron en las promesas de Dios sobre la prosperidad en situaciones económicas desesperantes o confiaron en Dios para que los sanara de una enfermedad muy grave.
Mi amigo, cuando se encuentre en una situación muy difícil, no es hora de volver atrás para ponerse a reconsiderar la fidelidad de Dios ni es hora de alejarse de Él y decir: "Bueno, Dios, ¿por qué dejaste que esto me sucediera?" Lo que quiero decirle es que cuando las dificultades tarden en desaparecer y las circunstancias no estén en línea con las promesas de Dios, no se ponga a cuestionar la fidelidad de Dios. Él está al tanto de lo que está pasando y no va a fallarle.
Si usted va a examinar algo, examínese a sí mismo y considere dónde pudo haber fallado. Pero si no puede encontrar el origen del problema, simplemente diga: "Señor, no sé cuál es el problema. Por favor, te pido que me lo muestres. Sé que Tú no eres el problema. No quiero dejarme llevar por las circunstancias, sino por tu Palabra". Entonces, cuando Él le muestre lo que es, no se demore en hacer los cambios necesarios.
Quiero instarle a que esté firme y siga honrando a Dios con sus palabras. Él estará oyéndole cuando usted se sienta agobiado por la presión, ¿qué será lo que oirá de sus labios?
martes, noviembre 07, 2006
Deléitese en la Palabra
Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, y en sus mandamientos se deleita en gran manera. No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová.
–( Salmo 112:1,7)
Los que se forman el hábito de deleitarse en la Palabra de Dios tendrán un corazón firme, podrán hacer frente a las calamidades sin perder su firmeza y sabrán qué hacer antes de que estas lleguen y saldrán victoriosos. Esa clase de creyentes no perderán en la vida.
Lo lamentable es que la mayoría de los creyentes esperan hasta que estén ante alguna calamidad para empezar a afirmarse en la Palabra, esperan hasta que estén entre la espada y la pared. Entonces es cuando se vuelven muy espirituales y empiezan a ayunar y a orar, pero luego se dan cuenta de que han empezado muy tarde.
Es como el hombre que al descubrir a un ladrón en la casa empieza a levantar pesas para desarrollar sus músculos y poder hacer frente al ladrón. Por supuesto que de esa manera no logrará nada. Si hubiera estado haciendo ejercicios en vez de mirar la televisión, habría estado preparado. Pero a como están las cosas ahora, él será fácilmente derrotado.
Apague la televisión, apague las distracciones del mundo y encienda la Palabra para que su corazón esté firme y preparado para cuando el diablo llegue a allanar su casa. Hoy es el tiempo propicio para empezar a afirmarse en la Palabra de Dios.
–( Salmo 112:1,7)
Los que se forman el hábito de deleitarse en la Palabra de Dios tendrán un corazón firme, podrán hacer frente a las calamidades sin perder su firmeza y sabrán qué hacer antes de que estas lleguen y saldrán victoriosos. Esa clase de creyentes no perderán en la vida.
Lo lamentable es que la mayoría de los creyentes esperan hasta que estén ante alguna calamidad para empezar a afirmarse en la Palabra, esperan hasta que estén entre la espada y la pared. Entonces es cuando se vuelven muy espirituales y empiezan a ayunar y a orar, pero luego se dan cuenta de que han empezado muy tarde.
Es como el hombre que al descubrir a un ladrón en la casa empieza a levantar pesas para desarrollar sus músculos y poder hacer frente al ladrón. Por supuesto que de esa manera no logrará nada. Si hubiera estado haciendo ejercicios en vez de mirar la televisión, habría estado preparado. Pero a como están las cosas ahora, él será fácilmente derrotado.
Apague la televisión, apague las distracciones del mundo y encienda la Palabra para que su corazón esté firme y preparado para cuando el diablo llegue a allanar su casa. Hoy es el tiempo propicio para empezar a afirmarse en la Palabra de Dios.
miércoles, noviembre 01, 2006
En esto pensad
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.
Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.
filipenses 4; 8-9
martes, octubre 31, 2006
Halloween tradición o engaño
Esta es una fiesta dedicada a los muertos, esto inicia hace 2000 años con lo que se conoce como los galos, que en este tiempo es Irlanda, Gran Bretaña, el Norte de Francia, donde se celebraba un festival al Dios de la muerte, llamado sant majen. Se creía que el día de este dios, el permitía que los muertos visitaran sus hogares.
Lo celebraban el 31 de octubre, ya que en aquel entonces el 1 de noviembre se iniciaba un nuevo año, esa celebración marcaba el inicio del frió, de la oscuridad y del decaimiento y siempre lo asociaban con la muerte del ser humano. Ahora bien ¿es esto una celebración pagana? Si, por que todo aquello que no es de rendirle culto a JEHOVA DIOS, es pagano, así lo describe la Biblia.
Las razones por la que no se debe celebrar Halloween son:
1- Porque no es bíblico. Celebramos la cena del Señor porque es bíblico, lo dice en los evangelios “hagan esto en conmemoración mía”.
2 -No se debe celebrar por que es una exaltación al espiritismo y la comunicación con los muertos, si usted ve la TV, se dará cuenta que todo lo que se presenta en ella desde la semana pasada tiene que ver con muertes, brujería, espiritismo, hasta en los muñequitos ves como presentan personas atravesando la pared, y vivos comunicándose con los muertos, entre comillas, pues como esta establecido que los hombres mueran una sola vez y después el juicio.
3- El día de Halloween es utilizado para hacer cultos a demonios y sus principales, se sacrifican niños escogidos, que lo desaparecen de sus hogares, es por eso que es esta fecha crece la perdida de niños. Dice la palabra en deteuronomio 18: 10 “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominable para Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas cosas abominables Jehová, tu Dios, expulsa a estas naciones de tu presencia”.
4- Los disfraces son connotaciones demoníacas, en las fiestas de los galos, se disfrazaban para que los espíritus no le conocieran. En la Biblia cuando se refiere a disfraz, se refiere a algo malo, a un acontecimiento de engaño, y el mayor es cuando se refiere al enemigo, que dice “el dios de este mundo se viste o disfraza de Angel de luz”.
5- no se debe celebrar por que este culto no exalta a Dios, dice Deuteronomio 10:20 “A Jehová, tu Dios, temerás, a él solo servirás, a él seguirás y en su nombre jurarás. Él es el objeto de tu alabanza y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto.
6- No debemos hacer los que los demás hacen, miqueas 5: 4 dice “Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, con todo, nosotros andaremos en el nombre de Jehová, nuestro Dios, eternamente y para siempre.
7- No dejes que esta celebración pareciendo algo bueno te engañe, siendo verdaderamente malo. 2 de corintio 11: 14-15 dice “esto no es sorprendente, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan de ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.
Lo celebraban el 31 de octubre, ya que en aquel entonces el 1 de noviembre se iniciaba un nuevo año, esa celebración marcaba el inicio del frió, de la oscuridad y del decaimiento y siempre lo asociaban con la muerte del ser humano. Ahora bien ¿es esto una celebración pagana? Si, por que todo aquello que no es de rendirle culto a JEHOVA DIOS, es pagano, así lo describe la Biblia.
Las razones por la que no se debe celebrar Halloween son:
1- Porque no es bíblico. Celebramos la cena del Señor porque es bíblico, lo dice en los evangelios “hagan esto en conmemoración mía”.
2 -No se debe celebrar por que es una exaltación al espiritismo y la comunicación con los muertos, si usted ve la TV, se dará cuenta que todo lo que se presenta en ella desde la semana pasada tiene que ver con muertes, brujería, espiritismo, hasta en los muñequitos ves como presentan personas atravesando la pared, y vivos comunicándose con los muertos, entre comillas, pues como esta establecido que los hombres mueran una sola vez y después el juicio.
3- El día de Halloween es utilizado para hacer cultos a demonios y sus principales, se sacrifican niños escogidos, que lo desaparecen de sus hogares, es por eso que es esta fecha crece la perdida de niños. Dice la palabra en deteuronomio 18: 10 “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominable para Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas cosas abominables Jehová, tu Dios, expulsa a estas naciones de tu presencia”.
4- Los disfraces son connotaciones demoníacas, en las fiestas de los galos, se disfrazaban para que los espíritus no le conocieran. En la Biblia cuando se refiere a disfraz, se refiere a algo malo, a un acontecimiento de engaño, y el mayor es cuando se refiere al enemigo, que dice “el dios de este mundo se viste o disfraza de Angel de luz”.
5- no se debe celebrar por que este culto no exalta a Dios, dice Deuteronomio 10:20 “A Jehová, tu Dios, temerás, a él solo servirás, a él seguirás y en su nombre jurarás. Él es el objeto de tu alabanza y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto.
6- No debemos hacer los que los demás hacen, miqueas 5: 4 dice “Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, con todo, nosotros andaremos en el nombre de Jehová, nuestro Dios, eternamente y para siempre.
7- No dejes que esta celebración pareciendo algo bueno te engañe, siendo verdaderamente malo. 2 de corintio 11: 14-15 dice “esto no es sorprendente, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan de ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.
lunes, octubre 30, 2006
Usted tiene que tomar la decisión
Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban.
–(Marcos 5:22-24)
Me pregunto: ¿cuándo va Dios a hacer algo acerca de este problema? ¿Alguna vez se ha hecho usted esa pregunta? Si es así, se sorprenderá al descubrir que la respuesta depende cien por ciento de usted.
Hay un caso en Marcos 5 que le mostrará lo que quiero decir. Jesús acababa de bajar de una barca y la gente lo estaba apretando, "rodeándole". La gente le había hecho retroceder a la playa cuando, súbitamente, venía un hombre pasando en medio de esa multitud para llegar a Jesús.Marcos registra que el hombre se postra a los pies de Jesús y le ruega, diciendo: "Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella... y vivirá".
Piense en esa situación por un momento. Aquí hay un hombre que en el campo político equivale al alcalde de la ciudad. Pero está tan decidido a llegar a Jesús que se abre paso a través de la muchedumbre y hace suficiente espacio para caer a los pies de Jesús. Él ha tomado una decisión y cuando llega a Jesús, dice exactamente lo que es: Pon las manos sobre ella y vivirá.
Permítame preguntarle algo: ¿Quién cree usted que está dirigiendo el ministerio de Jesús aquí? ¡Este hombre! Un hombre que ha tomado una decisión. Cuando él declara esa decisión, Jesús no dice nada. Él sólo deja lo que está haciendo, se vuelve y le sigue. En una multitud literalmente de miles, la decisión de fe de un hombre dirige las actividades de Jesús.¿Qué significa eso para usted? Significa que si usted está sin hacer nada, esperando que Jesús decida sanarle, que decida ayudarle y que decida prosperarle y darle la victoria, usted va a estar esperando por mucho tiempo. Porque no es Jesús quien tiene que tomar la decisión, sino usted.
–(Marcos 5:22-24)
Me pregunto: ¿cuándo va Dios a hacer algo acerca de este problema? ¿Alguna vez se ha hecho usted esa pregunta? Si es así, se sorprenderá al descubrir que la respuesta depende cien por ciento de usted.
