martes, octubre 23, 2007

Sanar nuestras heridas

Mi primer matrimonio terminó en divorcio y luego me volví a casar. Ahora entiendo que mi divorcio y un segundo matrimonio fueron un error, y que la Biblia enseña que Dios odia el divorcio. ¿Quiere Dios que deje mi segundo esposo y regrese al primero? ¿Cuáles son los mandatos bíblicos referentes al divorcio y volverse a casar, sea con la misma persona divorciada o con alguien diferente?

El porcentaje de divorcio en los segundos matrimonios es mucho más alto que en los primeros, e incrementa al pasar de los años. Existen varias razones . Primero , las personas no solucionan los problemas que condujeron al primer divorcio . Segundo, como todo, el divorcio es más fácil si lo ha hecho antes. Tercero, aunque el divorcio sea una separación física, es casi imposible lograr una separación emocional.

Dios dice que el matrimonio, el cual Él creó, toma dos individuos (un hombre y una mujer) y los pasa a ser una sola carne (Génesis 2:23-24). Un hombre sabio dijo que el matrimonio es como pegar dos piezas de cartón. Usted puede apartarlos, pero ambos serán despedazados quedando pedazos de la otra pieza permanentemente pegados. Uno no puede divorciarse sin dejar algo de sí en el cónyuge, usted siempre cargará algo de su cónyuge divorciado con usted.

Primera Corintios 7:10-11 revela: “Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.”

Si aún nos se ha vuelto a casar, haga todo lo posible por reconciliarse con su exesposo (a) o quédese soltero (a). Si se volvió a casar, quédese así. Un segundo divorcio no va a corregir el error cometido en el primer matrimonio. Lo primordial en cualquier matrimonio es asegurarse que su cónyuge y usted amen a Jesús más de lo que se aman el uno al otro. Usted no puede tener un matrimonio exitoso sin su Creador tan y como una sinfonía no puede producir armonía sin el conductor.

recuerde que primero debemos sanar nuestras heridas y conocer las circuntancias, para poder ser y ayudar a ser feliz.

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