Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra.
–(Isaías 1:19)
Un cuerpo sano. Suficiente dinero para pagar las deudas y extra para invertir en la obra del Evangelio. Un matrimonio piadoso y niños felices y sanos. Paz mental. Dios ha preparado un banquete lleno de bendiciones para usted.
Pero esas bendiciones no van a caer así no más en su regazo. Usted debe estar dispuesto, y ser obediente, si va a comer de lo mejor de la mesa de Dios.
Así que, ¡esté dispuesto! No permita que Satanás ponga enfermedad en su cuerpo. Esté dispuesto, en cambio, a estar bien. En honor al sacrificio de Jesús en el Calvario, niéguese a aceptar algo diferente a la salud divina.
No consienta vivir en escasez, sino en vivir en la prosperidad y abundancia divina. No le permita a Satanás detener el caudal de las bendiciones económicas de Dios para usted.
Esté dispuesto a recibir el mejor plan de Dios para su matrimonio y sus hijos. No acepte la "norma" del mundo. Viva sobre ella en un hogar lleno de amor y armonía, un hogar que es lo que Dios quiso que fuera.
No le permita a Satanás reemplazar con preocupación y úlceras la paz y la tranquilidad que Jesús compró para usted. Esté dispuesto a echar todas sus ansiedades sobre Dios, porque Él tiene cuidado de usted.
No deje que le roben el banquete de bendiciones que le pertenece desde que se hizo creyente. Esté dispuesto a comer el bien de la tierra.
MATEO 28;19-20: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."
viernes, junio 29, 2007
jueves, junio 28, 2007
Juntos lo podemos hacer
Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.
–(Eclesiastés 4:12)
Hay poder en la unidad. El diablo lo sabe. Por eso es que continuamente está luchando contra esa unidad. Él toma las diferencias que hay en nosotros, diferencias que Dios puso para hacernos más fuertes, y trata de usarlas para romper el vínculo que nos une.
Por ejemplo, tome los hombres y las mujeres. El diablo nos ha engañado al hacernos ver que uno es superior al otro. Pero puedo resolver ese argumento ahora mismo. Las mujeres son superiores a los hombres. Si no cree eso, ustedes los hombres traten de tener un bebé. Pero también, los hombres son superiores a las mujeres. Si no cree eso, ustedes las mujeres, traten de tener uno sin nosotros.
Son las diferencias combinadas las que nos hacen fuertes. Incluso se ha discutido si Dios es varón o hembra. Pero la Biblia nos aclara eso. Él es ambos. Eso es correcto. En el idioma hebreo, todas las palabras tienen género, son masculinas o femeninas. Pero la palabra hebrea "Jehová" es masculina y femenina. Dios es tan femenino como masculino y tan masculino como femenino.
Originalmente, el género humano era así también. Cuando Dios hizo primero al "hombre", era tan femenino como masculino. Entonces Dios separó la parte femenina e hizo "a la mujer" o "varona, porque del varón fue tomada". Después de eso, tuvieron que juntarse para estar perfectamente completos.
Todavía eso es cierto. Por ejemplo, cuando Dios junta al esposo y la esposa, con frecuencia junta personas que tienen mayores diferencias de personalidad. Donde uno es débil, el otro es fuerte, y viceversa. Por eso, cuando llegan a ser uno, son más poderosos de lo que eran estando separados.
¿Hay en su vida personas que son diferentes a usted? No deje que el diablo use esas diferencias para separarlos. Agradézcale a Dios por ellas. Deje que Él le enseñe cómo apreciarlas y lo poderosos que pueden ser... juntos.
–(Eclesiastés 4:12)
Hay poder en la unidad. El diablo lo sabe. Por eso es que continuamente está luchando contra esa unidad. Él toma las diferencias que hay en nosotros, diferencias que Dios puso para hacernos más fuertes, y trata de usarlas para romper el vínculo que nos une.
Por ejemplo, tome los hombres y las mujeres. El diablo nos ha engañado al hacernos ver que uno es superior al otro. Pero puedo resolver ese argumento ahora mismo. Las mujeres son superiores a los hombres. Si no cree eso, ustedes los hombres traten de tener un bebé. Pero también, los hombres son superiores a las mujeres. Si no cree eso, ustedes las mujeres, traten de tener uno sin nosotros.
Son las diferencias combinadas las que nos hacen fuertes. Incluso se ha discutido si Dios es varón o hembra. Pero la Biblia nos aclara eso. Él es ambos. Eso es correcto. En el idioma hebreo, todas las palabras tienen género, son masculinas o femeninas. Pero la palabra hebrea "Jehová" es masculina y femenina. Dios es tan femenino como masculino y tan masculino como femenino.
Originalmente, el género humano era así también. Cuando Dios hizo primero al "hombre", era tan femenino como masculino. Entonces Dios separó la parte femenina e hizo "a la mujer" o "varona, porque del varón fue tomada". Después de eso, tuvieron que juntarse para estar perfectamente completos.
Todavía eso es cierto. Por ejemplo, cuando Dios junta al esposo y la esposa, con frecuencia junta personas que tienen mayores diferencias de personalidad. Donde uno es débil, el otro es fuerte, y viceversa. Por eso, cuando llegan a ser uno, son más poderosos de lo que eran estando separados.
¿Hay en su vida personas que son diferentes a usted? No deje que el diablo use esas diferencias para separarlos. Agradézcale a Dios por ellas. Deje que Él le enseñe cómo apreciarlas y lo poderosos que pueden ser... juntos.
Juntos hacemos la diferencia
Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.
–(Eclesiastés 4:12)
Hay poder en la unidad. El diablo lo sabe. Por eso es que continuamente está luchando contra esa unidad. Él toma las diferencias que hay en nosotros, diferencias que Dios puso para hacernos más fuertes, y trata de usarlas para romper el vínculo que nos une.
Por ejemplo, tome los hombres y las mujeres. El diablo nos ha engañado al hacernos ver que uno es superior al otro. Pero puedo resolver ese argumento ahora mismo. Las mujeres son superiores a los hombres. Si no cree eso, ustedes los hombres traten de tener un bebé. Pero también, los hombres son superiores a las mujeres. Si no cree eso, ustedes las mujeres, traten de tener uno sin nosotros.
Son las diferencias combinadas las que nos hacen fuertes. Incluso se ha discutido si Dios es varón o hembra. Pero la Biblia nos aclara eso. Él es ambos. Eso es correcto. En el idioma hebreo, todas las palabras tienen género, son masculinas o femeninas. Pero la palabra hebrea "Jehová" es masculina y femenina. Dios es tan femenino como masculino y tan masculino como femenino.
Originalmente, el género humano era así también. Cuando Dios hizo primero al "hombre", era tan femenino como masculino. Entonces Dios separó la parte femenina e hizo "a la mujer" o "varona, porque del varón fue tomada". Después de eso, tuvieron que juntarse para estar perfectamente completos.
Todavía eso es cierto. Por ejemplo, cuando Dios junta al esposo y la esposa, con frecuencia junta personas que tienen mayores diferencias de personalidad. Donde uno es débil, el otro es fuerte, y viceversa. Por eso, cuando llegan a ser uno, son más poderosos de lo que eran estando separados.