Hay un caso en Marcos 5 que le mostrará lo que quiero decir. Jesús acababa de bajar de una barca y la gente lo estaba apretando, "rodeándole". La gente le había hecho retroceder a la playa cuando, súbitamente, venía un hombre pasando en medio de esa multitud para llegar a Jesús.Marcos registra que el hombre se postra a los pies de Jesús y le ruega, diciendo: "Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella... y vivirá".
Piense en esa situación por un momento. Aquí hay un hombre que en el campo político equivale al alcalde de la ciudad. Pero está tan decidido a llegar a Jesús que se abre paso a través de la muchedumbre y hace suficiente espacio para caer a los pies de Jesús. Él ha tomado una decisión y cuando llega a Jesús, dice exactamente lo que es: Pon las manos sobre ella y vivirá.
Permítame preguntarle algo: ¿Quién cree usted que está dirigiendo el ministerio de Jesús aquí? ¡Este hombre! Un hombre que ha tomado una decisión. Cuando él declara esa decisión, Jesús no dice nada. Él sólo deja lo que está haciendo, se vuelve y le sigue. En una multitud literalmente de miles, la decisión de fe de un hombre dirige las actividades de Jesús.¿Qué significa eso para usted? Significa que si usted está sin hacer nada, esperando que Jesús decida sanarle, que decida ayudarle y que decida prosperarle y darle la victoria, usted va a estar esperando por mucho tiempo. Porque no es Jesús quien tiene que tomar la decisión, sino usted.
jueves, octubre 26, 2006
La oración en medio de una crisis
La Biblia dice que “la oración eficaz del justo puede mucho” (Stg. 5:16).
Eficaz, eso es exactamente lo que queremos que sea nuestra oración, especialmente en una crisis. Si cumplimos con los requerimientos de Dios, podemos tener la confianza de que Él pondrá en acción energía divina en la situación, y nuestras oraciones tendrán fruto.Requerimiento # 1 –Oración ferviente.
Las oraciones fervientes, motivadas por un corazón profundamente abrumado, están llenas de pasión y de una fuerte sensación de impotencia personal. Ellas también se concentran en una dificultad específica que nos preocupa mucho. La Biblia llama “rogando encarecidamente” a este tipo de oración (Col. 4:12).Requerimiento # 2 –Justicia.
En el momento de la salvación, nos convertimos por derecho en hijos de Dios. Somos sellados permanentemente con el Espíritu Santo, y somos declarados justos para siempre gracias a nuestra posición en Jesucristo.
Pero la palabra “justo” se usa también para describir la conducta de un creyente. Esto significa que, para ser llamados “justos”, debemos ser hallados en Cristo (Fil. 3:9) y tener un estilo de vida obediente delante de Dios.
Si voluntaria y deliberadamente pecamos, no estaban viviendo justamente y nuestras oraciones no serán eficaces.Cuando el Señor oye una oración fervorosa, sabe quién está orando.
Si es una persona justa cuya vida refleja la voluntad de Dios, la Biblia promete que el Espíritu Santo comenzará su trabajo divino.Dios responde con gran poder las oraciones de toda persona justa. ¡Esa persona puede ser usted!
Eficaz, eso es exactamente lo que queremos que sea nuestra oración, especialmente en una crisis. Si cumplimos con los requerimientos de Dios, podemos tener la confianza de que Él pondrá en acción energía divina en la situación, y nuestras oraciones tendrán fruto.Requerimiento # 1 –Oración ferviente.
Las oraciones fervientes, motivadas por un corazón profundamente abrumado, están llenas de pasión y de una fuerte sensación de impotencia personal. Ellas también se concentran en una dificultad específica que nos preocupa mucho. La Biblia llama “rogando encarecidamente” a este tipo de oración (Col. 4:12).Requerimiento # 2 –Justicia.
En el momento de la salvación, nos convertimos por derecho en hijos de Dios. Somos sellados permanentemente con el Espíritu Santo, y somos declarados justos para siempre gracias a nuestra posición en Jesucristo.
Pero la palabra “justo” se usa también para describir la conducta de un creyente. Esto significa que, para ser llamados “justos”, debemos ser hallados en Cristo (Fil. 3:9) y tener un estilo de vida obediente delante de Dios.
Si voluntaria y deliberadamente pecamos, no estaban viviendo justamente y nuestras oraciones no serán eficaces.Cuando el Señor oye una oración fervorosa, sabe quién está orando.
Si es una persona justa cuya vida refleja la voluntad de Dios, la Biblia promete que el Espíritu Santo comenzará su trabajo divino.Dios responde con gran poder las oraciones de toda persona justa. ¡Esa persona puede ser usted!
miércoles, octubre 25, 2006
Misericordia gratuita para todos
isaias 55; 1-13
55:1 A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.
55:2 ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.
55:3 Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.
55:4 He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones.
55:5 He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado.
55:6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
55:7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
55:8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
55:9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
55:10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,
55:11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
55:12 Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.
55:13 En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.
55:1 A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.
55:2 ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.
55:3 Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.
55:4 He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones.
55:5 He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado.
55:6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
55:7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
55:8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
55:9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
55:10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,
55:11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
55:12 Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.
55:13 En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.
martes, octubre 24, 2006
Oración pidiendo socorro y prosperidad
Salmo Capítulo 144
144:1 Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra;
144:2 Misericordia mía y mi castillo, Fortaleza mía y mi libertador, Escudo mío, en quien he confiado; El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.
144:3 Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses, O el hijo de hombre, para que lo estimes?
144:4 El hombre es semejante a la vanidad; Sus días son como la sombra que pasa.
144:5 Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende; Toca los montes, y humeen.
144:6 Despide relámpagos y disípalos, Envía tus saetas y túrbalos.
144:7 Envía tu mano desde lo alto; Redímeme, y sácame de las muchas aguas, De la mano de los hombres extraños,
144:8 Cuya boca habla vanidad, Y cuya diestra es diestra de mentira.
144:9 Oh Dios, a ti cantaré cántico nuevo; Con salterio, con decacordio cantaré a ti.
144:10 Tú, el que da victoria a los reyes, El que rescata de maligna espada a David su siervo. 144:11 Rescátame, y líbrame de la mano de los hombres extraños, Cuya boca habla vanidad, Y cuya diestra es diestra de mentira.
144:12 Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud, Nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio;
144:13 Nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano; Nuestros ganados, que se multipliquen a millares y decenas de millares en nuestros campos;
144:14 Nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; No tengamos asalto, ni que hacer salida, Ni grito de alarma en nuestras plazas.
144:15 Bienaventurado el pueblo que tiene esto; Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.
144:1 Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra;
144:2 Misericordia mía y mi castillo, Fortaleza mía y mi libertador, Escudo mío, en quien he confiado; El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.
144:3 Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses, O el hijo de hombre, para que lo estimes?
144:4 El hombre es semejante a la vanidad; Sus días son como la sombra que pasa.
144:5 Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende; Toca los montes, y humeen.
144:6 Despide relámpagos y disípalos, Envía tus saetas y túrbalos.
144:7 Envía tu mano desde lo alto; Redímeme, y sácame de las muchas aguas, De la mano de los hombres extraños,
144:8 Cuya boca habla vanidad, Y cuya diestra es diestra de mentira.
144:9 Oh Dios, a ti cantaré cántico nuevo; Con salterio, con decacordio cantaré a ti.
144:10 Tú, el que da victoria a los reyes, El que rescata de maligna espada a David su siervo. 144:11 Rescátame, y líbrame de la mano de los hombres extraños, Cuya boca habla vanidad, Y cuya diestra es diestra de mentira.
144:12 Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud, Nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio;
144:13 Nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano; Nuestros ganados, que se multipliquen a millares y decenas de millares en nuestros campos;
144:14 Nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; No tengamos asalto, ni que hacer salida, Ni grito de alarma en nuestras plazas.
144:15 Bienaventurado el pueblo que tiene esto; Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.
lunes, octubre 23, 2006
Escoja la vida
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
–(Romanos 8:6)
Si a usted se le dieran a escoger entre la vida y la muerte, ¿cuál escogería? La respuesta parece obvia, pero en realidad no lo es. Elegir la muerte no significa saltar del puente más cercano, es mucho más sutil que eso.
La Biblia dice que ocuparse de la carne y enredarse en el mundo es muerte. Pero nos dice también que la vida es: "Hijo mío... está atento a mis palabras... porque son vida a los que las hallan" (Proverbios 4:20-22). El ocuparse del mundo es muerte. El ocuparse de la Palabra es vida.
En Lucas 10 vemos un ejemplo muy claro de este principio: lo que les sucedió a María y Marta. Quizá usted conozca lo que pasó. María estaba sentada a los pies de Jesús oyéndolo enseñar mientras que Marta, muy afanada, estaba en la cocina preparando el almuerzo para todos.Por fin, Marta no aguantó más; se acercó a Jesús y le dijo: "Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada" (Lucas 10:40-42).
María había dejado todo a un lado, para poder oír la Palabra. Pero Marta había dejado que los asuntos, aparentemente importantes, de la vida tomaran precedencia sobre la Palabra. Había elegido la muerte en lugar de la vida.
¿Ve usted lo fácil que es caer en ese error?
No cometa el mismo error que cometió Marta. No se enrede tanto en los asuntos de la vida para que no escoja por descuido la muerte. Decida poner la Palabra en primer lugar. ¡Escoja la vida!
–(Romanos 8:6)
Si a usted se le dieran a escoger entre la vida y la muerte, ¿cuál escogería? La respuesta parece obvia, pero en realidad no lo es. Elegir la muerte no significa saltar del puente más cercano, es mucho más sutil que eso.
La Biblia dice que ocuparse de la carne y enredarse en el mundo es muerte. Pero nos dice también que la vida es: "Hijo mío... está atento a mis palabras... porque son vida a los que las hallan" (Proverbios 4:20-22). El ocuparse del mundo es muerte. El ocuparse de la Palabra es vida.
En Lucas 10 vemos un ejemplo muy claro de este principio: lo que les sucedió a María y Marta. Quizá usted conozca lo que pasó. María estaba sentada a los pies de Jesús oyéndolo enseñar mientras que Marta, muy afanada, estaba en la cocina preparando el almuerzo para todos.Por fin, Marta no aguantó más; se acercó a Jesús y le dijo: "Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada" (Lucas 10:40-42).
María había dejado todo a un lado, para poder oír la Palabra. Pero Marta había dejado que los asuntos, aparentemente importantes, de la vida tomaran precedencia sobre la Palabra. Había elegido la muerte en lugar de la vida.
¿Ve usted lo fácil que es caer en ese error?
No cometa el mismo error que cometió Marta. No se enrede tanto en los asuntos de la vida para que no escoja por descuido la muerte. Decida poner la Palabra en primer lugar. ¡Escoja la vida!
viernes, octubre 20, 2006
EXHORTACION
10:1 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar;
10:2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar,
10:3 y todos comieron el mismo alimento espiritual,
10:4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.
10:5 Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.
10:6 Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.
10:7 Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar.
10:8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil.
10:9 Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.
10:10 Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.
10:11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.
10:12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
10:2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar,
10:3 y todos comieron el mismo alimento espiritual,
10:4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.
10:5 Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.
10:6 Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.
10:7 Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar.
10:8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil.
10:9 Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.
