lunes, noviembre 27, 2006

El es

Hebreos 5; 1-10

1 Porque todo Sumo sacerdote es escogido de entre los hombres y constituido a favor de los hombres ante Dios, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados,

2 él puede mostrarse paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad,

3 por causa de la cual debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.[a]

4 Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.[b]

5 Por eso, tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino que fue Dios quien le dijo:
«Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy».

6 Como también dice en otro lugar:
«Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec».

7 Y Cristo, en los días de su vida terrena, ofreció ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que lo podía librar de la muerte, y fue oído a causa de su temor reverente.

8 Y, aunque era Hijo, a través del sufrimiento aprendió lo que es la obediencia;

9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que lo obedecen,

10 y fue declarado por Dios Sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. ç


Jesus es tu sumo sacerdote, ven a El, y entrega tu vida, te aseguro que veras sus maravillas.

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