¿Hay en su vida personas que son diferentes a usted? No deje que el diablo use esas diferencias para separarlos. Agradézcale a Dios por ellas. Deje que Él le enseñe cómo apreciarlas y lo poderosos que pueden ser... juntos.
–(Eclesiastés 4:12)
Hay poder en la unidad. El diablo lo sabe. Por eso es que continuamente está luchando contra esa unidad. Él toma las diferencias que hay en nosotros, diferencias que Dios puso para hacernos más fuertes, y trata de usarlas para romper el vínculo que nos une.
Por ejemplo, tome los hombres y las mujeres. El diablo nos ha engañado al hacernos ver que uno es superior al otro. Pero puedo resolver ese argumento ahora mismo. Las mujeres son superiores a los hombres. Si no cree eso, ustedes los hombres traten de tener un bebé. Pero también, los hombres son superiores a las mujeres. Si no cree eso, ustedes las mujeres, traten de tener uno sin nosotros.
Son las diferencias combinadas las que nos hacen fuertes. Incluso se ha discutido si Dios es varón o hembra. Pero la Biblia nos aclara eso. Él es ambos. Eso es correcto. En el idioma hebreo, todas las palabras tienen género, son masculinas o femeninas. Pero la palabra hebrea "Jehová" es masculina y femenina. Dios es tan femenino como masculino y tan masculino como femenino.
Originalmente, el género humano era así también. Cuando Dios hizo primero al "hombre", era tan femenino como masculino. Entonces Dios separó la parte femenina e hizo "a la mujer" o "varona, porque del varón fue tomada". Después de eso, tuvieron que juntarse para estar perfectamente completos.
Todavía eso es cierto. Por ejemplo, cuando Dios junta al esposo y la esposa, con frecuencia junta personas que tienen mayores diferencias de personalidad. Donde uno es débil, el otro es fuerte, y viceversa. Por eso, cuando llegan a ser uno, son más poderosos de lo que eran estando separados.
¿Hay en su vida personas que son diferentes a usted? No deje que el diablo use esas diferencias para separarlos. Agradézcale a Dios por ellas. Deje que Él le enseñe cómo apreciarlas y lo poderosos que pueden ser... juntos.
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Juntos podemos hacerlo.
miércoles, junio 27, 2007
La medicina real viene de Dios, pidela
Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
–(Juan 6:63b)
Nosotros hemos visto algunos adelantos médicos sorprendentes en nuestra generación, como algunas "drogas milagrosas" que pueden conquistar muchas clases de enfermedades y dolencias.
Pero, sabe, en el tiempo que he sido creyente, he parpado otra clase de medicina mucho más eficaz: la Palabra de Dios. Nunca ha habido una droga tan milagrosa que la pueda igualar. La medicina de Dios es la respuesta a toda necesidad. Es vida. Es salud. Es el poder de Dios. Y si la pone en su corazón y la pone en práctica, usted se sanará.
A veces la gente pregunta: "Si la medicina de Dios da resultado siempre, ¿por qué hay tantos creyentes que están todavía enfermos?" Hay dos razones. Número uno, porque no toman el tiempo para sembrar la Palabra profundamente en su corazón en lo que respecta a la sanidad. Número dos, porque no hacen lo que la Palabra les dice que hagan.
Véalo así: Si un médico le receta una medicina para que se la tome diariamente y usted decide en cambio frotársela en el pecho, esa medicina no va a servirle de nada. Tiene que seguir las instrucciones y tomarla como se le diga si espera mejorarse, ¿no es cierto? Del mismo modo, si lee la receta de Dios para la salud y no la pone en práctica, usted no cosechará ninguno de sus beneficios.
En Proverbios 4:22 dice que las Palabras de Dios son vida y salud para usted. Por lo tanto no espere hasta que se enferme para comenzar a usarlas. Empiece hoy mismo a poner la Palabra de Dios en su corazón en abundancia y será difícil que usted se enferme. Esa Palabra constantemente dentro de usted va a mantener el poder sanador de Dios en acción.
No se preocupe. No hay límite a la cantidad de la medicina de Dios que usted se puede tomar. No puede tomarse una sobredosis. Entre más la tome, más fuerte será. Empiece a fortalecerse hoy.
–(Juan 6:63b)
Nosotros hemos visto algunos adelantos médicos sorprendentes en nuestra generación, como algunas "drogas milagrosas" que pueden conquistar muchas clases de enfermedades y dolencias.
Pero, sabe, en el tiempo que he sido creyente, he parpado otra clase de medicina mucho más eficaz: la Palabra de Dios. Nunca ha habido una droga tan milagrosa que la pueda igualar. La medicina de Dios es la respuesta a toda necesidad. Es vida. Es salud. Es el poder de Dios. Y si la pone en su corazón y la pone en práctica, usted se sanará.
A veces la gente pregunta: "Si la medicina de Dios da resultado siempre, ¿por qué hay tantos creyentes que están todavía enfermos?" Hay dos razones. Número uno, porque no toman el tiempo para sembrar la Palabra profundamente en su corazón en lo que respecta a la sanidad. Número dos, porque no hacen lo que la Palabra les dice que hagan.
Véalo así: Si un médico le receta una medicina para que se la tome diariamente y usted decide en cambio frotársela en el pecho, esa medicina no va a servirle de nada. Tiene que seguir las instrucciones y tomarla como se le diga si espera mejorarse, ¿no es cierto? Del mismo modo, si lee la receta de Dios para la salud y no la pone en práctica, usted no cosechará ninguno de sus beneficios.
En Proverbios 4:22 dice que las Palabras de Dios son vida y salud para usted. Por lo tanto no espere hasta que se enferme para comenzar a usarlas. Empiece hoy mismo a poner la Palabra de Dios en su corazón en abundancia y será difícil que usted se enferme. Esa Palabra constantemente dentro de usted va a mantener el poder sanador de Dios en acción.
No se preocupe. No hay límite a la cantidad de la medicina de Dios que usted se puede tomar. No puede tomarse una sobredosis. Entre más la tome, más fuerte será. Empiece a fortalecerse hoy.
martes, junio 26, 2007
Dar gracias a Dios trae libertad
Efesios 5:20: “Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo.”
Hay cuatro tipos de individuos.
Existen los que siempre están quejándose y renegando. ¿Ha conocido usted a alguno de ellos? Son capaces de iluminar una habitación con tan sólo salir de ésta. Ese es el nivel más bajo de vida.
Hay otros que llevan vidas de ingratitud. No se quejan, pero nunca le agradecen a Dios las bendiciones tan obvias que reciben. Eso está un poco mejor, mas no mucho.
Luego existen los que le agradecen a Dios las bendiciones innegables que reciben de Él. Cuando algo bueno sucede, están agradecidos. Ese es un mejor nivel. Sin embargo el más alto de todos los niveles, es estar agradecido por todo y en todo tiempo. Ese es el secreto de una vida feliz y productiva.