10:10 Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.
10:11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.
10:12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
jueves, octubre 19, 2006
Una brújula para el viaje de la vida
3:1 Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos; 3:2 Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán. 3:3 Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Atalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón; 3:4 Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los hombres. 3:5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. 3:6 Reconócelo en todos tus caminos.
proverbios 3:1-6
Una brújula es una herramienta direccional útil, hecha siempre para apuntar hacia el Polo Norte. Al usarla, los viajeros pueden determinar si se están dirigiendo hacia el norte o a otra dirección. En el reino de Dios, la Biblia es la brújula que siempre señala un solo camino: Dios mismo. Dirigirse “proa al norte” es seguir la senda de la rectitud. Consultemos nuestra brújula, utilizando a Proverbios 3, para recibir orientación práctica en cuanto a nuestra vida diaria.
El primer paso para utilizar una brújula, es verla. El estudio diario de la Biblia nos mantendrá en la dirección correcta. El obedecer los principios bíblicos nos permite capear las tormentas difíciles y mantener el rumbo.
Dios promete prosperar a quienes guardan Sus mandamientos (vv. 1, 2).
En segundo lugar, la verdad de la Palabra de Dios debe ser nuestra única norma para la vida. En particular, las relaciones con los demás deben caracterizarse por la benevolencia. Nuestra recompensa será el favor divino y una buena opinión de parte de Dios y de los hombres (vv. 3, 4).
Tercero, nuestra brújula nos dice que debemos confiar en Dios con todo nuestro ser, aun cuando las circunstancias nos desconcierten y nuestras decisiones sean desagradables. Debemos dejar a un lado el razonamiento humano, y poner al Señor y Sus caminos primero (v. 5).
En cuarto lugar, la Biblia puede arrojar luz en cualquier situación que enfrentemos, ya sea económica, de algo que nos preocupe, de relaciones o de trabajo. Confiar en Dios y tener Sus respuestas, no las del mundo, traerá bendición (v. 6).
proverbios 3:1-6
Una brújula es una herramienta direccional útil, hecha siempre para apuntar hacia el Polo Norte. Al usarla, los viajeros pueden determinar si se están dirigiendo hacia el norte o a otra dirección. En el reino de Dios, la Biblia es la brújula que siempre señala un solo camino: Dios mismo. Dirigirse “proa al norte” es seguir la senda de la rectitud. Consultemos nuestra brújula, utilizando a Proverbios 3, para recibir orientación práctica en cuanto a nuestra vida diaria.
El primer paso para utilizar una brújula, es verla. El estudio diario de la Biblia nos mantendrá en la dirección correcta. El obedecer los principios bíblicos nos permite capear las tormentas difíciles y mantener el rumbo.
Dios promete prosperar a quienes guardan Sus mandamientos (vv. 1, 2).
En segundo lugar, la verdad de la Palabra de Dios debe ser nuestra única norma para la vida. En particular, las relaciones con los demás deben caracterizarse por la benevolencia. Nuestra recompensa será el favor divino y una buena opinión de parte de Dios y de los hombres (vv. 3, 4).
Tercero, nuestra brújula nos dice que debemos confiar en Dios con todo nuestro ser, aun cuando las circunstancias nos desconcierten y nuestras decisiones sean desagradables. Debemos dejar a un lado el razonamiento humano, y poner al Señor y Sus caminos primero (v. 5).
En cuarto lugar, la Biblia puede arrojar luz en cualquier situación que enfrentemos, ya sea económica, de algo que nos preocupe, de relaciones o de trabajo. Confiar en Dios y tener Sus respuestas, no las del mundo, traerá bendición (v. 6).
miércoles, octubre 18, 2006
Verdaderamente Libre
Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.
–(Salmo 103:2-5)
¿En realidad hay un propósito divino tras las cosas malas que le suceden a usted? ¿Es posible que sus enfermedades y calamidades sean parte del plan de Dios para su vida?
Antes de que pueda empezar a recibir la sanidad y el poder liberador de Dios, usted tiene que saber la respuesta a esas preguntas y aclarar ese asunto de una vez por todas. Si tiene alguna sospecha de que Dios es la fuente de sus desventuras, entonces no podrá creer que Él pueda liberarlo de sus dificultades; además, estará paralizando su fe porque creerá que si evita esas cosas estará oponiéndose a la voluntad de Dios.
Para que pueda recibir todos los beneficios que Dios desea darle, usted debe estar de acuerdo con que Él es un Dios bueno. Debe creer que la voluntad de Dios para usted es la salud, no la enfermedad; la prosperidad, no la pobreza; la felicidad, no la tristeza, cien por ciento del tiempo. El Salmo 103 es suficiente para probar que eso es cierto. Pero si no es suficiente para convencerlo, también hay muchos otros salmos. Uno de los mejores versículos conocidos es el Salmo136:1 que dice: "Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia".
Si las tradiciones religiosas le han privado de la bondad de Dios, si le han enseñado que Él permite dificultades en la vida para enseñarle algo, empiece hoy a deshacerse de esas tradiciones y reemplácelas con la verdad. Lea la Biblia y deje que Dios mismo le diga por medio de su Palabra que Él es el Dios que lo sana (Éxodo 15:26). Escudriñe las Escrituras y vea por sí mismo la verdad de que Dios es misericordioso (Salmo 86:5); bondadoso (Jeremías 9:24) y compasivo (Salmo 145:8).
Deshágase de las dudas y abra su corazón para recibir la verdad acerca de su Padre celestial. Es lo único que podrá hacerle verdaderamente libre.
–(Salmo 103:2-5)
¿En realidad hay un propósito divino tras las cosas malas que le suceden a usted? ¿Es posible que sus enfermedades y calamidades sean parte del plan de Dios para su vida?
Antes de que pueda empezar a recibir la sanidad y el poder liberador de Dios, usted tiene que saber la respuesta a esas preguntas y aclarar ese asunto de una vez por todas. Si tiene alguna sospecha de que Dios es la fuente de sus desventuras, entonces no podrá creer que Él pueda liberarlo de sus dificultades; además, estará paralizando su fe porque creerá que si evita esas cosas estará oponiéndose a la voluntad de Dios.
Para que pueda recibir todos los beneficios que Dios desea darle, usted debe estar de acuerdo con que Él es un Dios bueno. Debe creer que la voluntad de Dios para usted es la salud, no la enfermedad; la prosperidad, no la pobreza; la felicidad, no la tristeza, cien por ciento del tiempo. El Salmo 103 es suficiente para probar que eso es cierto. Pero si no es suficiente para convencerlo, también hay muchos otros salmos. Uno de los mejores versículos conocidos es el Salmo136:1 que dice: "Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia".
Si las tradiciones religiosas le han privado de la bondad de Dios, si le han enseñado que Él permite dificultades en la vida para enseñarle algo, empiece hoy a deshacerse de esas tradiciones y reemplácelas con la verdad. Lea la Biblia y deje que Dios mismo le diga por medio de su Palabra que Él es el Dios que lo sana (Éxodo 15:26). Escudriñe las Escrituras y vea por sí mismo la verdad de que Dios es misericordioso (Salmo 86:5); bondadoso (Jeremías 9:24) y compasivo (Salmo 145:8).
Deshágase de las dudas y abra su corazón para recibir la verdad acerca de su Padre celestial. Es lo único que podrá hacerle verdaderamente libre.
martes, octubre 17, 2006
Un Corazon Dispuesto
Por el Hermano Pablo
Rut fue a su buzón de correo y encontró una sola carta. Antes de abrirla, notó que no tenía ningún sello postal sino sólo su nombre y dirección. La carta decía: «Querida Rut: Voy a estar en tu barrio el sábado por la tarde y quisiera verte. Con amor eterno, Jesucristo.»
Las manos le temblaban mientras ponía la carta en la mesa. «¿Por qué deseará Dios visitarme si no soy nadie especial? Y no tengo nada que ofrecerle.» Recordó su despensa vacía y pensó: «Debo ir al supermercado y comprar algo para la cena.» Rut tomó su cartera en la que tenía apenas cinco billetes, se puso el abrigo y salió corriendo. Compró un pan francés, media libra de jamón de pavo y una botella de leche. Se quedó con sólo doce centavos hasta el lunes. Pero se sentía satisfecha.
De vuelta a casa con su modesta compra bajo el brazo, escuchó una voz que le decía:
—Señorita, por favor, ¿puede ayudarnos?
Rut había estado tan absorta en sus planes para la cena que no había notado dos figuras acurrucadas en la acera: un hombre y una mujer, ambos vestidos de andrajos.
—Mire, señorita —insistió el hombre—, no tengo trabajo, y mi esposa y yo hemos estado viviendo en la calle. Estamos muertos de frío y de hambre. Si usted nos pudiera ayudar, se lo agradeceríamos mucho.
Rut los miró. Estaban sucios y apestaban. Si de veras querían trabajar, ya hubieran conseguido algún empleo. —Señor, me gustaría ayudarlos, pero yo también soy pobre. No tengo más que un poco de pan y jamón. Es lo que pensaba darle de comer a un invitado especial que viene a cenar conmigo esta noche. —Comprendo. Gracias de todos modos.
El hombre tomó del brazo a la mujer, y los dos se perdieron en el callejón. Al ver que se alejaban, Rut se sintió muy afligida. —¡Señor, espere! La pareja se detuvo, mientras ella se les acercaba corriendo.
—¿Por qué no toman esta comida? Puedo servirle otra cosa a mi invitado. —¡Que Dios se lo pague! —exclamó la mujer, agradecida, visiblemente temblando de frío. Rut se quitó el abrigo y le dijo: —Yo tengo otro abrigo en casa; ¿por qué no se pone éste?
En el camino a la casa Rut estaba sonriendo a pesar de que ya no tenía su abrigo ni la comida que había comprado. Pero al acercarse a su puerta se puso a pensar en que ya no tenía nada que ofrecerle al Señor, y se sintió desanimada.
Cuando metió la llave en la cerradura, notó que había otro sobre en el buzón. «Qué raro —pensó—. El cartero nunca viene dos veces el mismo día.» Intrigada, tomó el sobre y lo abrió:
«Querida Rut —decía—: Fue muy agradable verte de nuevo. Gracias por la comida y gracias también por el hermoso abrigo. Con amor eterno, Jesucristo.»
Rut fue a su buzón de correo y encontró una sola carta. Antes de abrirla, notó que no tenía ningún sello postal sino sólo su nombre y dirección. La carta decía: «Querida Rut: Voy a estar en tu barrio el sábado por la tarde y quisiera verte. Con amor eterno, Jesucristo.»
Las manos le temblaban mientras ponía la carta en la mesa. «¿Por qué deseará Dios visitarme si no soy nadie especial? Y no tengo nada que ofrecerle.» Recordó su despensa vacía y pensó: «Debo ir al supermercado y comprar algo para la cena.» Rut tomó su cartera en la que tenía apenas cinco billetes, se puso el abrigo y salió corriendo. Compró un pan francés, media libra de jamón de pavo y una botella de leche. Se quedó con sólo doce centavos hasta el lunes. Pero se sentía satisfecha.
De vuelta a casa con su modesta compra bajo el brazo, escuchó una voz que le decía:
—Señorita, por favor, ¿puede ayudarnos?
