jueves, diciembre 10, 2009

Tomando la Palabra

Estoy curado de la corona de mi cabeza hasta las plantas de los pies.

Quien llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia, por cuya herida fuisteis sanados (I Pedro 2:24).

En el estudio de hoy se nos recuerda que la curación pertenece al cristiano nacido de nuevo. No tenemos que aceptar la enfermedad y la enfermedad, porque no sólo proveyó Dios para nuestra salvación del pecado, sino que también proveyó para nuestra salvación de la enfermedad.

Confesión diaria es tan importante para la obtención y el mantenimiento de las manifestaciones de nuestro cuerpo. Cuanto más se lee y habla la Palabra, más crece nuestra fe. La Palabra es tan poderosa que, sin el esfuerzo de otros, además de la oración y la exposición regular (lectura, hablar, y escuchar a ella), nuestra fe crece a pasos agigantados. Esto es coherente con Romanos 10:17 que dice: "Así que la fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios."

Cuando llegamos a Jesús, no sólo se ofrece la salvación del pecado, pero también lo era la salvación de la enfermedad, la falta financieros, el dolor emocional, problemas de relación, y la lista continúa. Dios nos ama con un amor eterno, y él quiere lo mejor para nosotros. Tercera de Juan 1:2 dice: "Amado, yo deseo sobre todas las cosas que puedas prosperar y estar en salud, así como prospera tu alma." Usted puede ver el corazón de Dios aquí. Él quiere que prospere en todos los ámbitos de nuestras vidas. Entonces, ¿por qué alguien dice que Dios envía la enfermedad a nosotros para enseñarnos una lección, o para traer gloria a Su nombre? ¿Es coherente con su deseo de prosperar en nosotros y estar en la salud? No, absolutamente no!

Como he mencionado en el estudio, la curación es igual a su disposición como el perdón de los pecados. Se tarda el mismo poder de hacer ambas cosas. Dios se preocupa por su ser total, no sólo el estado eterno de su alma. Él quiere que su experiencia terrenal para ser agradable también. Estar enfermo quita a la alegría y la felicidad que quiere que tengamos mientras estamos en la Tierra. El poder de Dios en Su Palabra y siempre está presente para sanar y perdonar. Pero recuerde, si bien siempre están presentes, su capacidad y el poder no se manifiesta hasta que tengamos la actitud que se requiere.

Así que si usted tiene síntomas de la enfermedad y la enfermedad en su cuerpo, coloque su mano y proclame la palabra de sanidad que Dios ha provisto para usted y asegúrese de confesar la Palabra de Dios con respecto a su sanación y la integridad. Su fe para la curación crecerá y podrás ver la Palabra de Dios empezar a trabajar en su cuerpo. Sean bendecidos.

¿Qué tipos de pensamientos No me permite ver fe para curarme?

No veo puedo ser sanado, el dolor puede mas que las promesas de Dios.

La enfermedad que ha sido un reto frente a mi cuerpo por un largo tiempo, a veces me pregunto si Dios realmente me ayudara a desecharla.

A y B

Ninguna de las anteriores

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