Incline su rostro ante el Señor y piense en cada situación difícil que está enfrentando. Ahora, agradézcale a Dios por cada una de esas dificultades, estoy aunque usted no le encuentre logica, le liberara de las cargas.
Hay cuatro tipos de individuos.
Existen los que siempre están quejándose y renegando. ¿Ha conocido usted a alguno de ellos? Son capaces de iluminar una habitación con tan sólo salir de ésta. Ese es el nivel más bajo de vida.
Hay otros que llevan vidas de ingratitud. No se quejan, pero nunca le agradecen a Dios las bendiciones tan obvias que reciben. Eso está un poco mejor, mas no mucho.
Luego existen los que le agradecen a Dios las bendiciones innegables que reciben de Él. Cuando algo bueno sucede, están agradecidos. Ese es un mejor nivel. Sin embargo el más alto de todos los niveles, es estar agradecido por todo y en todo tiempo. Ese es el secreto de una vida feliz y productiva.
Incline su rostro ante el Señor y piense en cada situación difícil que está enfrentando. Ahora, agradézcale a Dios por cada una de esas dificultades, estoy aunque usted no le encuentre logica, le liberara de las cargas.
lunes, junio 25, 2007
Dar gracias, trae libertad
Efesios 5:20: “Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo.”
Hay cuatro tipos de individuos.
Existen los que siempre están quejándose y renegando. ¿Ha conocido usted a alguno de ellos? Son capaces de iluminar una habitación con tan sólo salir de ésta. Ese es el nivel más bajo de vida.
Hay otros que llevan vidas de ingratitud. No se quejan, pero nunca le agradecen a Dios las bendiciones tan obvias que reciben. Eso está un poco mejor, mas no mucho.
Luego existen los que le agradecen a Dios las bendiciones innegables que reciben de Él. Cuando algo bueno sucede, están agradecidos. Ese es un mejor nivel. Sin embargo el más alto de todos los niveles, es estar agradecido por todo y en todo tiempo. Ese es el secreto de una vida feliz y productiva.
Incline su rostro ante el Señor y piense en cada situación difícil que está enfrentando. Ahora, agradézcale a Dios por cada una de esas dificultades, estoy aunque usted no le encuentre logica, le liberara de las cargas.
Hay cuatro tipos de individuos.
Existen los que siempre están quejándose y renegando. ¿Ha conocido usted a alguno de ellos? Son capaces de iluminar una habitación con tan sólo salir de ésta. Ese es el nivel más bajo de vida.
Hay otros que llevan vidas de ingratitud. No se quejan, pero nunca le agradecen a Dios las bendiciones tan obvias que reciben. Eso está un poco mejor, mas no mucho.
Luego existen los que le agradecen a Dios las bendiciones innegables que reciben de Él. Cuando algo bueno sucede, están agradecidos. Ese es un mejor nivel. Sin embargo el más alto de todos los niveles, es estar agradecido por todo y en todo tiempo. Ese es el secreto de una vida feliz y productiva.
Incline su rostro ante el Señor y piense en cada situación difícil que está enfrentando. Ahora, agradézcale a Dios por cada una de esas dificultades, estoy aunque usted no le encuentre logica, le liberara de las cargas.
viernes, junio 22, 2007
Las cosas tipicas de la Indecisión
Dios ha dispuesto trabajo para que lo hagamos, y nuestra tardanza para llevar a cabo Su plan es desobediencia. Eso convierte a la procrastinación habitual en un problema serio.
Como cristianos, no sólo damos largas a la lectura diaria de la Biblia y al diezmar, sino que también aplazamos…
Servir en la iglesia. Prometemos estar dispuestos a trabajar, pero nos llaman a hacerlo y decimos que no. Si examinamos nuestros sentimientos descubriremos que le estamos sacando el cuerpo a los que no nos gusta o a aquello en que nos sentimos incompetentes.
Compartir nuestra fe. Podemos ponernos muy nerviosos por no saber cómo hablar, por la reacción que recibiremos y por no poder responder bien las preguntas que nos hagan. Cuando nos vemos amenazados por la inseguridad, muchas veces decidimos callarnos y no hacer nada.
Rendir nuestra voluntad a la del Señor. El solo pensar en darle el control a Dios de ciertas áreas de nuestra vida, genera sentimientos de temor en muchos de nosotros. Por eso nos aferramos a nuestra voluntad y evitamos la del Señor. El verdadero sometimiento dice: “Señor, estoy dispuesto a hacer lo que Tú quieras en esta situación. Voy a obedecer Tu Palabra”.
Al cabo de poco tiempo, por nuestra procrastinación, nuestro crecimiento espiritual se detiene. Entonces nuestra utilidad al Señor y nuestra sensación de gozo en Él disminuyen.
El Señor nos ha pedido que seamos Sus embajadores en un mundo que sufre, de acuerdo con Su plan y agenda (2 Co. 5:20). Por tanto, en la vida del creyente no tiene cabida la procrastinación. ¿En qué áreas de su vida le hace pensar esto?
Como cristianos, no sólo damos largas a la lectura diaria de la Biblia y al diezmar, sino que también aplazamos…
Servir en la iglesia. Prometemos estar dispuestos a trabajar, pero nos llaman a hacerlo y decimos que no. Si examinamos nuestros sentimientos descubriremos que le estamos sacando el cuerpo a los que no nos gusta o a aquello en que nos sentimos incompetentes.
Compartir nuestra fe. Podemos ponernos muy nerviosos por no saber cómo hablar, por la reacción que recibiremos y por no poder responder bien las preguntas que nos hagan. Cuando nos vemos amenazados por la inseguridad, muchas veces decidimos callarnos y no hacer nada.
Rendir nuestra voluntad a la del Señor. El solo pensar en darle el control a Dios de ciertas áreas de nuestra vida, genera sentimientos de temor en muchos de nosotros. Por eso nos aferramos a nuestra voluntad y evitamos la del Señor. El verdadero sometimiento dice: “Señor, estoy dispuesto a hacer lo que Tú quieras en esta situación. Voy a obedecer Tu Palabra”.
Al cabo de poco tiempo, por nuestra procrastinación, nuestro crecimiento espiritual se detiene. Entonces nuestra utilidad al Señor y nuestra sensación de gozo en Él disminuyen.
El Señor nos ha pedido que seamos Sus embajadores en un mundo que sufre, de acuerdo con Su plan y agenda (2 Co. 5:20). Por tanto, en la vida del creyente no tiene cabida la procrastinación. ¿En qué áreas de su vida le hace pensar esto?
jueves, junio 21, 2007
Decisiones
¿Se ha preguntado usted alguna vez por qué razón no hace esa decisión crucial es su vida? ¿O qué le impide terminar las tareas en su casa o los proyectos en su trabajo? La excusa más común para aplazar la realización de las cosas es: “Ahora estoy demasiado ocupado”. Pero las verdaderas razones no están en una fuente externa, sino en nuestra mente. La procrastinación se produce cuando queremos evitar las incomodidades o las dudas personales.