Rut había estado tan absorta en sus planes para la cena que no había notado dos figuras acurrucadas en la acera: un hombre y una mujer, ambos vestidos de andrajos.
—Mire, señorita —insistió el hombre—, no tengo trabajo, y mi esposa y yo hemos estado viviendo en la calle. Estamos muertos de frío y de hambre. Si usted nos pudiera ayudar, se lo agradeceríamos mucho.
Rut los miró. Estaban sucios y apestaban. Si de veras querían trabajar, ya hubieran conseguido algún empleo. —Señor, me gustaría ayudarlos, pero yo también soy pobre. No tengo más que un poco de pan y jamón. Es lo que pensaba darle de comer a un invitado especial que viene a cenar conmigo esta noche. —Comprendo. Gracias de todos modos.
El hombre tomó del brazo a la mujer, y los dos se perdieron en el callejón. Al ver que se alejaban, Rut se sintió muy afligida. —¡Señor, espere! La pareja se detuvo, mientras ella se les acercaba corriendo.
—¿Por qué no toman esta comida? Puedo servirle otra cosa a mi invitado. —¡Que Dios se lo pague! —exclamó la mujer, agradecida, visiblemente temblando de frío. Rut se quitó el abrigo y le dijo: —Yo tengo otro abrigo en casa; ¿por qué no se pone éste?
En el camino a la casa Rut estaba sonriendo a pesar de que ya no tenía su abrigo ni la comida que había comprado. Pero al acercarse a su puerta se puso a pensar en que ya no tenía nada que ofrecerle al Señor, y se sintió desanimada.
Cuando metió la llave en la cerradura, notó que había otro sobre en el buzón. «Qué raro —pensó—. El cartero nunca viene dos veces el mismo día.» Intrigada, tomó el sobre y lo abrió:
«Querida Rut —decía—: Fue muy agradable verte de nuevo. Gracias por la comida y gracias también por el hermoso abrigo. Con amor eterno, Jesucristo.»
lunes, octubre 16, 2006
LA PACIENCIA ES EL CAMINO AL EXITO
No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
–(Hebreos 10:35,36)
La mayoría de nosotros tenemos una idea distorsionada acerca de la paciencia. Pensamos que es algo que nos ayudará a sufrir el fracaso con abnegación, pero según estos versículos, la paciencia nos pondrá en el camino al éxito.
La paciencia, o la constancia, es el poder gemelo de la fe. Ambas trabajan para que las promesas de Dios se cumplan en su vida. Por ejemplo, digamos que usted necesita trabajo. Entonces abre la Palabra y ahí puede ver que Dios promete suplir lo que necesita y que Él se deleita en la prosperidad de sus siervos. Una vez que se da cuenta de esas verdades, la fe cobra fuerza y usted exclama: "Aleluya, tengo el trabajo que necesito".
Pero ¿qué sucede con esa fe si mañana usted va a tres entrevistas de trabajo pero no tiene éxito con ninguna? ¿Entonces qué? Pues, entonces es cuando la paciencia tiene que entrar en acción y usted tiene que tomar la decisión de ser constante y de actuar como si nada hubiera cambiado.
La verdad es que, si usted puso su confianza en la Palabra de Dios, nada ha cambiado; lo que la Palabra dijo ayer lo dice igualmente hoy. Por lo tanto, si pone la paciencia en acción, ¿sabe lo que va a decir después de esas tres entrevistas sin éxito? Va a decir: "¡Aleluya, tengo el trabajo que necesito!", así como lo hizo antes. O sea, la fe abre le la puerta a la promesa de Dios y la paciencia la mantiene abierta hasta que esa promesa se cumpla.
¿Tiene su mira de fe puesta en alguna promesa de Dios, alguna promesa que ha estado esperando por algún tiempo? No deje que la demora lo desaliente. Ponga la paciencia en acción. La Palabra garantiza que usted recibirá su recompensa.
–(Hebreos 10:35,36)
La mayoría de nosotros tenemos una idea distorsionada acerca de la paciencia. Pensamos que es algo que nos ayudará a sufrir el fracaso con abnegación, pero según estos versículos, la paciencia nos pondrá en el camino al éxito.
La paciencia, o la constancia, es el poder gemelo de la fe. Ambas trabajan para que las promesas de Dios se cumplan en su vida. Por ejemplo, digamos que usted necesita trabajo. Entonces abre la Palabra y ahí puede ver que Dios promete suplir lo que necesita y que Él se deleita en la prosperidad de sus siervos. Una vez que se da cuenta de esas verdades, la fe cobra fuerza y usted exclama: "Aleluya, tengo el trabajo que necesito".
Pero ¿qué sucede con esa fe si mañana usted va a tres entrevistas de trabajo pero no tiene éxito con ninguna? ¿Entonces qué? Pues, entonces es cuando la paciencia tiene que entrar en acción y usted tiene que tomar la decisión de ser constante y de actuar como si nada hubiera cambiado.
La verdad es que, si usted puso su confianza en la Palabra de Dios, nada ha cambiado; lo que la Palabra dijo ayer lo dice igualmente hoy. Por lo tanto, si pone la paciencia en acción, ¿sabe lo que va a decir después de esas tres entrevistas sin éxito? Va a decir: "¡Aleluya, tengo el trabajo que necesito!", así como lo hizo antes. O sea, la fe abre le la puerta a la promesa de Dios y la paciencia la mantiene abierta hasta que esa promesa se cumpla.
¿Tiene su mira de fe puesta en alguna promesa de Dios, alguna promesa que ha estado esperando por algún tiempo? No deje que la demora lo desaliente. Ponga la paciencia en acción. La Palabra garantiza que usted recibirá su recompensa.
viernes, octubre 13, 2006
POR LA FE
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.
Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.
Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.
Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;
Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.
Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.
Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días.
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
¿Y TU QUE HARAS POR LA FE?
Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.
Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.
Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.
Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;
Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.
Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.
Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días.
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
¿Y TU QUE HARAS POR LA FE?
jueves, octubre 12, 2006
Si usted quiere un cambio
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres.
–(Tito 2:11)
La gracia nos enseña y el "Espíritu de gracia" nos instruye en el ser interior. Deje que el Espíritu Santo de Dios le aconseje y le enseñe cómo vivir en este mundo.
Si usted escucha la voz del mundo, tendrá una mente mundana, o carnal, que es muerte. Pero si sintoniza la voz del Espíritu de gracia, tendrá una mente espiritual, que según la Palabra de Dios, es vida y paz. Por eso, cuando el Espíritu de Dios le hable por medio de esa voz suave y apacible en su corazón, escúchela y obedézcala. El método de Dios siempre da resultado. Confíe en Él y tenga presente que Dios siempre está interesado en su bienestar.
Quizás el Espíritu Santo esté indicándole que descarte alguna actividad que está absorbiendo su tiempo y su atención. O quizás esté instándole a que se levante un poco más temprano para orar y meditar en la Palabra de Dios.
Lo que el Espíritu Santo le esté diciendo que haga, si lo hace, usted será más fuerte en la gracia de Dios, y por consiguiente, en la bendición de Dios.
No vacile más. ¡HÁGALO! Si usted quiere un cambio, haga el cambio.
–(Tito 2:11)
La gracia nos enseña y el "Espíritu de gracia" nos instruye en el ser interior. Deje que el Espíritu Santo de Dios le aconseje y le enseñe cómo vivir en este mundo.
Si usted escucha la voz del mundo, tendrá una mente mundana, o carnal, que es muerte. Pero si sintoniza la voz del Espíritu de gracia, tendrá una mente espiritual, que según la Palabra de Dios, es vida y paz. Por eso, cuando el Espíritu de Dios le hable por medio de esa voz suave y apacible en su corazón, escúchela y obedézcala. El método de Dios siempre da resultado. Confíe en Él y tenga presente que Dios siempre está interesado en su bienestar.
Quizás el Espíritu Santo esté indicándole que descarte alguna actividad que está absorbiendo su tiempo y su atención. O quizás esté instándole a que se levante un poco más temprano para orar y meditar en la Palabra de Dios.
Lo que el Espíritu Santo le esté diciendo que haga, si lo hace, usted será más fuerte en la gracia de Dios, y por consiguiente, en la bendición de Dios.
No vacile más. ¡HÁGALO! Si usted quiere un cambio, haga el cambio.
miércoles, octubre 11, 2006
ESTA OBRANDO EN TI
1:1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
1:3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
1:6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.
1:11Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.
1:16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.
1:20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.
1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.
Para que Dios llegara a crear al hombre pasaron 5 dias, pero su intencion era buscar en la tierra, quien se enseñoriara de su creacion, y dice la palabra que nos hizo a su imagen y semejanza, ¿lo sabias que eres hecho a imagen y semejanza de Dios?
De la misma manera que Dios obro en todo antes de llegar a nuestra creacion, es la misma menera en que El esta obrando ante las situacion que estas pasando, donde te preguntas ¿Donde esta Dios?.
¿Te digo donde esta El?
Separando de ti las tinieblas que te agobian.
Separando las aguas de la tierra, para que tengas un lugar seguro donde estar parado.
El esta obrando en tus necesidades, para que tu, con tu miradad puesta en El; te enseñorees de esa situacion.
1:3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
1:6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.
1:11Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.
1:16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.
1:20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.
1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.
Para que Dios llegara a crear al hombre pasaron 5 dias, pero su intencion era buscar en la tierra, quien se enseñoriara de su creacion, y dice la palabra que nos hizo a su imagen y semejanza, ¿lo sabias que eres hecho a imagen y semejanza de Dios?
De la misma manera que Dios obro en todo antes de llegar a nuestra creacion, es la misma menera en que El esta obrando ante las situacion que estas pasando, donde te preguntas ¿Donde esta Dios?.
¿Te digo donde esta El?
Separando de ti las tinieblas que te agobian.
Separando las aguas de la tierra, para que tengas un lugar seguro donde estar parado.
El esta obrando en tus necesidades, para que tu, con tu miradad puesta en El; te enseñorees de esa situacion.
martes, octubre 10, 2006
Viva libre de temor
El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.
–(Salmo 91:1-3)
¿Será posible vivir libre de temor en este mundo tan peligroso e incierto? ¡Sí, definitivamente es posible! Porque la protección es una promesa firme de Dios.
Pero no es una promesa para cualquiera, sino que es para los que moran a la sombra del Señor. Morar significa "habitar o residir habitualmente en un lugar". Morar bajo la sombra del Omnipotente significa vivir en constante unión con Él, guardando su Palabra y obedeciendo su voz. Los que permanecen en el Señor pueden vivir sin temor de lo que el diablo pueda hacer.
Sin embargo, permítame aclarar algo: la promesa de protección de Dios no garantiza que el diablo le dejará tranquilo a usted. Significa que Dios le dará una vía de escape cada vez que el dia¬blo levante su cara fea contra usted.
Si tiene temor de los peligros a su alrededor, pase más tiempo en la Palabra y en la oración hasta que su confianza en Dios venza su temor. Acérquese al Señor hasta que usted esté morando bajo la sombra del Omnipotente, y no importa lo peligroso que este mundo se ponga, ciertamente Dios lo librará.
