El trigo es la palabra de Dios, en el libro de Joel, como usted recordará, toda la destrucción, toda la calidad vino por la falta de trigo. Note que el pueblo de Dios escondía el trigo, escondía la palabra, La palabra no es para esconderla, la palabra no es para guardarla, la palabra no es para almacenarla, la palabra es para tenerla en el corazón y para que la hables con tu boca, Hay pueblo de Dios sumido en la pobreza porque no se han dado cuenta que la Biblia dice que nuestro Señor Jesucristo siendo rico, por amos a nosotros se hizo pobre, para que por medio de su pobreza llegáramos a ser ricos (2Corintios 8:9), siguen pelados porque tienen la palabra almacenada.
La palabra hay que tenerla en los labios, hay que confesarla para que se materialice. Cerca de ti esta la palabra, en tu boca y en tu corazón, es decir la palabra de fe, que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor (Romanos 10:8-9); Señor quiere decir dueño, es como que estés diciendo: Yo confieso que Jesús es mi dueño, le pertenezco, lo recibo como mi dueño, así cuando el enemigo llega a buscarte le dices: Llegaste tarde, yo le pertenezco al Dios de arriba, El es mi proveedor, el es mi escudo, el es mi sanador, el es mi ayudador.
Cuando te sientas que ya no puedes, si tienes problemas solo di: El bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, si el enemigo te dice: Si, pero mira como estás; Dile: Jehová es mi pastor, nada me faltará, recuerda que el bien y la misericordia son espíritus que Dios envía y a los cuales puedes acudir solo tienes que confesarlo y decir: Ven salud, ven bendición, ven prosperidad, ven sanidad, ven riqueza, porque Dios ha enviado a sus ángeles que son espíritus ministradores, porque recuerda que también hay espíritus malos, de amargura, de pobreza, de corrupción, de tristeza, pero cuando viene la bendición se va la maldición. Dios envía a sus ángeles para que te ministren, pero debes tener la palabra en tu boca.
Cuando nuestro Señor Jesús fue tentado se recuerda ¿Qué hizo?; Respondió: Escrito está, porque El tenía la palabra en sus labios.
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