domingo, diciembre 06, 2009

Dios es un Padre amoroso que ama, provee y protege.

Dios es un Padre amoroso que ama, provee y protege.

1 Juan 3:1 nos dice: Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.

Nuestra manera de ver a Dios determina qué tipo de vida vivimos, si creemos o no en sus promesas y, por ende, nuestra relación con Él. Por eso, es importante pensar en Él como el Padre que es. Dios es amor, esa es su esencia, Él quiere lo mejor para nosotros; somos sus hijos.

1. Ama.

Decimos que somos sus hijos, pero no disfrutamos de su paternidad. Si los padres humanos saben dar buenas dádivas a sus hijos, cuánto más nuestro Padre Celestial. Dios nos ama tanto que dio a su hijo Jesús. Si nadie más hubiera necesitado que Jesús muriera para salvarse, Él hubiera muerto sólo por ti. El Padre no quiere que ni uno solo se pierda.

2. Provee.

Podemos arriesgarnos por nuestros sueños, porque tenemos un Padre bueno que sabe dar cosas buenas a sus hijos. Algunos se conforman con un fin de semana en la iglesia, pero no tienen idea de lo que Dios puede hacer en sus vidas. Un verdadero hijo de Dios tiene claro que Dios es su Padre, que siempre tiene más para él. El portarnos bien es para cumplir los sueños que Él tiene para nosotros; Él quiere que disfrutemos de la vida, por eso puso los mandamientos. Cuando se anima a luchar por los sueños, ahí viene Dios a avalar los proyectos, porque es un padre que provee.

3. Protege.

Dios es el Creador de todo, y nosotros somos hijos de un mismo Padre. El apóstol Pablo nos dice que somos propiedad de Dios; Él pagó caro por nosotros, y nosotros somos sus hijos. Un padre amoroso protege. Cuando estés en problemas, ve a casa, corre a tu Padre Celestial, Él siempre quiere lo mejor para ti. Cuando estamos más cerca de Dios, más lejos llegamos, más increíble es nuestra vida.

Algunos hemos tenido buenos padres en la tierra, pero otros no. Algunos se niegan a Dios porque están enojados o le tienen miedo. Dios te ama aún cuando te portas mal, como el hijo pródigo. Él siempre está dispuesto a perdonarte, esa es su gracia, su misericordia es asombrosa. Él nos ama a pesar de nosotros mismos. A menos que abraces a Dios como tu Padre, nunca vas a abrazar sus planes. Si no entiendes su amor, no tiene sentido ir al templo, portarse bien.

Espera más de Dios, ten expectativas, asume riesgos, ve para adelante porque tienes un Padre amoroso. A veces, da miedo crecer, tomar decisiones, pero… ¡tenemos un Padre que nos protege!

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