–(Salmo 91:1-3)
¿Será posible vivir libre de temor en este mundo tan peligroso e incierto? ¡Sí, definitivamente es posible! Porque la protección es una promesa firme de Dios.
Pero no es una promesa para cualquiera, sino que es para los que moran a la sombra del Señor. Morar significa "habitar o residir habitualmente en un lugar". Morar bajo la sombra del Omnipotente significa vivir en constante unión con Él, guardando su Palabra y obedeciendo su voz. Los que permanecen en el Señor pueden vivir sin temor de lo que el diablo pueda hacer.
Sin embargo, permítame aclarar algo: la promesa de protección de Dios no garantiza que el diablo le dejará tranquilo a usted. Significa que Dios le dará una vía de escape cada vez que el dia¬blo levante su cara fea contra usted.
Si tiene temor de los peligros a su alrededor, pase más tiempo en la Palabra y en la oración hasta que su confianza en Dios venza su temor. Acérquese al Señor hasta que usted esté morando bajo la sombra del Omnipotente, y no importa lo peligroso que este mundo se ponga, ciertamente Dios lo librará.
lunes, octubre 09, 2006
Glorificad a Dios en vuestro cuerpo
1 corintios 6: 12-20
Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.
Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.
Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder.
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo.
¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne.
Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.
Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.
Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.
Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder.
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo.
¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne.
Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.
Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
viernes, octubre 06, 2006
Trayendo bendición a través de la obediencia
13:1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
13:2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
13:3 Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
13:4 porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.
13:5 Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.
13:6 Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo.
13:7 Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.
13:8 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
13:9 Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
13:2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
13:3 Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
13:4 porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.
13:5 Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.
13:6 Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo.
13:7 Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.
13:8 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
13:9 Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
jueves, octubre 05, 2006
Hasta alcance a ver, te será dado
No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
–(2 Corintios 4:18)
No centre su atención en lo que puede ver en la esfera del mundo físico y natural. Todo lo que usted ve es temporal y sujeto a cambio. Por lo tanto, ponga su fe en el reino invisible y eter¬no. Las cosas que son eternas no están sujetas a cambio.
La Palabra de Dios es eterna. En ella hay 7000 promesas que tratan con cualquier situación que usted pueda enfrentar en la vida. Esas promesas nunca cambiarán no importa lo que suceda en este mundo en constante cambio.
No importa lo mal que su cuerpo se sienta, la Palabra siempre dirá: "por cuya herida fuisteis sanados" (1 Pedro 2:24). No importa lo mal que esté económicamente, la Palabra siempre dirá: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" (Filipenses 4:19).
Usted no tiene que resignarse a la existencia precaria que el mundo le ofrece. Eche mano de lo que la Palabra dice que usted puede tener. Centre su atención en las verdades eternas de Dios, no en las cosas que se ven, porque, después de todo, esas cosas están sujetas a cambio.
–(2 Corintios 4:18)
No centre su atención en lo que puede ver en la esfera del mundo físico y natural. Todo lo que usted ve es temporal y sujeto a cambio. Por lo tanto, ponga su fe en el reino invisible y eter¬no. Las cosas que son eternas no están sujetas a cambio.
La Palabra de Dios es eterna. En ella hay 7000 promesas que tratan con cualquier situación que usted pueda enfrentar en la vida. Esas promesas nunca cambiarán no importa lo que suceda en este mundo en constante cambio.
No importa lo mal que su cuerpo se sienta, la Palabra siempre dirá: "por cuya herida fuisteis sanados" (1 Pedro 2:24). No importa lo mal que esté económicamente, la Palabra siempre dirá: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" (Filipenses 4:19).
Usted no tiene que resignarse a la existencia precaria que el mundo le ofrece. Eche mano de lo que la Palabra dice que usted puede tener. Centre su atención en las verdades eternas de Dios, no en las cosas que se ven, porque, después de todo, esas cosas están sujetas a cambio.
miércoles, octubre 04, 2006
En su decisión hay sanidad
Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.
–(Mateo 18:16)
Usted ciertamente ha estado muchas veces en el valle de la decisión, balanceándose precariamente entre la victoria y la derrota. Por un lado, está la palabra del mundo escrita por Satanás que le dice, "no vas a ser sanado"; por otro, la Palabra de Dios que le dice: "mi Palabra es sí, y amén" y "por cuya herida fuisteis sanados" (1 Pedro 2:14) ¿Quién será el que determine el resultado de todo? Usted será el testigo decisivo.
Leí una ve de un hombre, que quería que, un pastor orara por él. El pastor le dijo: "La Palabra dice que usted está sanado". El hombre lo interrumpió y dijo: "Sí, yo sé que dice eso, pero tengo este terrible dolor aquí". Lo miro a los ojos y le dijo otra vez: "La Palabra dice que por la herida de Jesús fuimos sanados". "Lo sé -respondió él-, pero tengo este terrible... "Meneo la cabeza en forma negativa y le dijo "Óigame bien, la Palabra dice que usted está sanado". La cara se le puso roja y dijo: "YO SÉ QUE DICE ESO, PERO YO TENGO ESTE..." Entonces, se quedó callado y lo miró. Él no se había dado cuenta de que estaba dejando que los síntomas físicos fueran su evidencia. No importa lo que la Palabra dijera, él solo creía en lo que podía ver y sentir.
Cuando se tranquilizó, le dijo: "Mire, usted quiere que esté de acuerdo con usted y está enojado porque no lo hago; pero si lo hago, usted moriría. Pero si usted está de acuerdo conmigo y con la Biblia, podemos hacer que sea sanado".
De repente, lo entendió. Sus ojos se iluminaron: "¡Oh, gloria a Dios! Veo lo que quiere decir. Entonces, ¡estoy de acuerdo con la Palabra de Dios!" Le impuso las manos y Dios lo sanó al instante.
Él recibió la sanidad cuando estuvo de acuerdo con Dios. Pudo haber recibido la sanidad en su habitación o mientras manejaba o en cualquier otra parte. Pudo haberla recibido en el momento que decidiera ser el testigo decisivo.
Ahora bien, su parte es orar y confirmar su testimonio. Si lo hace, Dios lo respaldará; y cuando Él lo respalda, todo lo demás tiene que alinearse o quitarse de en medio. Usted es el testigo decisivo. ¿Cuál será su decisión?
–(Mateo 18:16)
Usted ciertamente ha estado muchas veces en el valle de la decisión, balanceándose precariamente entre la victoria y la derrota. Por un lado, está la palabra del mundo escrita por Satanás que le dice, "no vas a ser sanado"; por otro, la Palabra de Dios que le dice: "mi Palabra es sí, y amén" y "por cuya herida fuisteis sanados" (1 Pedro 2:14) ¿Quién será el que determine el resultado de todo? Usted será el testigo decisivo.
Leí una ve de un hombre, que quería que, un pastor orara por él. El pastor le dijo: "La Palabra dice que usted está sanado". El hombre lo interrumpió y dijo: "Sí, yo sé que dice eso, pero tengo este terrible dolor aquí". Lo miro a los ojos y le dijo otra vez: "La Palabra dice que por la herida de Jesús fuimos sanados". "Lo sé -respondió él-, pero tengo este terrible... "Meneo la cabeza en forma negativa y le dijo "Óigame bien, la Palabra dice que usted está sanado". La cara se le puso roja y dijo: "YO SÉ QUE DICE ESO, PERO YO TENGO ESTE..." Entonces, se quedó callado y lo miró. Él no se había dado cuenta de que estaba dejando que los síntomas físicos fueran su evidencia. No importa lo que la Palabra dijera, él solo creía en lo que podía ver y sentir.
Cuando se tranquilizó, le dijo: "Mire, usted quiere que esté de acuerdo con usted y está enojado porque no lo hago; pero si lo hago, usted moriría. Pero si usted está de acuerdo conmigo y con la Biblia, podemos hacer que sea sanado".
De repente, lo entendió. Sus ojos se iluminaron: "¡Oh, gloria a Dios! Veo lo que quiere decir. Entonces, ¡estoy de acuerdo con la Palabra de Dios!" Le impuso las manos y Dios lo sanó al instante.
Él recibió la sanidad cuando estuvo de acuerdo con Dios. Pudo haber recibido la sanidad en su habitación o mientras manejaba o en cualquier otra parte. Pudo haberla recibido en el momento que decidiera ser el testigo decisivo.
Ahora bien, su parte es orar y confirmar su testimonio. Si lo hace, Dios lo respaldará; y cuando Él lo respalda, todo lo demás tiene que alinearse o quitarse de en medio. Usted es el testigo decisivo. ¿Cuál será su decisión?
martes, octubre 03, 2006
Evite los grandes fracasos
Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
(Efesios 4:17-19)
Hay una estrategia sutil que el enemigo utiliza para controlar nuestra vida. La Biblia lo llama "lascivia", y significa "apetito sin límites de algo".
Se ha dicho que la lascivia es inmoralidad extrema; sin embargo, no empieza de esa manera extrema. Al principio, la lascivia empieza con algunos pensamientos que parecen inocentes, pero luego esos pensamientos se multiplican más y más hasta convertirse en pecados graves.
Por ejemplo, una tarde, cuando tenía como nueve años, me dejé llevar por el deseo de maldecir. Sabía que no debía hacerlo, pero sin embargo lo hice. Tenía un pariente que era tan bueno para maldecir al estilo del este de Texas que yo creía que él había inventado el maldecir. Yo tenía curiosidad y quería ver qué se sentía.
Cuando por fin me despojé de toda restricción y empecé a soltar maldiciones, cierto mal empezó a entrar en mi mente, y eso me afectó mucho por 20 años. Cierta ley fue puesta en marcha y, como resultado, mi carne empezó a apoderarse de mí.
No deje que Satanás se valga de la lascivia para perjudicarle. Decida tanto en su mente como en su corazón obedecer a Dios en las cosas pequeñas. Usted podrá evitar los grandes fracasos y disfrutar las grandes victorias si anda en el Espíritu de Dios un paso a la vez.
(Efesios 4:17-19)
Hay una estrategia sutil que el enemigo utiliza para controlar nuestra vida. La Biblia lo llama "lascivia", y significa "apetito sin límites de algo".
Se ha dicho que la lascivia es inmoralidad extrema; sin embargo, no empieza de esa manera extrema. Al principio, la lascivia empieza con algunos pensamientos que parecen inocentes, pero luego esos pensamientos se multiplican más y más hasta convertirse en pecados graves.
Por ejemplo, una tarde, cuando tenía como nueve años, me dejé llevar por el deseo de maldecir. Sabía que no debía hacerlo, pero sin embargo lo hice. Tenía un pariente que era tan bueno para maldecir al estilo del este de Texas que yo creía que él había inventado el maldecir. Yo tenía curiosidad y quería ver qué se sentía.
Cuando por fin me despojé de toda restricción y empecé a soltar maldiciones, cierto mal empezó a entrar en mi mente, y eso me afectó mucho por 20 años. Cierta ley fue puesta en marcha y, como resultado, mi carne empezó a apoderarse de mí.
