Toda persona tiene expectativas respecto a su futuro y a la vida que quiere forjar para sí misma, así como los valores, principios y creencias que quiere transmitir a sus seres queridos. Deseamos ser felices y esperamos ir avanzando hacia lugares y situaciones mejores que las que ocupamos actualmente.
Si deseamos ser felices, si muchas personas quieren ser mejores, si el conflicto es desagradable para una mayoría de individuos, ¿por qué encontramos tanta violencia, tanta ansiedad, temor e ira en la vía pública, en las carreteras e, inclusive, detrás de las puertas cerradas de los hogares?
Violencia está definida por la Organización Mundial de la Salud como “cualquier acto que produzca o pueda producir daños o sufrimientos físicos, sexuales o mentales, incluidas las amenazas de tales actos, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, tanto en la vida pública como en la privada
Dentro del marco familiar, es fundamental diferenciar entre cuatro tipos fundamentales de violencia que pueden tomar lugar en el interior de los hogares:
1. La violencia física es un cáncer que está carcomiendo familias, vecindarios y comunidades enteras.
2. Existe la violencia psicológica, la cual consiste en el daño, amenaza o coerción de la identidad, seguridad y estabilidad emocional de otra persona.
3. La violencia por negligencia es, muchas veces ignorada, porque el agresor o agresora “no hace nada”. Negligencia consiste en permitir, de forma pasiva, que otra persona permanezca sin recibir el sustento para las necesidades básicas de su sano desarrollo.
4. Finalmente, la violencia patrimonial consiste en ejercer el poder económico y material para dominar a otra persona, es decir, generar una situación de dependencia material y de injusticia respecto a bienes que legalmente deberían ser compartidos.
Medidas que podemos tomar contra la violencia familias:
-Evalúe su vida familiar
-Busquen, como familia, alternativas de intercambio emocional
-Aléjese de situaciones que salgan de su control
-Infórmese sobre temas de violencia y sobre la forma en la que su comunidad busca enfrentar el problema
Finalmente, recuerde que, como seres humanos, nos necesitamos unos a otros. Ame a su familia y a los suyos: déles su lugar. Y si le resulta difícil reconocer en qué momentos usted, o alguien a quien usted ama, se comporta en forma violenta, no dude en buscar consejo de alguna persona especializada en el tema. La búsqueda de soluciones integrales, desafiantes y profundas es parte fundamental de apostar por la paz… y todos tenemos mucho por ganar.
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