¿Qué clase de persona eres? Eres de los que pierde o de los que gana, de los que producen o de los que Dios les quita de las manos lo que no pudieron tomar? Hay gente a la que Dios le quita lo que no hace producir más. El Señor es bueno con todos, pero muestra su bondad a los que más creen en ella.
Hay gente que siempre está pensado que algo malo le va a pasar, tiene un síndrome de persecución espantosa y piensa que es la maldición del bisabuelo que caerá hasta su bisnieto. Pero no hay maldición que pueda hacerte algo. Puedes escoger entre ver las maldiciones de tus ancestros o ver a la cruz del calvario que te hizo libre de toda maldición. Muchas personas no salen de sus maldiciones porque no han logrado creer que están libres de ellas.
El miedo que el siervo tenía estaba basado en una mentira, y esa mentira fue producida por su mente. Él se inventó el hombre duro, se creyó la opinión del jefe que él se inventó. Y eso es cierto. Muchos de ustedes se han formado una imagen diferente de lo que otro es, pintan una obra maestra en su mente. Aquel hombre hizo de su jefe un hombre injusto y malvado, y le fue igual de mal que como se lo imaginó.
No creo que la crisis haya afectado de forma directa a la gente. Fue su boca, su mente que los hizo darse por vencidos antes de pelear. Medita por 15 segundos las decisiones que has tomado en tu vida. ¿Cuál de ellas dejaste de tomar o la tomaste de forma equivocada por miedo? ¿Miedo a qué tuviste? ¿Le tuviste miedo a una verdad o a una mentira? Te quedaste con las ganas de tomar la decisión de echar a andar una idea y otro sí la hizo. ¿Por qué no te animaste tú mismo?
La amplificación del miedo
La mayor parte de la gente tiene una forma de pensar que hace crecer el miedo. Por ejemplo, si te dicen que van a recortar personal en la empresa para la que trabajas, ¿empiezas a buscar otro trabajo o amplificas el miedo al extremo de pensar miles de cosas negativas? Sólo porque te quedaste sin trabajo, empiezas a redactar de forma amarillista tu propia noticia, y empiezas a decir muchas cosas que están sólo en tu mente.
La Biblia dice que ciertamente el bien y la misericordia te seguirán todos los días de tu vida. El bien y la misericordia están tras de ti todos los días. Confiesa todos los días que crees y presientes que algo bueno te va pasar hoy. Debes creer que las bendiciones de Dios te persiguen.
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