No deje que Satanás se valga de la lascivia para perjudicarle. Decida tanto en su mente como en su corazón obedecer a Dios en las cosas pequeñas. Usted podrá evitar los grandes fracasos y disfrutar las grandes victorias si anda en el Espíritu de Dios un paso a la vez.
lunes, octubre 02, 2006
La Regla de Oro
Lucas
6: 27-38
6:27 Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen;
6:28 bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
6:29 Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues.
6:30 A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
6:31 Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
6:32 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.
6:33 Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.
6:34 Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.
6:35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.
6:36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
6:37 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
6:38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
6: 27-38
6:27 Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen;
6:28 bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
6:29 Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues.
6:30 A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
6:31 Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
6:32 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.
6:33 Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.
6:34 Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.
6:35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.
6:36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
6:37 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
6:38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
martes, septiembre 26, 2006
Infidelidad 2da parte
No trate de olvidar la situación: el problema de la infidelidad no desaparecerá si usted lo ignora.
No trate de enfrentar el problema de la infidelidad a solas. Esto sólo le hará cargarse aún más. Comparta su problema con una persona de mucha confianza o a un profesional de consejería matrimonial.
En estos momentos no deje de buscar a Dios por medio de la oración y lectura de la Biblia, para que Dios le traiga paz y sabiduría en cómo proceder.
Ahora que sabe lo que no debe hacer cuando hay infidelidad en el hogar, le aconsejamos como confronte al cónyuge infiel por medio de los siguientes puntos:
Reconozca que la infidelidad es egoísmo de parte del cónyuge infiel y es un pecado delante de Dios. Usted debe confrontar la infidelidad de su cónyuge con firmeza. No acepte las excusas ni permita que justifique la infidelidad echándole la culpa a usted. La persona infiel debe asumir su responsabilidad por su decisión de ser infiel.
Exija con firmeza que la relación extramarital debe terminar en cuanto antes.
Proteja a sus hijos de los gritos o heridas emocionales cuando confronte al cónyuge infiel. Cuando hable con su pareja, busque algún lugar que no esté a oídos de sus hijos.
Si no se da el cambio en su cónyuge, entonces considere una separación para que reflexionar sobre sus malos pasos. Tiene que darse cuanta de que usted está firme en que el matrimonio no puede seguir si hay infidelidad.
Un tiempo prudencial de separación también le puede ayudar a usted para pacificar el dolor y enojo que le ha causado la infidelidad.
No es fácil sacar adelante un matrimonio que ha pasado por la infidelidad. Por lo cual busquen ayuda con expertos en consejería matrimonial. Pero no reciban consejería a la fuerza. Si usted o su cónyuge van a consejería bajo presión y no por voluntad propia, es más probable que la consejería no logre su propósito.
Si su cónyuge admite su error, se arrepiente de sus acciones y le pide perdón; aun así puede ser difícil perdonar. Por lo cual ore a Dios para que le ayude a perdonar y que con el tiempo usted pueda volver a sentir amor y confianza en su matrimonio. Trate en lo posible de no reprocharle la infidelidad.
Sobre todo busquen a Dios, juntos en pareja, y permitan que el Espíritu Santo traiga sanidad y restauración a su hogar.
No trate de enfrentar el problema de la infidelidad a solas. Esto sólo le hará cargarse aún más. Comparta su problema con una persona de mucha confianza o a un profesional de consejería matrimonial.
En estos momentos no deje de buscar a Dios por medio de la oración y lectura de la Biblia, para que Dios le traiga paz y sabiduría en cómo proceder.
Ahora que sabe lo que no debe hacer cuando hay infidelidad en el hogar, le aconsejamos como confronte al cónyuge infiel por medio de los siguientes puntos:
Reconozca que la infidelidad es egoísmo de parte del cónyuge infiel y es un pecado delante de Dios. Usted debe confrontar la infidelidad de su cónyuge con firmeza. No acepte las excusas ni permita que justifique la infidelidad echándole la culpa a usted. La persona infiel debe asumir su responsabilidad por su decisión de ser infiel.
Exija con firmeza que la relación extramarital debe terminar en cuanto antes.
Proteja a sus hijos de los gritos o heridas emocionales cuando confronte al cónyuge infiel. Cuando hable con su pareja, busque algún lugar que no esté a oídos de sus hijos.
Si no se da el cambio en su cónyuge, entonces considere una separación para que reflexionar sobre sus malos pasos. Tiene que darse cuanta de que usted está firme en que el matrimonio no puede seguir si hay infidelidad.
Un tiempo prudencial de separación también le puede ayudar a usted para pacificar el dolor y enojo que le ha causado la infidelidad.
No es fácil sacar adelante un matrimonio que ha pasado por la infidelidad. Por lo cual busquen ayuda con expertos en consejería matrimonial. Pero no reciban consejería a la fuerza. Si usted o su cónyuge van a consejería bajo presión y no por voluntad propia, es más probable que la consejería no logre su propósito.
Si su cónyuge admite su error, se arrepiente de sus acciones y le pide perdón; aun así puede ser difícil perdonar. Por lo cual ore a Dios para que le ayude a perdonar y que con el tiempo usted pueda volver a sentir amor y confianza en su matrimonio. Trate en lo posible de no reprocharle la infidelidad.
Sobre todo busquen a Dios, juntos en pareja, y permitan que el Espíritu Santo traiga sanidad y restauración a su hogar.
lunes, septiembre 25, 2006
Confrontando a un cónyuge infiel
5:21 Someteos unos a otros en el temor de Dios.
Efesios 5:21
En estos días es triste saber que muchas parejas sufren por la infidelidad matrimonial. La mayoría de personas que están involucradas en una relación extramarital tratan de esconder la infidelidad a su cónyuge. Hay veces cuando la persona en la relación no se da cuenta de la infidelidad de su cónyuge hasta que ha pasado mucho tiempo.
¿Cómo podemos saber si el cónyuge nos es infiel o si solamente estamos sufriendo de celos incontrolados? Aquí hay algunas señales de una posible infidelidad en su relación matrimonial.
Cambio de actitud hacia el cónyuge: menos cariño, menos cumplidos y menos paciencia. Más criticas, más regaños y más enojo.
Su pareja parece estar aburrido de usted y no quiere hacer nada en pareja.
Hay menos intimidad en el matrimonio al punto de que ya casi no existe la intimidad.
Hay gastos irregulares en las tarjetas de crédito o cuentas bancarias.
Extendidas horas de trabajo.
Se aumentan las reuniones de trabajo fuera de la oficina o lugar de empleo.
Viajes de trabajo constantes.
Cambio de perfume, vestuario o ropa interior.
Preocupación excesiva en mantener un físico más joven por medio de ejercicio, dietas, cremas, etc.
Su cónyuge se rehúsa a comunicarse con usted, sobre todo en cuanto a los cambios que están pasando en el matrimonio.
Falta de interés por las cosas de Dios como el asistir a la iglesia, leer la Biblia u orar.
Si usted sospecha que existe una infidelidad, posiblemente se está preguntado cuál es la mejor manera de confrontar esta situación. Sentimientos de dolor, rechazo, enojo, frustración, miedo y tristeza se mezclan con la pregunta: ¿Y ahora qué hago?
Antes de actuar, debe tomar en cuenta lo siguiente:
No justifique el comportamiento de su cónyuge haciendo excusas por la infidelidad de su pareja.
Al fin de cuentas la infidelidad es la culpa de la persona que decide ser infiel.
No piense que usted se merece la infidelidad ni que esto es el castigo que tiene que sufrir por alguna insuficiencia personal de su parte.
No le grite a la pareja infiel, ya que gritos no cambiarán el comportamiento de la personal infiel.
No se deje llevar por sentimientos de venganza, como por ejemplo el deseo serle infiel a su cónyuge para que sienta el mismo dolor que usted está sintiendo. Esto no le ayudará a sanar las heridas y sólo servirá para causar más dolor a su autoestima y emociones.
CONTINUARA
Efesios 5:21
En estos días es triste saber que muchas parejas sufren por la infidelidad matrimonial. La mayoría de personas que están involucradas en una relación extramarital tratan de esconder la infidelidad a su cónyuge. Hay veces cuando la persona en la relación no se da cuenta de la infidelidad de su cónyuge hasta que ha pasado mucho tiempo.
¿Cómo podemos saber si el cónyuge nos es infiel o si solamente estamos sufriendo de celos incontrolados? Aquí hay algunas señales de una posible infidelidad en su relación matrimonial.
Cambio de actitud hacia el cónyuge: menos cariño, menos cumplidos y menos paciencia. Más criticas, más regaños y más enojo.
Su pareja parece estar aburrido de usted y no quiere hacer nada en pareja.
Hay menos intimidad en el matrimonio al punto de que ya casi no existe la intimidad.
Hay gastos irregulares en las tarjetas de crédito o cuentas bancarias.
Extendidas horas de trabajo.
Se aumentan las reuniones de trabajo fuera de la oficina o lugar de empleo.
Viajes de trabajo constantes.
Cambio de perfume, vestuario o ropa interior.
Preocupación excesiva en mantener un físico más joven por medio de ejercicio, dietas, cremas, etc.
Su cónyuge se rehúsa a comunicarse con usted, sobre todo en cuanto a los cambios que están pasando en el matrimonio.
Falta de interés por las cosas de Dios como el asistir a la iglesia, leer la Biblia u orar.
Si usted sospecha que existe una infidelidad, posiblemente se está preguntado cuál es la mejor manera de confrontar esta situación. Sentimientos de dolor, rechazo, enojo, frustración, miedo y tristeza se mezclan con la pregunta: ¿Y ahora qué hago?
Antes de actuar, debe tomar en cuenta lo siguiente:
No justifique el comportamiento de su cónyuge haciendo excusas por la infidelidad de su pareja.
Al fin de cuentas la infidelidad es la culpa de la persona que decide ser infiel.
No piense que usted se merece la infidelidad ni que esto es el castigo que tiene que sufrir por alguna insuficiencia personal de su parte.
No le grite a la pareja infiel, ya que gritos no cambiarán el comportamiento de la personal infiel.
No se deje llevar por sentimientos de venganza, como por ejemplo el deseo serle infiel a su cónyuge para que sienta el mismo dolor que usted está sintiendo. Esto no le ayudará a sanar las heridas y sólo servirá para causar más dolor a su autoestima y emociones.
CONTINUARA
jueves, septiembre 21, 2006
Actitud ante la dificultad
Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan.
–(Marcos 4:16-17)
Parece que hay muchos cristianos sembrados en "pedregales" en estos días. Cuando empiezan en la vida cristiana, se emocionan con la Palabra de Dios. Por ejemplo, oyen un mensaje sobre la prosperidad y vuelven a sus hogares diciendo: "¡Aleluya! Voy a prosperar, en el nombre de Jesús". Pero luego, por alguna razón las cosas no marchan como ellos esperaban: su cuenta bancaria no se duplica de la noche a la mañana, se decepcionan de algo, reciben algunas críticas. En poco tiempo, su fe se ha marchitado.
Si no quiere que eso le suceda a usted, decídase ahora mismo que no se dejará derrotar por esos momentos difíciles. Decida ahora que se mantendrá en la Palabra aun en medio de la persecución y la aflicción, porque puedo garantizarle que vendrán a su vida. Cuando uno se decide a vivir por la fe, las pruebas no desaparecen, hay que aprender a vencerlas.