Pensemos en dos áreas en las que los cristianos acostumbran diferir con más frecuencia. Lo primero es la lectura de la Biblia. Para algunos de nosotros, el no saber dónde empezar o que método de lectura seguir, puede hacernos sentir incompetentes. Para evitar este incómodo sentimiento, podemos dejar de tratar de leerla. O, si meditamos en realidad en un pasaje bíblico, el Espíritu Santo podría señalar actitudes y conductas pecaminosas que hay en nuestra vida y que el Señor quiere cambiar. Es entonces cuando pueden surgir sentimientos de incomodidad, incompetencia o vergüenza. Para liberarnos de esos sentimientos de intranquilidad, simplemente no seguimos leyendo.
La procrastinación es también una práctica común en el área del diezmo. Dar generosamente a Dios significa usualmente reducir ciertos gastos. La mayoría de nosotros desearíamos tener más ingresos, no menos; por eso nuestra mente nos juega una pequeña broma diciéndonos: Será más fácil hacerlo la semana próxima. Pero siete días después se produce la misma historia.
Piense en las cosas que ha estado aplazando, y hágase esta pregunta: ¿Qué tan competente me siento para hacer esas tareas? Y ¿Qué emociones negativas siento en relación con ellas? Después, ore a Dios pidiéndole que le dirija.
Pensemos en dos áreas en las que los cristianos acostumbran diferir con más frecuencia. Lo primero es la lectura de la Biblia. Para algunos de nosotros, el no saber dónde empezar o que método de lectura seguir, puede hacernos sentir incompetentes. Para evitar este incómodo sentimiento, podemos dejar de tratar de leerla. O, si meditamos en realidad en un pasaje bíblico, el Espíritu Santo podría señalar actitudes y conductas pecaminosas que hay en nuestra vida y que el Señor quiere cambiar. Es entonces cuando pueden surgir sentimientos de incomodidad, incompetencia o vergüenza. Para liberarnos de esos sentimientos de intranquilidad, simplemente no seguimos leyendo.
La procrastinación es también una práctica común en el área del diezmo. Dar generosamente a Dios significa usualmente reducir ciertos gastos. La mayoría de nosotros desearíamos tener más ingresos, no menos; por eso nuestra mente nos juega una pequeña broma diciéndonos: Será más fácil hacerlo la semana próxima. Pero siete días después se produce la misma historia.
Piense en las cosas que ha estado aplazando, y hágase esta pregunta: ¿Qué tan competente me siento para hacer esas tareas? Y ¿Qué emociones negativas siento en relación con ellas? Después, ore a Dios pidiéndole que le dirija.
miércoles, junio 20, 2007
El amor es saludable
El amor... no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor.
–(1 Corintios 13:4,5)
Andar en amor es bueno para su salud. ¿Sabía usted eso?
¡Es cierto! La ciencia médica lo ha probado. Los investigadores han descubierto que la hostilidad produce tensión que causa úlceras, dolores de cabeza, y un sin fin de otros males.
Ahora, cuando piensa en hostilidad, puede pensar en la clase de enojo que usted siente cuando sucede algo serio. Pero según los expertos, eso no es lo que ocasiona los peores problemas. Son las cosas pequeñas, por ejemplo: cuando la lavandería arruina su traje favorito. O cuando la señora de la cafetería pone salsa en su puré de papas después de que usted le había dicho claramente que no lo hiciera. ¿Le parece familiar?
Sólo piense en cuanta tensión podría evitar si es pronto para perdonar y vivir según 1 Corintios 13, sin tomar en cuenta las cosas que le hayan hecho. Imagínese los beneficios físicos y mentales de vivir así. Pero si usted ha dejado que la hostilidad lo tenga atado, eso parecería un sueño imposible. Pero no lo es. Porque como creyente nacido de nuevo, usted tiene el amor de Dios en su ser interior.
Si usted se rinde a ese amor, será libre. ¿Recuerda cuando Jesús llamó a Lázaro de la tumba? Lázaro estaba vivo pero todavía seguía amarrado por la mortaja. Jesús mandó que las ataduras fueran sueltas para que Lázaro pudiera ser libre para caminar. Jesús quiere esa misma libertad para usted.
Por lo tanto, póngase de acuerdo con Él. Dígale a esos hábitos devastadores que lo tienen atado: "¡En el Nombre de Jesús, suéltame y déjame ir! Dejo atrás la hostilidad, el rencor y el egoísmo. Prosigo adelante con Dios. ¡Voy a vivir la vida del amor!"
Recuerde: No se requiere un milagro médico para transformar su vida. Lo único que se necesita es una decisión de rendirse a la fuerza del amor. ¡Hágalo hoy!
–(1 Corintios 13:4,5)
Andar en amor es bueno para su salud. ¿Sabía usted eso?
¡Es cierto! La ciencia médica lo ha probado. Los investigadores han descubierto que la hostilidad produce tensión que causa úlceras, dolores de cabeza, y un sin fin de otros males.
Ahora, cuando piensa en hostilidad, puede pensar en la clase de enojo que usted siente cuando sucede algo serio. Pero según los expertos, eso no es lo que ocasiona los peores problemas. Son las cosas pequeñas, por ejemplo: cuando la lavandería arruina su traje favorito. O cuando la señora de la cafetería pone salsa en su puré de papas después de que usted le había dicho claramente que no lo hiciera. ¿Le parece familiar?
Sólo piense en cuanta tensión podría evitar si es pronto para perdonar y vivir según 1 Corintios 13, sin tomar en cuenta las cosas que le hayan hecho. Imagínese los beneficios físicos y mentales de vivir así. Pero si usted ha dejado que la hostilidad lo tenga atado, eso parecería un sueño imposible. Pero no lo es. Porque como creyente nacido de nuevo, usted tiene el amor de Dios en su ser interior.
Si usted se rinde a ese amor, será libre. ¿Recuerda cuando Jesús llamó a Lázaro de la tumba? Lázaro estaba vivo pero todavía seguía amarrado por la mortaja. Jesús mandó que las ataduras fueran sueltas para que Lázaro pudiera ser libre para caminar. Jesús quiere esa misma libertad para usted.
Por lo tanto, póngase de acuerdo con Él. Dígale a esos hábitos devastadores que lo tienen atado: "¡En el Nombre de Jesús, suéltame y déjame ir! Dejo atrás la hostilidad, el rencor y el egoísmo. Prosigo adelante con Dios. ¡Voy a vivir la vida del amor!"
Recuerde: No se requiere un milagro médico para transformar su vida. Lo único que se necesita es una decisión de rendirse a la fuerza del amor. ¡Hágalo hoy!
martes, junio 19, 2007
Somos la bendicion de ellos
Todo hijo necesita un padre que ore por él delante del Señor. Al asistir a sus actividades especiales, involucrarse con sus intereses y expresarle afecto, les demostramos a nuestros hijos que les amamos. Sin embargo, nada demuestra nuestro amor de una manera tan efectiva como la oración.
