Compartiendo en la playa con mi familia y amigos allegados,
tuve una experiencia que me confronto bastante, les cuento que llegue a la
playa y como me gusta mucho me apresure a ser el primero en entrar, luego mi
esposa y mi hija entraron, ya todos en el agua, jugando con mi hija, me percato
de que ella está totalmente aferrada a mí, a pesar de que tenía algo que la
ayudaba a permanecer flotando.
La miro y le digo – mi hija tu confías en papi, mirándome me
responde, si, entonces le digo, suéltate, deja de agarrarme que yo te sostengo-
ella lentamente me dejo de agarrar, primero una mano y luego la otra, si olvido
de esto y empezó a juguetear con el agua y las personas alrededor.
En ese momento vino un pensamiento de que Dios deseaba eso
mismo de nosotros, mejor dicho de mí, sentí que eso me decía Dios, si confías
en mi suéltate que yo te tengo en mis manos, no te dejare caer.
Pedro pidió a Jesús que si era él le mandara que fuera a
donde el, esto fue cuando Jesús, estando ellos en medio del mar, camino sobre
las aguas, ellos asustados creían que
era un fantasma, más cuando él les hizo entender, pedro le hizo la petición, entonces
pedro salió de la barca y camino sobre las aguas, mientras caminaba soplo el
viento y quito su mirada de Jesús y la pudo en el viento, lo que le trajo temor
e hizo que empezará a hundirse, más el grito sálvame que perezco y Jesús extendió
su mano y lo levanto.
Todos se cuentan hasta ese momento, pero el momento que nos
toca es que luego agarrado de la mano de Jesús, volvió a la barca.
Dios quiere que entendamos que él nos está sosteniendo de la
mano, no importa la circunstancia él está como poderoso velando por nosotros,
no están fácil soltar lo que aparentemente me va a ayudar a permanecer a flote
en medio de las circunstancias, pero Dios nos dice que no es como, ni en lo que
creemos que nos va a ayudar a salvarnos, que nos va ayudar a dejar los vicios,
las adicciones o las ataduras, es nuestra confianza en él lo que hace que todo
cambie.
No es fácil, pero el resultado trae plenitud de gozo, y es
lo que deseamos.
Confía en él, y él hará.
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