Cuando usted empieza a sembrar la Palabra de Dios en su corazón, vera al enemigo hacer lo posible para que la Palabra sea infructuosa en usted. Tratará de crear confusión toda vez que pueda. Usted tendrá problemas, pero la diferencia es que ahora tiene la respuesta: la Palabra de Dios.
Sin embargo, gracias a Dios que por medio de Cristo Jesús usted tiene el poder para derrotar a Satanás. Cuando este le lance problemas y desilusiones a su paso, no tiene que postrarse y dejar que lo arrollen, sino siga peleando la buena batalla de la fe hasta que venza.Si llega a ser derribado, levántese y diga: "Fíjate bien, diablo, no voy a permitir que me quites la Palabra de mi corazón. Está ahí, y estoy meditando en ella. La confieso con mi boca y actúo sobre ella hasta que las bendiciones de Dios me envuelvan. Te reprendo en el nombre de Jesus.
–(Marcos 4:16-17)
Parece que hay muchos cristianos sembrados en "pedregales" en estos días. Cuando empiezan en la vida cristiana, se emocionan con la Palabra de Dios. Por ejemplo, oyen un mensaje sobre la prosperidad y vuelven a sus hogares diciendo: "¡Aleluya! Voy a prosperar, en el nombre de Jesús". Pero luego, por alguna razón las cosas no marchan como ellos esperaban: su cuenta bancaria no se duplica de la noche a la mañana, se decepcionan de algo, reciben algunas críticas. En poco tiempo, su fe se ha marchitado.
Si no quiere que eso le suceda a usted, decídase ahora mismo que no se dejará derrotar por esos momentos difíciles. Decida ahora que se mantendrá en la Palabra aun en medio de la persecución y la aflicción, porque puedo garantizarle que vendrán a su vida. Cuando uno se decide a vivir por la fe, las pruebas no desaparecen, hay que aprender a vencerlas.
Cuando usted empieza a sembrar la Palabra de Dios en su corazón, vera al enemigo hacer lo posible para que la Palabra sea infructuosa en usted. Tratará de crear confusión toda vez que pueda. Usted tendrá problemas, pero la diferencia es que ahora tiene la respuesta: la Palabra de Dios.
Sin embargo, gracias a Dios que por medio de Cristo Jesús usted tiene el poder para derrotar a Satanás. Cuando este le lance problemas y desilusiones a su paso, no tiene que postrarse y dejar que lo arrollen, sino siga peleando la buena batalla de la fe hasta que venza.Si llega a ser derribado, levántese y diga: "Fíjate bien, diablo, no voy a permitir que me quites la Palabra de mi corazón. Está ahí, y estoy meditando en ella. La confieso con mi boca y actúo sobre ella hasta que las bendiciones de Dios me envuelvan. Te reprendo en el nombre de Jesus.
miércoles, septiembre 20, 2006
CAMPAÑA CONTRA EL DENQUE
Transcurren siete días desde que el virus pasa del intestino del insecto hasta sus glándulas salivares por donde lo expulsa.
Cómo actuar ante el dengue
El dengue es producido por un virus de la misma familia 'Flaviviridae'. A la misma familia pertenecen también el virus del Nilo, el patógeno responsable de la encefalitis japonesa y el de la fiebre amarilla. Sin embargo, es el mosquito 'Aedes aegypti' el que transmite la enfermedad.
Con los envases de almacenamiento de agua Mojar un paño o esponja de cloro sin. diluir, y pasarlo por todo el borde del recipiente de almacenamiento de agua, por encima del nivel del líquido que es donde el mosquito deposita los huevos. Dejar reposar el cloro por unos 15 minutos antes de completar el envase con más agua. Repetir la acción una o dos veces por semana.
En el patio Eliminar todos los objetos que puedan acumular agua. Mantener patios y jardines limpios.
En caso de que se presente la enfermedad Visitar al médico inmediatamente se presente fiebre. Si el paciente no es internado, se debe estar vigilante y volver al médico en caso de que presente síntomas como somnolencia, intranquilidad, dolor abdominal persistente, vómitos continuos, cambios de temperatura bruscos, disminución de la presión arterial etc.
“intégrate en la lucha contra el dengue, es una cuestión de todos, evita ser el próximo”.
martes, septiembre 19, 2006
Cambia tu imagen
Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?
–(Romanos 8:24,25)
De acuerdo a Romanos, la esperanza es ver algo que no se puede ver. ¿Cómo se hace eso? Se hace mirando con los ojos espirituales las promesas de Dios contenidas en su Palabra hasta formar la imagen que queremos.
Por ejemplo, una de las cosas más difíciles que tuve que hacer fue encarar el hecho de que la imagen que tenía de mí mismo era la de una persona gorda. No importaba cuánto yo trataba de cambiar, la imagen seguía en mi mente. Siempre estaba siguiendo dietas especiales. Debí de haber perdido (y recobrado) cientos de libras a través de los años.
Por último, tuve que admitir que mientras siguiera viéndome a mí mismo como alguien gordo, mi figura externa seguiría siendo igual a mi imagen interna. Recuerde que la fe es la que cambia las cosas, pero si no hay una imagen interna de esperanza, la fe no puede hacer nada.
Esto no es algo que usted podrá hacer de la noche a la mañana, sino que lleva tiempo, especialmente si ha tenido por muchos años la imagen interna que está tratando de cambiar. Pero usted podrá hacerlo. Vaya a la Palabra de Dios y empiece hoy mismo a cambiar la imagen que tiene de sí mismo, transformándola en una imagen de esperan¬za. Dibuje el plano en su corazón para que su fe se edifique sobre ese plano
–(Romanos 8:24,25)
De acuerdo a Romanos, la esperanza es ver algo que no se puede ver. ¿Cómo se hace eso? Se hace mirando con los ojos espirituales las promesas de Dios contenidas en su Palabra hasta formar la imagen que queremos.
Por ejemplo, una de las cosas más difíciles que tuve que hacer fue encarar el hecho de que la imagen que tenía de mí mismo era la de una persona gorda. No importaba cuánto yo trataba de cambiar, la imagen seguía en mi mente. Siempre estaba siguiendo dietas especiales. Debí de haber perdido (y recobrado) cientos de libras a través de los años.
Por último, tuve que admitir que mientras siguiera viéndome a mí mismo como alguien gordo, mi figura externa seguiría siendo igual a mi imagen interna. Recuerde que la fe es la que cambia las cosas, pero si no hay una imagen interna de esperanza, la fe no puede hacer nada.
Esto no es algo que usted podrá hacer de la noche a la mañana, sino que lleva tiempo, especialmente si ha tenido por muchos años la imagen interna que está tratando de cambiar. Pero usted podrá hacerlo. Vaya a la Palabra de Dios y empiece hoy mismo a cambiar la imagen que tiene de sí mismo, transformándola en una imagen de esperan¬za. Dibuje el plano en su corazón para que su fe se edifique sobre ese plano
lunes, septiembre 18, 2006
EL RESULTADO
El sabio Salomón escribe: «Al malvado lo atrapan sus malas obras; las cuerdas de su pecado lo aprisionan» (Proverbios 5:22).
Nosotros somos víctimas de nosotros mismos. Somos hoy el resultado de todo lo que hicimos ayer. El mundo que se nos viene encima es el gran monto de todo lo que nosotros mismos hemos creado. ¿Cuándo caeremos en cuenta? ¿Cuándo reconoceremos que nuestra vida presente es la cosecha de la semilla que nosotros mismos hemos sembrado?
De igual manera, el que goza de bien no es porque sea dichoso, o suertero o afortunado. La dicha consiste en saber sembrar la buena semilla. El apóstol Pablo lo expresó con sabiduría: «Cada uno cosecha lo que siembra» (Gálatas 6:7).
Aprendamos del gran sabio por excelencia, del Señor Jesucristo, Dios hecho hombre. Él tiene un plan para nuestra vida, un plan para nuestro bien. Pero Él no le impone su voluntad a nadie. El plan de Dios para el hombre siempre queda a opción del hombre mismo. Digámosle a Cristo, en oración sincera:
«Señor, mi vida es tuya. Haz conmigo lo que quieras. Yo me rindo a tu voluntad.»
Nosotros somos víctimas de nosotros mismos. Somos hoy el resultado de todo lo que hicimos ayer. El mundo que se nos viene encima es el gran monto de todo lo que nosotros mismos hemos creado. ¿Cuándo caeremos en cuenta? ¿Cuándo reconoceremos que nuestra vida presente es la cosecha de la semilla que nosotros mismos hemos sembrado?
De igual manera, el que goza de bien no es porque sea dichoso, o suertero o afortunado. La dicha consiste en saber sembrar la buena semilla. El apóstol Pablo lo expresó con sabiduría: «Cada uno cosecha lo que siembra» (Gálatas 6:7).
Aprendamos del gran sabio por excelencia, del Señor Jesucristo, Dios hecho hombre. Él tiene un plan para nuestra vida, un plan para nuestro bien. Pero Él no le impone su voluntad a nadie. El plan de Dios para el hombre siempre queda a opción del hombre mismo. Digámosle a Cristo, en oración sincera:
«Señor, mi vida es tuya. Haz conmigo lo que quieras. Yo me rindo a tu voluntad.»
jueves, septiembre 14, 2006
Dios corrige al que ama
No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará. Da al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.
–(Proverbios 9:8,9)
Hay algo que usted puede hacer que acelerará su crecimiento espiritual más que cualquier otra cosa: aprenda a recibir la corrección que viene del Espíritu de Dios y de otros creyentes.
Son muy pocos los creyentes que puede recibir eso. Cuando el pastor habla sobre algo que ellos ya saben o habla de algún aspecto de sus vidas que ya han sometido al Señor, creen que él es una gran persona. Él les cae bien porque los hace sentirse bien. Pero en el momento que el pastor empieza a hablar de algo que ellos no están cumpliendo, entonces se ofenden.
Dios dice que eso es necedad. En Proverbios 1:7 Él dice que solamente los insensatos rec¬hazan o desprecian la corrección.
Así que, no sea como ellos. Cuando el pastor o cualquier otra persona del Cuerpo de Cristo tenga una palabra de corrección para usted, recíbala con agradecimiento. Aprecie a los que comparten la sabiduría de Dios con usted. Cuando alguien le haga ver que usted está errado en algo, en lugar de reaccionar contra esa persona, examínese y diga: "¿Es eso cierto? ¿Está eso de acuerdo con la Palabra? ¿Necesito hacer un cambio?" Si la respuesta a esas preguntas es sí, entonces haga los cambios que deba hacer para enderezar su vida.
Sé que eso no es fácil. A ninguno le gusta ser corregido. Pero aún así, si usted decide que va a recibir la corrección y que está dispuesto a aprender, podrá seguir adelante y crecer más rápidamente en las cosas espirituales.
Alguien dijo: "Si usted cree que ya ha llegado, en realidad no va para ninguna parte". Recuerde eso la próxima vez que alguien lo corrija. Ame a esa persona y agradézcale por acelerar su pro¬greso espiritual. Si hace eso, saldrá siempre adelante.
–(Proverbios 9:8,9)
Hay algo que usted puede hacer que acelerará su crecimiento espiritual más que cualquier otra cosa: aprenda a recibir la corrección que viene del Espíritu de Dios y de otros creyentes.