Orar por y con nuestros hijos es parte de la responsabilidad de un padre. Nadie le hablará al Señor acerca de ellos con el mismo fervor que los padres. Por eso es importante dedicar tiempo para concentrarnos en necesidades específicas. Una oración apresurada como: “Por favor, bendice a mis hijos y protégelos” será honrada por Dios, pero no saciará la necesidad de intercesión que tienen nuestros hijos. Si un padre ora con su hija pidiéndole al Señor que traiga a la mente de ella el material que ha estudiado, ella podrá presentar el examen final confiada en la provisión de Dios y en el amor de su padre.
Los adultos muchas veces no dan importancia a los problemas de los hijos, como los exámenes, las peleas con sus hermanos y los amores de adolescentes, considerándolos insignificantes en comparación con los problemas del “mundo verdadero”. Situaciones que a nuestros hijos les parecen inmensas, pueden ser para nosotros muy pequeñas. Pero un día, ellos tendrán problemas grandes, de adultos, los cuales tendrán que enfrentar, posiblemente mayores que los nuestros. El mejor bálsamo para sus adoloridos corazones seguirá siendo un padre que incline su cabeza en favor de ellos. Y, lo más importante, les habremos enseñado a ser hombres y mujeres de oración.
Ante la cercanía del Día del Padre, dé a sus hijos un gran regalo: pregúnteles por qué cosas quieren que usted ore por ellos.
Orar por y con nuestros hijos es parte de la responsabilidad de un padre. Nadie le hablará al Señor acerca de ellos con el mismo fervor que los padres. Por eso es importante dedicar tiempo para concentrarnos en necesidades específicas. Una oración apresurada como: “Por favor, bendice a mis hijos y protégelos” será honrada por Dios, pero no saciará la necesidad de intercesión que tienen nuestros hijos. Si un padre ora con su hija pidiéndole al Señor que traiga a la mente de ella el material que ha estudiado, ella podrá presentar el examen final confiada en la provisión de Dios y en el amor de su padre.
Los adultos muchas veces no dan importancia a los problemas de los hijos, como los exámenes, las peleas con sus hermanos y los amores de adolescentes, considerándolos insignificantes en comparación con los problemas del “mundo verdadero”. Situaciones que a nuestros hijos les parecen inmensas, pueden ser para nosotros muy pequeñas. Pero un día, ellos tendrán problemas grandes, de adultos, los cuales tendrán que enfrentar, posiblemente mayores que los nuestros. El mejor bálsamo para sus adoloridos corazones seguirá siendo un padre que incline su cabeza en favor de ellos. Y, lo más importante, les habremos enseñado a ser hombres y mujeres de oración.
Ante la cercanía del Día del Padre, dé a sus hijos un gran regalo: pregúnteles por qué cosas quieren que usted ore por ellos.
lunes, junio 18, 2007
Por la gracia de Dios
Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.
–(Hechos 4:33)
La mayoría de nosotros no tenemos idea de lo que es realmente la gracia. Conocemos algunos hechos básicos acerca de ella. Sabemos que somos salvos por gracia (Efesios 2:8). Pero ni siquiera comenzamos a entender el poder verdadero que puede liberar en nuestra vida hoy.
Si quiere tener una idea de lo que la gracia puede realmente hacer, mire lo que pasó con los primeros cristianos en Hechos 4. Habían sido amenazados por los líderes religiosos de Jerusalén y se les había ordenado no hablar ni enseñar más en el Nombre de Jesús. Pero ellos se pusieron a orar, diciendo algo así: "Mira Señor, hemos sido amenazados, pero no vamos a dejar de predicar ni a escondernos debajo de alguna alfombra religiosa. Simplemente aumenta tu poder, danos confianza y seguiremos adelante".
¿Sabe lo que sucedió como resultado de esa oración? El versículo 33 dice: "La gracia de Dios se derramaba abundantemente". Gracia abundante. Una gracia tan poderosa que cuando aquellos creyentes la recibieron, todo el edificio tembló. Una gracia tan abundante que capacitó a los apóstoles para hacer "muchas señales y prodigios entre el pueblo" (Hechos 5:12).
Esa experiencia debería ser suficiente para convencerle de que la gracia no es algo abstracto del mundo espiritual. La gracia es verdadera, es poderosa, da el poder sobrenatural para hacer que las cosas sucedan.
Ahora, ¿quiere saber algo realmente emocionante? La Biblia dice que esa misma gracia está también disponible para cualquier persona que haya pecado y que esté destituido de la Gloria de Dios. Gracias a Dios eso significa que usted y yo reunimos los requisitos.
Si el diablo ha estado amenazándole, siga el ejemplo de esos primeros cristianos. Póngase a orar y diga: "Señor, me tiene sin cuidado lo que el diablo y sus huestes digan; no voy a claudicar. Voy a seguir hablando y viviendo por fe, y lo voy a hacer confiadamente. Por lo tanto, aumenta el poder".
Le garantizo que si es sincero al respecto, Dios lo hará; y usted comenzará a descubrir lo que es realmente la gracia.
–(Hechos 4:33)
La mayoría de nosotros no tenemos idea de lo que es realmente la gracia. Conocemos algunos hechos básicos acerca de ella. Sabemos que somos salvos por gracia (Efesios 2:8). Pero ni siquiera comenzamos a entender el poder verdadero que puede liberar en nuestra vida hoy.
Si quiere tener una idea de lo que la gracia puede realmente hacer, mire lo que pasó con los primeros cristianos en Hechos 4. Habían sido amenazados por los líderes religiosos de Jerusalén y se les había ordenado no hablar ni enseñar más en el Nombre de Jesús. Pero ellos se pusieron a orar, diciendo algo así: "Mira Señor, hemos sido amenazados, pero no vamos a dejar de predicar ni a escondernos debajo de alguna alfombra religiosa. Simplemente aumenta tu poder, danos confianza y seguiremos adelante".
¿Sabe lo que sucedió como resultado de esa oración? El versículo 33 dice: "La gracia de Dios se derramaba abundantemente". Gracia abundante. Una gracia tan poderosa que cuando aquellos creyentes la recibieron, todo el edificio tembló. Una gracia tan abundante que capacitó a los apóstoles para hacer "muchas señales y prodigios entre el pueblo" (Hechos 5:12).
Esa experiencia debería ser suficiente para convencerle de que la gracia no es algo abstracto del mundo espiritual. La gracia es verdadera, es poderosa, da el poder sobrenatural para hacer que las cosas sucedan.
Ahora, ¿quiere saber algo realmente emocionante? La Biblia dice que esa misma gracia está también disponible para cualquier persona que haya pecado y que esté destituido de la Gloria de Dios. Gracias a Dios eso significa que usted y yo reunimos los requisitos.
Si el diablo ha estado amenazándole, siga el ejemplo de esos primeros cristianos. Póngase a orar y diga: "Señor, me tiene sin cuidado lo que el diablo y sus huestes digan; no voy a claudicar. Voy a seguir hablando y viviendo por fe, y lo voy a hacer confiadamente. Por lo tanto, aumenta el poder".
