LAS COSAS EN SU LUGAR

Lucas 19:1 LBLA) Habiendo entrado Jesús en Jericó, pasaba por la ciudad. (19:2 LBLA) Y un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los recaudadores de impuestos y era rico, (19:3 LBLA) trataba de ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, ya que él era de pequeña estatura.

En este pasaje vemos un hombre llamado Zaqueo, que era un recaudador de impuestos y muy rico, dice que el trataba de acercarse a Jesús pero que la multitud se lo impedía, además no podía porque era muy pequeño, era un enano, este hombre no era muy recto, tenía malas prácticas, se riqueza la había atesorado con ganancias deshonestas. Analizando este pasaje podemos ver que tiene un desenlace feliz, porque Jesús llegó a Jericó y es que El vino a salvar lo que se había perdido (Lucas 19:10). Este Zaqueo estaba inscrito en el libro de la vida, Era hijo de Abraham, tenia fe, creía en Dios, pero estaba absorbido por una atmósfera, estaba ubicado en un mal lugar, y es que nosotros somos parte de un rompecabezas divino donde cada uno queda cómodo, sino no vea lo que tenemos hoy, comenzamos en el garaje de una casa y nos hemos ido uniendo y así hemos ido desarrollándonos, pero es necesario que Jesús este con nosotros, que esté contigo.

Usted se recuerda que Jericó era una ciudad bajo maldición porque Josué hizo un juramento en aquel tiempo, diciendo: Maldito sea delante del SEÑOR el hombre que se levante y reedifique esta ciudad de Jericó; (Jos 6:26 LBLA) y este hombre no había podido salir de esa atmósfera, hay ciudades donde el evangelio no camina, no avanza, Sodoma era un lugar donde no se podía predicar, Babilonia es un lugar donde no se puede predicar, la orden no es quédate y conviértelos, la orden es: ¡huye de babilonia¡; ¡Huye de la confusión religiosa!, porque si vas, si entras a un lugar equivocado no vas a poder salir adelante.

Hay un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar, por eso hoy vamos a hablar de algo que si le tuviéramos que poner nombre le llamaríamos: Poniendo todo en su lugar.