Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.
–(Deuteronomio 28:2)
"Bueno, hermano, estoy seguro de que al final usted verá que las dificultades económicas son en realidad una bendición disfrazada": ¿alguna vez ha oído a alguien decir esas palabras a otro que está mal económicamente? Es posible que sí pues es una creencia muy común.
El problema con esa creencia es que es una mentira de la cual el diablo se vale para oprimir a los creyentes, y ello explica por qué hay tantos cristianos que fracasan una y otra vez en sus finanzas. Pero veamos lo que dice la Palabra de Dios para aclarar este el asunto de la prosperidad y la pobreza. Aclaremos de una vez por todas cuál es la bendición y cuál es la maldición.
La respuesta la encontramos en Deuteronomio 28. Lo que Dios describe en los versículos 1 al 14 es la bendición: la prosperidad. En los versículos 15 al 31, Él describe la pobreza: la maldición.La maldición tiene como fin destruir; su fin no es enseñarle alguna lección ni hacerle más espiritual, sino destruirle. No importa que la pobreza sea mucha o poca, seguirá siendo una maldición.
Satanás ha hecho todo lo que ha podido para convencer al pueblo de Dios de que la pobreza es una bendición disfrazada, pero la pobreza es algo que el diablo inventó. Así que no le crea ni por un momento. Renueve su mente con la Palabra de Dios.
Si usted es hijo de Dios nacido de nuevo, no tiene por qué estar viviendo bajo la maldición de la pobreza ni de ninguna otra maldición. ¡Usted ha sido redimido!
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