Le garantizo que si es sincero al respecto, Dios lo hará; y usted comenzará a descubrir lo que es realmente la gracia.
jueves, junio 14, 2007
Conozca la voluntad de Dios
Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican.
–(Salmo 127:1a)
Vivimos en un tiempo de decisiones y cambios enormes. Si hubo alguna vez un día en que usted y yo debiéramos conocer la voluntad y el propósito de Dios para nuestras vidas, es ahora.
En verdad, ninguna otra cosa va a servir. Dios está cambiando y poniendo en orden las cosas, preparándolas para el gran movimiento del Espíritu de los últimos tiempos. Si usted quiere mantenerse al día, deberá conocer el plan perfecto de Dios para su vida y cómo llevarlo a cabo en el poder de Dios.
¿Cómo pude hacerlo? Por medio de la oración.
En efecto, Dios nos ha dado una oración en su Palabra que podemos hacer para recibir la sabiduría y el entendimiento que necesitamos para este tiempo crítico. La encontrará en Colosenses 1:9-12:
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz.
En meses recientes, Dios nos ha instruido a Gloria y a mí a que hagamos esa oración por nuestros colaboradores en el ministerio y por nosotros cada día. Es una oración poderosa e inspirada por el Espíritu Santo que no sólo le hará conocer la voluntad de Dios, sino también tener la sabiduría y el entendimiento para llevarla a cabo.
Ahí es donde fracasan la mayoría de los esfuerzos cristianos. Se nos da un poco de entendimiento de la voluntad de Dios para nuestra vida, y terminamos complicando todo por querer hacerla en la carne. En lugar de dejar que el Señor edifique la casa, lo hacemos nosotros mismos y acabamos por hacerlo todo en vano.
No cometa ese error en los días que se avecinan. Más bien, haga esta oración que Dios nos ha dado. Se encuentra en el Nuevo Testamento. Ponga su nombre en ella. Es la clase de oración que Dios se complace en contestar. Póngala en práctica en su vida todos los días, y Dios lo llenará con el conocimiento y entendimiento de Él.
–(Salmo 127:1a)
Vivimos en un tiempo de decisiones y cambios enormes. Si hubo alguna vez un día en que usted y yo debiéramos conocer la voluntad y el propósito de Dios para nuestras vidas, es ahora.
En verdad, ninguna otra cosa va a servir. Dios está cambiando y poniendo en orden las cosas, preparándolas para el gran movimiento del Espíritu de los últimos tiempos. Si usted quiere mantenerse al día, deberá conocer el plan perfecto de Dios para su vida y cómo llevarlo a cabo en el poder de Dios.
¿Cómo pude hacerlo? Por medio de la oración.
En efecto, Dios nos ha dado una oración en su Palabra que podemos hacer para recibir la sabiduría y el entendimiento que necesitamos para este tiempo crítico. La encontrará en Colosenses 1:9-12:
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz.
En meses recientes, Dios nos ha instruido a Gloria y a mí a que hagamos esa oración por nuestros colaboradores en el ministerio y por nosotros cada día. Es una oración poderosa e inspirada por el Espíritu Santo que no sólo le hará conocer la voluntad de Dios, sino también tener la sabiduría y el entendimiento para llevarla a cabo.
Ahí es donde fracasan la mayoría de los esfuerzos cristianos. Se nos da un poco de entendimiento de la voluntad de Dios para nuestra vida, y terminamos complicando todo por querer hacerla en la carne. En lugar de dejar que el Señor edifique la casa, lo hacemos nosotros mismos y acabamos por hacerlo todo en vano.
No cometa ese error en los días que se avecinan. Más bien, haga esta oración que Dios nos ha dado. Se encuentra en el Nuevo Testamento. Ponga su nombre en ella. Es la clase de oración que Dios se complace en contestar. Póngala en práctica en su vida todos los días, y Dios lo llenará con el conocimiento y entendimiento de Él.
miércoles, junio 13, 2007
La necesidad de la provisión emocional
Las cosas materiales son apenas una pequeña parte de lo que podemos proveer para nuestra familia. El hombre es también responsable de dar a su hogar estabilidad emocional. Un padre tiene el poder de comunicar a sus hijos que son importantes.
• Los padres pueden dar un sentido de pertenencia. Todos nosotros ansiamos ser parte de un grupo. Los padres pueden crear fuertes vínculos familiares si escuchan las opiniones de sus hijos y respetan sus sentimientos. Cuando eso sucede, los hijos saben que tienen un refugio seguro contra las circunstancias desagradables; sienten seguridad en un círculo de personas que les aman incondicionalmente.
• Los padres pueden dar a sus hijos un sentido de valoración. Son muchos los niños y las niñas que crecen pensando que no valen nada. Tratan de compensar su pobre autoimagen por medio del sexo o las drogas, pero terminan aun más frustrados. Lo que el niño o la niña necesitan es un padre que les haga sentirse especiales al involucrarse en sus asuntos: asistiendo a sus actividades especiales, apartando tiempo para hablar con ellos y compartiendo sus pasatiempos.
• Los padres pueden dar un sentido de confianza. El padre que expresa su apoyo a sus hijos, les inculca seguridad y amor propio. El decirles “creo en ti, cualquier que sea el resultado”, les permite saber que son amados incondicionalmente. Aunque el niño fracase, su sentido se confianza permanece inalterable.
Piense en la manera como les habla o les da apoya a sus hijos. Ya sean pequeños, adolescentes o adultos, ellos necesitan su provisión emocional. ¿Qué tan bien la está usted dando?
• Los padres pueden dar un sentido de pertenencia. Todos nosotros ansiamos ser parte de un grupo. Los padres pueden crear fuertes vínculos familiares si escuchan las opiniones de sus hijos y respetan sus sentimientos. Cuando eso sucede, los hijos saben que tienen un refugio seguro contra las circunstancias desagradables; sienten seguridad en un círculo de personas que les aman incondicionalmente.
• Los padres pueden dar a sus hijos un sentido de valoración. Son muchos los niños y las niñas que crecen pensando que no valen nada. Tratan de compensar su pobre autoimagen por medio del sexo o las drogas, pero terminan aun más frustrados. Lo que el niño o la niña necesitan es un padre que les haga sentirse especiales al involucrarse en sus asuntos: asistiendo a sus actividades especiales, apartando tiempo para hablar con ellos y compartiendo sus pasatiempos.
• Los padres pueden dar un sentido de confianza. El padre que expresa su apoyo a sus hijos, les inculca seguridad y amor propio. El decirles “creo en ti, cualquier que sea el resultado”, les permite saber que son amados incondicionalmente. Aunque el niño fracase, su sentido se confianza permanece inalterable.
Piense en la manera como les habla o les da apoya a sus hijos. Ya sean pequeños, adolescentes o adultos, ellos necesitan su provisión emocional. ¿Qué tan bien la está usted dando?
martes, junio 12, 2007
Jugar para ganar
Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
–(1 Juan 5:5)
A menudo escucho a la gente decir: "Lo importante no es ganar o perder, lo importante es jugar bien". ¡Qué tontería! Si usted juega bien, ¡ganará!