Son muy pocos los creyentes que puede recibir eso. Cuando el pastor habla sobre algo que ellos ya saben o habla de algún aspecto de sus vidas que ya han sometido al Señor, creen que él es una gran persona. Él les cae bien porque los hace sentirse bien. Pero en el momento que el pastor empieza a hablar de algo que ellos no están cumpliendo, entonces se ofenden.
Dios dice que eso es necedad. En Proverbios 1:7 Él dice que solamente los insensatos rec¬hazan o desprecian la corrección.
Así que, no sea como ellos. Cuando el pastor o cualquier otra persona del Cuerpo de Cristo tenga una palabra de corrección para usted, recíbala con agradecimiento. Aprecie a los que comparten la sabiduría de Dios con usted. Cuando alguien le haga ver que usted está errado en algo, en lugar de reaccionar contra esa persona, examínese y diga: "¿Es eso cierto? ¿Está eso de acuerdo con la Palabra? ¿Necesito hacer un cambio?" Si la respuesta a esas preguntas es sí, entonces haga los cambios que deba hacer para enderezar su vida.
Sé que eso no es fácil. A ninguno le gusta ser corregido. Pero aún así, si usted decide que va a recibir la corrección y que está dispuesto a aprender, podrá seguir adelante y crecer más rápidamente en las cosas espirituales.
Alguien dijo: "Si usted cree que ya ha llegado, en realidad no va para ninguna parte". Recuerde eso la próxima vez que alguien lo corrija. Ame a esa persona y agradézcale por acelerar su pro¬greso espiritual. Si hace eso, saldrá siempre adelante.
miércoles, septiembre 06, 2006
Evite la discordia
No sin razón se nos dice en Efesios 4:26-27: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo”.
Dar lugar al diablo en nuestra vida por medio de la ofensa y la discordia, es como abrirle la puerta para que entre a robarnos la Palabra; y la Palabra es la que nos sana, nos protege, nos libra de la maldición y nos traslada a una vida de bendición. Y lo más importante: la Palabra es la que nos arraiga y nos cimenta en el amor de Dios.
Si de veras entendiéramos el mal que causa la discordia, la evitaríamos como a una serpiente venenosa; no tendríamos nada que ver con ella. Pero la mayoría de los creyentes nunca ha considerado seriamente lo que la Biblia dice acerca de la discordia, nunca ha dado importancia a versículos como:
Proverbios 10:12: “El odio despierta rencillas, pero el amor cubre todas las faltas”.
Proverbios 15:18: “El que es iracundo provoca contiendas; el que es paciente las apacigua”.
Proverbios 16:27-28: “El hombre perverso cava en busca del mal; en sus labios hay como una llama de fuego. El hombre perverso promueve contienda, y el chismoso separa a los mejores amigos”.
Proverbios 17:14: El que inicia la discordia es como quien suelta las aguas, ¡abandona, pues, la contienda, antes que se complique!
La palabra que se traduce “contienda” o “discordia” implica falta de armonía, desacuerdo, lucha por la superioridad o por un puesto. La discordia, la contienda, surge cuando uno teme que alguien se va a aprovechar de uno. La discordia dice: tengo que pelear por lo que es mío.
Asi que si el enemigo le envia una persona que parece muy piadosa a hablarle mal de su jefe, cortelo hay mismo, rehuce emitir opiniones, que solo alimentaran la contienda o chime que el enemigo desea levantar en u vida.
Se sabio
Dar lugar al diablo en nuestra vida por medio de la ofensa y la discordia, es como abrirle la puerta para que entre a robarnos la Palabra; y la Palabra es la que nos sana, nos protege, nos libra de la maldición y nos traslada a una vida de bendición. Y lo más importante: la Palabra es la que nos arraiga y nos cimenta en el amor de Dios.
Si de veras entendiéramos el mal que causa la discordia, la evitaríamos como a una serpiente venenosa; no tendríamos nada que ver con ella. Pero la mayoría de los creyentes nunca ha considerado seriamente lo que la Biblia dice acerca de la discordia, nunca ha dado importancia a versículos como:
Proverbios 10:12: “El odio despierta rencillas, pero el amor cubre todas las faltas”.
Proverbios 15:18: “El que es iracundo provoca contiendas; el que es paciente las apacigua”.
Proverbios 16:27-28: “El hombre perverso cava en busca del mal; en sus labios hay como una llama de fuego. El hombre perverso promueve contienda, y el chismoso separa a los mejores amigos”.
Proverbios 17:14: El que inicia la discordia es como quien suelta las aguas, ¡abandona, pues, la contienda, antes que se complique!
La palabra que se traduce “contienda” o “discordia” implica falta de armonía, desacuerdo, lucha por la superioridad o por un puesto. La discordia, la contienda, surge cuando uno teme que alguien se va a aprovechar de uno. La discordia dice: tengo que pelear por lo que es mío.
Asi que si el enemigo le envia una persona que parece muy piadosa a hablarle mal de su jefe, cortelo hay mismo, rehuce emitir opiniones, que solo alimentaran la contienda o chime que el enemigo desea levantar en u vida.
Se sabio
martes, septiembre 05, 2006
MOVIENDO MONTAÑAS
¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
–(Mateo 12:34)
Así como las palabras sin fe no tienen ningún efecto, la fe sin palabras tampoco. Ambas son necesarias para activar la ley de la fe. Hay muchos creyentes que ignoran ese principio; están hablando siempre palabras de duda y de incredulidad. Luego, un día se les ocurre levantarse y decir algunas palabras de fe, y con ellas esperan mover montes; pero para su sorpresa, los montes no se mueven
.¿Por qué no se mueven? Pues, como dice Mateo 12:34-35, las palabras que vienen del corazón son las que producen resultados. La persona que dice algunas palabras de fe de vez en cuando, no las está diciendo de la abundancia de su corazón, por eso no son eficaces.
¿Quiere eso decir que usted no debería hablar palabras de fe hasta que no esté seguro de que tiene la fe para respaldarlas?
¡No! Hablar palabras de fe es un buen ejercicio espiritual. Por ejemplo, en lo que concierne a la salud, si quiere recibir sanidad por la fe, someta su mente y su boca a la Palabra de Dios. En vez de hablar de lo mal que se siente, repita lo que dice Isaías 53:5: "Mas [Jesucristo] herido fue por [mis] rebeliones, molido por [mis] pecados; el castigo de [mi] paz fue sobre él, y por su llaga [fui yo curado]".
Al meditar más en esas palabras y repetirlas, la verdad en ellas contenida empezará a penetrar y a arraigarse en su corazón. Con el tiempo usted estará hablando de la abundancia de su corazón. Y cuando eso suceda, las circunstancias en que usted esté no importarán, porque sabrá que tendrá lo que ha estado pidiendo, y ni el diablo mismo podrá persuadirlo de lo contrario. Usted habrá pasado de la esperanza a la fe, entonces empezará a ver los montes moverse.
–(Mateo 12:34)
Así como las palabras sin fe no tienen ningún efecto, la fe sin palabras tampoco. Ambas son necesarias para activar la ley de la fe. Hay muchos creyentes que ignoran ese principio; están hablando siempre palabras de duda y de incredulidad. Luego, un día se les ocurre levantarse y decir algunas palabras de fe, y con ellas esperan mover montes; pero para su sorpresa, los montes no se mueven
.¿Por qué no se mueven? Pues, como dice Mateo 12:34-35, las palabras que vienen del corazón son las que producen resultados. La persona que dice algunas palabras de fe de vez en cuando, no las está diciendo de la abundancia de su corazón, por eso no son eficaces.
¿Quiere eso decir que usted no debería hablar palabras de fe hasta que no esté seguro de que tiene la fe para respaldarlas?
¡No! Hablar palabras de fe es un buen ejercicio espiritual. Por ejemplo, en lo que concierne a la salud, si quiere recibir sanidad por la fe, someta su mente y su boca a la Palabra de Dios. En vez de hablar de lo mal que se siente, repita lo que dice Isaías 53:5: "Mas [Jesucristo] herido fue por [mis] rebeliones, molido por [mis] pecados; el castigo de [mi] paz fue sobre él, y por su llaga [fui yo curado]".
Al meditar más en esas palabras y repetirlas, la verdad en ellas contenida empezará a penetrar y a arraigarse en su corazón. Con el tiempo usted estará hablando de la abundancia de su corazón. Y cuando eso suceda, las circunstancias en que usted esté no importarán, porque sabrá que tendrá lo que ha estado pidiendo, y ni el diablo mismo podrá persuadirlo de lo contrario. Usted habrá pasado de la esperanza a la fe, entonces empezará a ver los montes moverse.
lunes, septiembre 04, 2006
Un Corazon Dispuesto
Y saliendo Jesús... y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos... Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.
–(Mateo 14:14; 15:30,31)
La tradición religiosa dice que Dios es glorificado cuando soportamos abnegadamente el sufrimiento y la enfermedad. Pero eso no es lo que dice la Biblia. Lo que sí dice es que Dios es glorificado cuando los ciegos ven, los cojos andan y los mancos son sanados.
En la India o en África, donde la gente desconoce esas tradiciones religiosas, cuando alguien se pone en pie y dice: "Yo vengo a ustedes como mensajero del Dios Altísimo", la gente lo cree. Cuando ellos oyen decir que Jesús, el Rey de reyes, derramó su sangre por ellos; cuando oyen decir que Dios les ha enviado un mensajero para decirles que Jesús los libertará del pecado, de la enfermedad y de la muerte, se llenan de emoción. No se ponen a discutir con la Palabra de Dios. Entonces, ¿sabe qué sucede? Que la gente empieza a ser sanada, a tirar las muletas y a quitarse los vendajes.
Cuando aprendamos a recibir la Palabra de Dios como lo hace la gente de esos lugares, las mismas cosas sucederán entre nosotros. Dios no hace acepción de personas; su Palabra actúa en todos. La diferencia está en la manera en que la recibamos.
–(Mateo 14:14; 15:30,31)
La tradición religiosa dice que Dios es glorificado cuando soportamos abnegadamente el sufrimiento y la enfermedad. Pero eso no es lo que dice la Biblia. Lo que sí dice es que Dios es glorificado cuando los ciegos ven, los cojos andan y los mancos son sanados.
En la India o en África, donde la gente desconoce esas tradiciones religiosas, cuando alguien se pone en pie y dice: "Yo vengo a ustedes como mensajero del Dios Altísimo", la gente lo cree. Cuando ellos oyen decir que Jesús, el Rey de reyes, derramó su sangre por ellos; cuando oyen decir que Dios les ha enviado un mensajero para decirles que Jesús los libertará del pecado, de la enfermedad y de la muerte, se llenan de emoción. No se ponen a discutir con la Palabra de Dios. Entonces, ¿sabe qué sucede? Que la gente empieza a ser sanada, a tirar las muletas y a quitarse los vendajes.
Cuando aprendamos a recibir la Palabra de Dios como lo hace la gente de esos lugares, las mismas cosas sucederán entre nosotros. Dios no hace acepción de personas; su Palabra actúa en todos. La diferencia está en la manera en que la recibamos.
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