lunes, diciembre 03, 2007

El clamor de un hombre

Esta es una revelación que la iglesia necesita hoy desesperadamente. Nosotros como cuerpo no le hemos expresado al mundo el amor de Dios. Les hemos dicho que Él es un ser moral, que tiene la razón, que es poderoso y cientos de cosas más. Pero hemos fallado en demostrarles eficazmente la verdad que puede cambiar sus vidas, que Él les ama.

Al ver la vida de Jesús es evidente que el comunicó amor más que cualquier otra cosa. su misión en la tierra fue expresar, es decir, encarnar y personificar el amor de Dios.

Él se fue al extremo para demostrarle hasta a los hombres más pecadores que Dios los amaba. Lucas 8 nos cuenta de una ocasión en que Jesús había predicado y ministrado todo el día y luego se subió a una barca y dijo: "Crucemos al otro lado del lago" (Lucas 8.22). No les dijo por qué quería ir allá, solo dijo nos vamos.

No fue un trayecto fácil. Les salieron al encuentro vientos huracanados tan fuertes que los discípulos pensaron que iban a morir, hasta que Jesús reprendió a la tormenta y la detuvo.

¿Sabe con quién se encontraron al llegar al otro lado del lago? Con un hombre tan lleno de espíritus malignos que nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Vivía de desperdicios y de restos humanos en los sepulcros, y se golpeaba y cortaba el cuerpo. Era un hombre que quería ser libre pero no podía.

Cuando aquel hombre vio a Jesús, corrió hacia Él, quizá con la intención de matarlo, pero al acercarse a Jesús quedó ante la presencia de Dios y aquellos poderes demoníacos tuvieron que postrarse.

En ese mismo instante y lugar, Jesús liberó al endemoniado de los sepulcros. Expulsó a los demonios y le puso en libertad.

Piense en los extremos a que fue Jesús para alcanzar a ese hombre. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué atravesó el lago si estaba tan cansado que se quedó dormido tan pronto zarparon? ¿Por qué estuvo dispuesto a pasar por la tormenta?

Estoy convencida de que fue porque Dios oyó el clamor de un hombre angustiado y le dijo a Jesús: "Ve a ayudarlo. No me importa que viva en los sepulcros, no me importa cuán atado esté por la perversión, no me importa su aspecto, su olor ni su conducta. Yo lo amo, por eso quiero que vayas donde está y lo hagas libre".

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