viernes, noviembre 21, 2014

CONOCIMIENTO, ALUMBRAMIENTO Y ENTENDIMIENTO

Lo más importante de nuestra relación con la palabra es el entendimiento en efesios 1: 16-19 vemos como Pablo daba importancia de alumbramiento del entendimiento para el pleno conocimiento de Cristo, pues no está escrito que mi pueblo perece por falta de conocimiento.

Pablo escribió: No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención de vosotros en mis oraciones; pidiendo que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor conocimiento de El.  Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de su poder.

Verdaderamente extraordinario, deseemos esto, que Dios alumbre nuestro entendimiento, para que con la sabiduría podamos conocer la primero cual es la esperanza, para que como Abraham creyó en esperanza contra esperanza llego a ser llamado padre de las naciones, de esta manera nosotros lleguemos a tener el nombre que Dios en nuestro llamamiento tiene para nosotros.

Segundo cuales son las riquezas de su gloria de su herencia en los santos, que es la vida eterna alabando y adorando a Dios sin sentir ya cansancio, tristeza, hambre ni sed, tercero la extraordinaria grandeza de su poder para con los que hemos creído, que se manifestara en las señales que nos seguirán al hacer su voluntad y que nos permitirá hacer aun cosas más grandes que las que el hizo.

Y por último el cuarto, la eficiencia de la fuerza de su poder, que se muestra en sanidad, en la liberación, el los cambio de los hábitos, las adicciones, en el mejorar el mal temperamento, en su protección, en todo lo que necesitamos se manifiesta la eficiencia de la fuerza de su poder.

Escrito está en 2  de Corintio 3;6: el cual también nos hizo suficientes como ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.

No nos quedemos en la letra, solo leyendo la palabra, más bien escudriñemos la palabra para que no perezcamos, sino que tengamos vida por el Espíritu. 

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