Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?
–(Romanos 8:24,25)
De acuerdo a Romanos, la esperanza es ver algo que no se puede ver. ¿Cómo se hace eso? Se hace mirando con los ojos espirituales las promesas de Dios contenidas en su Palabra hasta formar la imagen que queremos.
Por ejemplo, una de las cosas más difíciles que tuve que hacer fue encarar el hecho de que la imagen que tenía de mí mismo era la de una persona gorda. No importaba cuánto yo trataba de cambiar, la imagen seguía en mi mente. Siempre estaba siguiendo dietas especiales. Debí de haber perdido (y recobrado) cientos de libras a través de los años.
Por último, tuve que admitir que mientras siguiera viéndome a mí mismo como alguien gordo, mi figura externa seguiría siendo igual a mi imagen interna. Recuerde que la fe es la que cambia las cosas, pero si no hay una imagen interna de esperanza, la fe no puede hacer nada.
Esto no es algo que usted podrá hacer de la noche a la mañana, sino que lleva tiempo, especialmente si ha tenido por muchos años la imagen interna que está tratando de cambiar. Pero usted podrá hacerlo. Vaya a la Palabra de Dios y empiece hoy mismo a cambiar la imagen que tiene de sí mismo, transformándola en una imagen de esperan¬za. Dibuje el plano en su corazón para que su fe se edifique sobre ese plano
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