4:3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; 4:4 que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; 4:5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 4:6 que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. 4:7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
4:8 Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo. 4:9 Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros; 4:10 y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más; 4:11 y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, 4:12 a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.
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