Escucha las indicaciones de Dios aunque todo parezca adverso. Procura una estrecha comunicación con el Señor para poder escucharle y obedecerle en lo que Él te dice.
La situación actual es muy difícil. En menos de doce horas recibí dos llamadas desesperadas de dos amigos que la están pasando muy mal. Ambos me han pedido intercesión porque sienten que las puertas se cierran y no encuentran salidas. El cansancio y la frustración está dominando a muchos, pero el Señor es refugio, refresco y esperanza para quienes le creen.
Estos dos amigos me hicieron recordar que como cristianos no somos de los que no tenemos esperanza. La Palabra es poderosa y nos ayuda a encontrar soluciones a través de ejemplos y enseñanzas. Ponerla en práctica es una herramienta que puede sacarte de cualquier crisis económica, espiritual, emocional o laboral, porque es viva, verdadera y eficaz. Todo puede pasar, pero Dios y Su palabra permanecen firmes para sostenernos.
Isaac, hombre de fe
Génesis 26:1-5 cuenta: Después hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar. Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.
Isaac tenía sesenta años o más cuando esto sucedió. El pueblo pasaba de nuevo por una época de hambruna y escasez. Nota que las crisis pueden llegar en cualquier momento y todas las generaciones enfrentarán alguna. Imagina la preocupación de Isaac al verse incapaz de proveer a su familia. Esa necesidad lo induce a pensar que debe irse a otro lugar a probar suerte, aunque las opciones no son precisamente buenas. Muchos ahora están en la misma complicada situación. Tal vez no estás bien en tu trabajo, sientes que tu jefe te lleva mal o no hay posibilidades de crecimiento en la empresa, además tienes deudas y compromisos con tu familia y tienes ganas de salir corriendo.
Las lecciones que Isaac nos da
Primero, Escuchar y obedecer las indicaciones de Dios aunque todo parezca adverso. Procura una estrecha comunicación con el Señor para poder escucharle y obedecerle. Isaac vio y escuchó a Dios porque tenía una relación estrecha con Él. Para tomar las grandes decisiones de nuestra vida en época de crisis, debemos estar conectados con Dios y escuchar la voz del Espíritu Santo que nos orienta. Él quiere darte indicaciones y guiarte a un futuro prometedor.
Segundo, conocimiento de las promesas de Dios. Isaac era hijo de Abraham y conocía las promesas de bendición que había recibido del Señor. Ambos fueron obedientes aunque la indicación fue diferente para cada uno. Dios le dijo a Abraham que se fuera a otro lugar y a Isaac le pidió que se quedara.
Los padres tienen una gran responsabilidad sobre la bendición que los hijos y las generaciones futuras heredan. Preocúpate por educar, vestir y alimentar a tus hijos, pero especialmente enséñales, con tu ejemplo, a ser obedientes a Dios. Es en época de crisis cuando las enseñanzas que hemos dado a nuestros hijos salen a luz.
Isaac escucha a Dios, recuerda Sus promesas e imita la obediencia de su padre Abraham. Entonces, activa tu fe e imita las actitudes de Isaac, aún en las peores circunstancias.
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