¿Quién de nosotros no ha pasado por momentos en los cuales aún conociendo a Dios y creyendo en El, no entiende lo que El está haciendo en nosotros?
Dios está haciendo cosas en nuestras vidas, en nuestra casa y, con las personas que nos rodean, que no logramos entender. El tiene planes con nuestras vidas y por eso en su trato hacia nosotros comienza a probarnos utilizando métodos extraños, a través de los cuáles nos preparará para algo muy especial.
Cuando llegamos a Cristo, creemos que todo será castillo de oro, pero en el caminar cristiano también ha situaciones triste y dolorosas. El salmo 23 nos muestra que pasamos por etapas diversas en nuestras vidas: etapas de aguas de reposos, etapas en que nuestras almas son confortadas; pero hay también etapas de valles de sombras y de muertes; tiempos duros y difíciles.
Veamos el ejemplo de David. El era un pastorcito de ovejas hijo de ilegítimo de Isaí, lo cual en la cultura judía significaba que no tenía los mismos derechos de los hijos nacidos del matrimonio. Hijos en esta condición eran mal vistos en la sociedad, por eso David creció trabajando entre las majadas de ovejas, mientras sus hermanos vivían cómodamente en la casa.
Imagínese como creció David, era un hijo rechazado, su padre no se acordaba de El. Cuando el profeta Samuel llegó a la casa y le dijo al padre de David que de sus hijos hay uno que sería rey, éste los llamó a todos a su presencia y de David ni se acordaba; entonces el profeta le preguntó que si esos eran todos sus hijos, porque ahí no estaba el que sería rey; y es en ese momento que Isai se recordó de David.
Podríamos pensar que los problemas de David ya estaban resueltos por haber sido ungido. Sin embargo la palabra evidencia todo lo contrario: David debía ser probado. Perseguido durante 40 años por el Rey Saúl, traicionado por Absalón su hijo. David nos habla de un hombre que había aprendido a ver a Dios en su vida, un hombre que había visto el favor de Dios en su familia y en su pueblo Israel; que había sido rey; y que aun en el “valle de sombra y oscuridad”, podía reconocer que Jehová estaba permitiendo las circunstancias por las que estaba atravesando “Si él así maldice, es porque Jehová le ha dicho que maldiga a David….” (2 S. 16:10). El nunca dejó de alabar a Jehová; el siempre estuvo seguro de que Dios iba a seguir obrando en su vida y que había permitido que ciertas situaciones.
Debemos Entender que Dios siempre esta delante de nosotros, y verlo como nuestro pastor en cada etapa de nuestras vidas: En la paz a través de los verdes prados y aguas de reposos; o en la adversidad: momentos de valle de sombra, donde vemos que todo es oscuridad, y no entendemos lo que está pasando.
Dios prueba algo que sabe que va a resistir y le va a dar más valor porque para eso son las pruebas, por eso Santiago dice: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”. (Stg.1:2-4)
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