Cualquier entrenador le dirá que el hecho de jugar bien implica tener una actitud ganadora. Eso es lo que Dios quiere que tengamos como creyentes: que nuestra fe en Él sea tal que podamos tener la confianza de derribar todo obstáculo que el diablo nos lance. Él quiere que tengamos la confianza de ganar en el juego de la vida.
Esa actitud no siempre se adquiere fácilmente. Estamos tan acostumbrados a perder que es necesario que cambiemos totalmente nuestra manera de pensar si queremos tener una actitud ganadora. En Efesios, el apóstol Pablo dice a los creyentes que renueven su manera de pensar. Al igual que nosotros, esos creyentes necesitaban cambiar su actitud y renovar su entendimiento en cuanto al hecho de que Jesús había vencido al mundo.
Si usted no ha hecho eso, necesita hacerlo también. Necesita tener un sentido de confianza glorioso para que pueda decir: "Oye, diablo. Yo voy a ser vencedor, y no hay nada que tú puedas hacer para evitarlo".
"Pero,usted no sabe la clase de problemas por las que estoy pasando".
Así es, pero Jesús sí lo sabe, y Él dice que tenga ánimo porque Él puede darle paz en medio de la tribulación. Él dice que cuando Satanás venga contra usted con todo lo que tiene, cobre ánimo porque Él ya ha derrotado al enemigo. Jesús ya lo venció y usted también puede hacer lo mismo.
En 1 Juan 5:5 lo describe así: "¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?"
¿Sabe lo que significa ese versículo? Significa que si es creyente, usted tiene derecho absoluto de ser un vencedor para superar todo aspecto de este mundo malvado. Piense y medite en eso. Comience hoy mismo a cultivar una actitud ganadora.
–(1 Juan 5:5)
A menudo escucho a la gente decir: "Lo importante no es ganar o perder, lo importante es jugar bien". ¡Qué tontería! Si usted juega bien, ¡ganará!
Cualquier entrenador le dirá que el hecho de jugar bien implica tener una actitud ganadora. Eso es lo que Dios quiere que tengamos como creyentes: que nuestra fe en Él sea tal que podamos tener la confianza de derribar todo obstáculo que el diablo nos lance. Él quiere que tengamos la confianza de ganar en el juego de la vida.
Esa actitud no siempre se adquiere fácilmente. Estamos tan acostumbrados a perder que es necesario que cambiemos totalmente nuestra manera de pensar si queremos tener una actitud ganadora. En Efesios, el apóstol Pablo dice a los creyentes que renueven su manera de pensar. Al igual que nosotros, esos creyentes necesitaban cambiar su actitud y renovar su entendimiento en cuanto al hecho de que Jesús había vencido al mundo.
Si usted no ha hecho eso, necesita hacerlo también. Necesita tener un sentido de confianza glorioso para que pueda decir: "Oye, diablo. Yo voy a ser vencedor, y no hay nada que tú puedas hacer para evitarlo".
"Pero,usted no sabe la clase de problemas por las que estoy pasando".
Así es, pero Jesús sí lo sabe, y Él dice que tenga ánimo porque Él puede darle paz en medio de la tribulación. Él dice que cuando Satanás venga contra usted con todo lo que tiene, cobre ánimo porque Él ya ha derrotado al enemigo. Jesús ya lo venció y usted también puede hacer lo mismo.
En 1 Juan 5:5 lo describe así: "¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?"
¿Sabe lo que significa ese versículo? Significa que si es creyente, usted tiene derecho absoluto de ser un vencedor para superar todo aspecto de este mundo malvado. Piense y medite en eso. Comience hoy mismo a cultivar una actitud ganadora.
lunes, junio 11, 2007
De la desesperación a la devoción
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
–(Colosenses 3:2)
"Cosas y más cosas. Un mejor trabajo. Una casa más grande. Ropa para los niños. La cita para salir a almorzar mañana. Un mejor televisor". ¿Capta usted lo que digo?
Muchos hemos aprendido a confiar en Dios para que nos prospere, pero pedimos tanto que se nos hace imposible estar al día con todas las cosas. Gastamos tanto tiempo y esfuerzo atendiendo a las "cosas" legítimas de la vida, que sin tener conciencia de ello empezamos a poner nuestro afecto en las cosas del mundo y no en Dios.
Cuando oímos por primera vez sobre cómo vivir por la fe, y estámos en una situación desesperante. Estámos enfermos y en la quiebra, y por eso es fácil dedicarnos a la oración y a la Palabra. A medida que honrámos a la Palabra de Dios, Él nos honra y nos hace prosperar. Llegamos al punto en el que dejamos de estar desesperados.
Pero entonces viene la prueba verdadera de nuestra fe. ¿Serviríamos a Dios porque le amábamos o porque estábamos en una situación desesperante?
Bueno, alabado sea Dios, lo haremos por amor. Pero en el proceso aprendemos algo: se requiere más dedicación servir a Dios en la prosperidad que en la desesperación. Porque existe la tentación a dedicarse más a las cosas terrenales y a dejar las cosas de Dios en segundo plano.
Cuando las bendiciones materiales de Dios empiecen a llegarle, tenga presente que Él no le ha capacitado en su Palabra para que usted satisfaga sus propios deseos. Él le ha dado a conocer su Palabra para que usted ande en el Espíritu y haga la obra que le ha llamado a cumplir.
No deje que las cosas de este mundo le hagan desaprovechar las cosas gloriosas del Espíritu. Ponga sus cosas en orden de acuerdo a la Palabra de Dios. Ponga su mira en las cosas de arriba y descubrirá que la vida puede ser un pedazo de cielo aquí, como se supone que debe ser.
–(Colosenses 3:2)
"Cosas y más cosas. Un mejor trabajo. Una casa más grande. Ropa para los niños. La cita para salir a almorzar mañana. Un mejor televisor". ¿Capta usted lo que digo?
Muchos hemos aprendido a confiar en Dios para que nos prospere, pero pedimos tanto que se nos hace imposible estar al día con todas las cosas. Gastamos tanto tiempo y esfuerzo atendiendo a las "cosas" legítimas de la vida, que sin tener conciencia de ello empezamos a poner nuestro afecto en las cosas del mundo y no en Dios.
Cuando oímos por primera vez sobre cómo vivir por la fe, y estámos en una situación desesperante. Estámos enfermos y en la quiebra, y por eso es fácil dedicarnos a la oración y a la Palabra. A medida que honrámos a la Palabra de Dios, Él nos honra y nos hace prosperar. Llegamos al punto en el que dejamos de estar desesperados.
Pero entonces viene la prueba verdadera de nuestra fe. ¿Serviríamos a Dios porque le amábamos o porque estábamos en una situación desesperante?
Bueno, alabado sea Dios, lo haremos por amor. Pero en el proceso aprendemos algo: se requiere más dedicación servir a Dios en la prosperidad que en la desesperación. Porque existe la tentación a dedicarse más a las cosas terrenales y a dejar las cosas de Dios en segundo plano.
