Por qué te turbas alma mía dentro de mí, cuando debes mirar
a tu creador, encuentra asiento en el santo templo de Jehová, que es mi cuerpo,
déjate guiar por el Santo Espíritu de Dios, él te desea recordar que hay muchos
beneficios en Dios y todos son para ti.
David dijo: ¿Por qué te
abates, alma mía, y por qué te
turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez por la salvación de su presencia. Dios mío, mi alma está en mí deprimida; por
eso me acuerdo de ti desde la tierra del Jordán, y desde las cumbres del Hermón, desde el
monte Mizar.
En una ocasión escuche
un cuento de una señora que estaba de compra en el supermercado con su hija, de
pocos años de edad, cuando llego al pasillo de los dulce, la niña empezó a
gritar que quería dulce, su madre dijo – tranquila, Estefany, tranquila, que
casi llegamos a la caja, pagamos y nos
vamos a casa- mientras ella hablaba, un
hombre que estaba en el lugar se queda mirando en la forma tan pasiva que la
madre le habla a su hija.
Cuando van camino a la
caja se encuentra en el pasillo de las galletas, la niña empieza a gritar que
quiere galletas, la madre le dice – tranquila, Estefany, tranquila, en cinco
minutos pagamos y nos vamos a casa, te
das un rico baño y te acuestas a dormir- el hombre admirado, se enfoca en
seguir a la pareja para ver el desenlace de la situación.
Cuando llegaron a la
caja, la niña grita una vez más, al ver los chicles y chocolates, su madre le dice – tranquila, Estefany,
tranquila, ya pagamos y nos vamos a casa-,
cuando salen al estacionamiento camino al vehículo, el hombre se acerca a
felicitar a la madre por la forma tan pasiva y respetuosa en que le hablaba a
su hija Estefany, a lo que la madre le contesto – perdone señor, usted está
equivocado, la niña no se llama Estefany, Estefany soy yo.
Cada día debemos
ministrarnos, escuchamos a los demás, hablamos mucho con todos los que podemos,
pero no tomamos tiempo para hablar a nuestra alma y permitir que el Espíritu Santo
la ministre.
Hoy es un buen día para
iniciar una relación con tu alma, no pierdas el tiempo, Dios quiere todo de ti,
dijo David a su alma: Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez por la salvación de su presencia
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