martes, enero 22, 2008

Obedecer a Dios

Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se ubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.

Jeremias 9:23-24

Pedro era un pescador profesional. Sabía cómo evaluar las condiciones atmosféricas, dónde encontrar los mejores sitios para pescar y cuándo ponerle fin a una noche improductiva. Por su experiencia, debió haber cuestionado en silencio la racionalidad de la instrucción de Jesús. ¿Para qué echar la red si su experimentado equipo de pescadores no había atrapado nada en toda la noche?

Dios a veces les pide a Sus hijos que actúen de maneras que parecen poco razonables. Su petición puede requerir el tener que dejar un empleo o ministerio que Él acababa de dar, aceptar más responsabilidades cuando la vida esta bastante cargada o tomar una tarea que parece más adecuada para alguien con otras capacidades. Sin embargo, por ser Dios quien lo pide, será absolutamente correcto hacerlo. Tenemos, entonces, que decidir si hacer lo que es sensato para la lógica humana, u obedecer a Dios.

La Biblia habla de muchas personas que tuvieron que tomar decisiones como esas. A Abraham se le pidió que sacrificara a su hijo Isaac. A Noé se le dijo que construyera un arca en una tierra donde nunca había llovido, porque vendría un diluvio. A Josué se le dio la estrategia bélica de marchar alrededor de la ciudad de Jericó, en vez de atacarla (Jos. 6:2-5). A Gedeón, el guerrero sin experiencia, se le dijo que despidiera a la mayoría de sus hombres antes de la batalla (Jue. 7:2, 3). Todos ellos obedecieron y experimentaron el poder de Dios a su favor.

No permita que la lógica humana le diga si debe obedecer el plan de Dios. Confíe en Él, como lo hicieron Pedro y aquellos otros fieles creyentes.

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