martes, enero 03, 2006

¡Mire Hacia Lo Alto!

Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición
por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo (Hebreos 12:3).


Mire hacia lo alto... porque en tiempos como estos, su vida puede depender de ello.
Hace un tiempo, el Señor me mostró que en estos días un espíritu de cansan­cio está tratando de interferir en nues­tra vida a través de toda la presión y las malas noticias que nos rodean. Este
espíritu está obrando para que quite­mos los ojos de la Palabra de Dios, al bombardeamos con fuerzas negativas. Está tratando de que miremos hacia abajo, a la derrota; en lugar de mirar hacia lo alto, a Jesús.

Si usted lo permite, su hombre espiritual comenzará a perder su dominio. y la Palabra nos dice cuáles son los resultados de eso. Dice que "pier­dan el ánimo". ¡Jesús lo describió de esta manera en Marcos 4. El dijo que cuando los afa­nes de este mundo entran en el corazón y la mente, ahogan la Palabra y hace que se haga infructuosa. y puesto que la fe es producto de la Palabra, signifi­ca que la fe se marchitará. Cuando eso sucede, va rumbo al desastre. ¿ Qué puede hacer para detener esa reacción en cadena de abatimiento?

¡Mire hacia lo alto! Vuelva sus ojos a Jesús. Recuerdo que en el campo de competencia atlética, cuando un oponente bajaba su cabeza ya no era considerado peligroso. Fácilmente podía ser vencido. Por eso, mantenga su cabeza en alto. Considere a Jesús, el Autor y Consumador de su fe. Considére lo a El en lugar de a los afanes de este mundo. Considere lo que Dios dice en Su Palabra. Sea motivado por los pensamientos de Dios. Permita que los pensamientos de Jesús vengan a ser los suyos.

¡Mire hacia lo alto! Quite sus ojos de las circunstancias que le rodean y póngalos en la Fuente celestial. N o tenga temor de perderlo todo. Dios es su fuente, no el mundo. El puede cui­
dar de usted a pesar de 10 que pase a su alrededor.

Si últimamente ha estado cansado, comience a alzar sus ojos. Levante su cabeza en lugar de bajada. Dios está arriba. Jesús está arriba. El diablo está abajo, debajo de sus pies. ¡Mire hacia
lo alto!


LECTURA BIBLICA: Isaías 40:21-31

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