1:11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; 1:12 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
Galatas 1: 11-12
Para el Señor nada es imposible. Ningún obstáculo es un reto para Él. Pero, aunque sabemos que Él es soberano sobre todas las situaciones, no mantenemos esta perspectiva. Cuando enfrentamos problemas:
•Experimentamos un cambio de enfoque. Cuando estamos en apuros, tendemos a quitar nuestros ojos del Señor y ver sólo nuestros problemas. Pero cuanto más tiempo veamos nuestras circunstancias, más grandes nos parecerán. Si estamos todo el tiempo pensando en ellas, nuestro estado de ánimo puede volverse muy negativo. Aunque Dios sigue teniendo una dirección para que la tomemos, no estamos ya concentrados en Sus propósitos.
•Hacemos una evaluación equivocada de nuestros recursos. Cuando tenemos problemas, hacemos un inventario de nuestras propias fuerzas y capacidades, y cuando vemos que son insuficientes nos desanimamos. La verdad es que nosotros no tenemos lo que se necesita para enfrentar las dificultades de la vida, y el mismo Señor Jesucristo nos lo dijo (Juan 15:5). Pero las capacidades de Dios no ilimitadas, Su poder nunca termina, y Su sabiduría es perfecta. Necesitamos hacer un inventario de Sus recursos, no de los nuestros.
•Vemos los obstáculos como barreras. Para el cristiano obediente, los impedimentos representan oportunidades. El Señor puede demostrar Su poder maravilloso a través de nuestras dificultades. En esos momentos, crecemos en fe y aprendemos más de nuestro Padre celestial. Si vemos las dificultades simplemente como problemas, podemos perdernos de las demostraciones del amor, el poder y la sabiduría de Dios.
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