El amor es ante todo el mandamiento que Jesús nos dio, sin embargo, muchos creyentes no lo ponen en práctica. Hablo de creyentes que pueden citar muchos versículos bíblicos y decir el Nombre de Jesús 35 ó 40 veces al día, pero son bruscos con su familia y sus amigos e insensibles a las necesidades de los demás. Están tan ocupados "sirviendo al Señor" que no tienen tiempo para servir a otros. La discordia es la característica de sus vidas.
Quizá usted tenga muchos años de ser salvo y tal vez pueda hablar en lenguas todo el día, pero si hay discordia en su corazón y no sigue el mandamiento de amor de Jesús, las cosas espirituales no tendrán sentido para usted. Si usted se encuentra en esta condición, el nombre de Jesús no hará nada por usted y su fe de nada le servirá porque la Biblia dice que la fe obra por el amor. De hecho, ninguno de los dones del Espíritu operará si usted no tiene amor; así lo establece 1 Corintios 13.
¿Quiere ver el poder extraordinario de Dios liberado en su vida? Entonces empiece a poner en práctica el mandamiento del amor, empiece a amar a los que están a su alrededor.
El amor es el cargador de poder; el poder de Dios es nulo sin ese cargador. Por eso es que el poder ha fallado tanto entre los miembros del Cuerpo de Cristo. A partir de hoy podemos darle un giro total a los fracasos. Podemos decidir que la Palabra va a morar en abundancia en nosotros, que vamos a guardar los mandamientos de Jesús, que vamos a decir su Nombre con confianza y autoridad y, lo más importante de todo, vamos a amarnos unos a otros. Entonces será cuando el poder de Dios empezará a manifestarse gloriosamente.
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