Cuando las bendiciones materiales de Dios empiecen a llegarle, tenga presente que Él no le ha capacitado en su Palabra para que usted satisfaga sus propios deseos. Él le ha dado a conocer su Palabra para que usted ande en el Espíritu y haga la obra que le ha llamado a cumplir.
No deje que las cosas de este mundo le hagan desaprovechar las cosas gloriosas del Espíritu. Ponga sus cosas en orden de acuerdo a la Palabra de Dios. Ponga su mira en las cosas de arriba y descubrirá que la vida puede ser un pedazo de cielo aquí, como se supone que debe ser.
miércoles, junio 06, 2007
Siempre fiel
Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada.
–(Salmo 91:7,10)
Desde el punto de vista natural el mundo en el que vivimos causa gran temor. Es un mundo que va de una catástrofe a otra. Casi a diario oímos de guerras, de la amenaza de armas nucleares y biológicas, de grandes derrames de petróleo, de terremotos e inundaciones, de más enfermedades y de la delincuencia que azota a nuestras ciudades. Pero en medio de todo eso, Dios promete ser refugio y fortaleza para los que confían y permanecen en Él.
"Pero, quizá diga usted-. Él hizo esa promesa hace miles de años, cuando las cosas no estaban tan mal como lo están hoy día".
Quizá sea así, pero quiero decirle algo. Esa promesa está al día; fue hecha también para nuestra generación. Véalo de la manera siguiente. Cuando el Salmo 91 fue escrito, el hombre no había inventado aún armas que pudieran destruir a diez mil personas a la vez. Nosotros somos la generación que hizo eso posible. Por tanto, cuando Dios dijo en el Salmo 91, "no te sobrevendrá mal", nos estaba incluyendo también a nosotros.
"No te sobrevendrá mal": ¡Vaya! ¡Qué gran promesa! Usted necesita tomarla y confiar en ella. Crea que Dios quiere ser el Dios de su vida, su protector y su defensor. Quiere ser el primer Nombre que usted diga cuando la adversidad le salga al paso. Quiere ser aquel en quien usted confíe y busque para que le guarde seguro. Y si usted hace eso, Él jamás le decepcionará.
Él puede manejar todos los peligros que le rodeen a usted, por más grandes que sean. Él lo demostró con Sadrac, Mesac y Abednego, cuando fueron atados y echados en un horno de llamas tan ardientes que mataron a los hombres que los echaron ahí. ¿Podría haber un aprieto mayor que ese? Pero Dios los preservó, y cuando salieron del horno, ni siquiera olían a humo. ¡Aleluya!
Por eso, aunque las circunstancias a su alrededor parezcan ser espantosas, confíe en Dios. Él siempre es fiel. Nunca está ocupado en otras cosas cuando usted necesita su ayuda. Estará presto para librarle de cualquier adversidad, catástrofe o desastre.
Permítale demostrar en su vida lo que Él demostró en las vidas de Sadrac, Mesac y Abednego: ¡Nadie más podrá librarlo como Él!
–(Salmo 91:7,10)
Desde el punto de vista natural el mundo en el que vivimos causa gran temor. Es un mundo que va de una catástrofe a otra. Casi a diario oímos de guerras, de la amenaza de armas nucleares y biológicas, de grandes derrames de petróleo, de terremotos e inundaciones, de más enfermedades y de la delincuencia que azota a nuestras ciudades. Pero en medio de todo eso, Dios promete ser refugio y fortaleza para los que confían y permanecen en Él.
"Pero, quizá diga usted-. Él hizo esa promesa hace miles de años, cuando las cosas no estaban tan mal como lo están hoy día".
Quizá sea así, pero quiero decirle algo. Esa promesa está al día; fue hecha también para nuestra generación. Véalo de la manera siguiente. Cuando el Salmo 91 fue escrito, el hombre no había inventado aún armas que pudieran destruir a diez mil personas a la vez. Nosotros somos la generación que hizo eso posible. Por tanto, cuando Dios dijo en el Salmo 91, "no te sobrevendrá mal", nos estaba incluyendo también a nosotros.
"No te sobrevendrá mal": ¡Vaya! ¡Qué gran promesa! Usted necesita tomarla y confiar en ella. Crea que Dios quiere ser el Dios de su vida, su protector y su defensor. Quiere ser el primer Nombre que usted diga cuando la adversidad le salga al paso. Quiere ser aquel en quien usted confíe y busque para que le guarde seguro. Y si usted hace eso, Él jamás le decepcionará.
Él puede manejar todos los peligros que le rodeen a usted, por más grandes que sean. Él lo demostró con Sadrac, Mesac y Abednego, cuando fueron atados y echados en un horno de llamas tan ardientes que mataron a los hombres que los echaron ahí. ¿Podría haber un aprieto mayor que ese? Pero Dios los preservó, y cuando salieron del horno, ni siquiera olían a humo. ¡Aleluya!
Por eso, aunque las circunstancias a su alrededor parezcan ser espantosas, confíe en Dios. Él siempre es fiel. Nunca está ocupado en otras cosas cuando usted necesita su ayuda. Estará presto para librarle de cualquier adversidad, catástrofe o desastre.
Permítale demostrar en su vida lo que Él demostró en las vidas de Sadrac, Mesac y Abednego: ¡Nadie más podrá librarlo como Él!
martes, junio 05, 2007
Disponga su corazón
El amor de Dios nos da el poder de reaccionar con calma ante las dificultades, demostrar paciencia en los tiempos de espera y hacer sacrificios sin quejarnos. Mostramos el amor de Dios cuando:
Perdonamos a los demás. El hijo derrochó su dinero viviendo perdidamente, y vio las promesas vacías y la índole destructiva del pecado. Cuando el joven regresó, su padre lo perdonó totalmente. El amor hizo posible borrar el pasado (Sal. 103:12).
Actuamos con generosidad. El hijo, recién salido de alimentar cerdos, llegó a la propiedad de su padre con pocas expectativas. Pero el padre perdonador lo recibió cálidamente y lo vistió con las mejores ropas. El amor no lleva cuenta de los agravios. Eso le permitió al padre mostrar generosidad.
Servimos alegremente. ¡Qué fiesta tan grande hizo el padre por el regreso del hijo pródigo! Su alegría por el regreso a casa del hijo perdido se derramó a los demás. El amor se manifiesta en el servicio gozoso.
Restauramos a los que caen. El que abandonó a su padre y dilapidó su herencia recibió otra vez todos sus derechos de hijo. Sólo el amor de Dios puede hacer esto.
Cuando cometemos un error, nuestro Padre celestial espera con paciencia que nos volvamos a Él. El Señor acepta nuestro arrepentimiento, se regocija por nuestro retorno y restaura nuestra intimidad con Él. El hermano mayor no entendió esto y olvidó las veces que su padre le había demostrado amor y perdón.
Dios nos llama a un estilo de vida de amor ágape (Jun. 13:35). ¿A qué persona pudiera usted mostrar este amor divino que perdona, restaura y sirve con alegría y generosidad?
Perdonamos a los demás. El hijo derrochó su dinero viviendo perdidamente, y vio las promesas vacías y la índole destructiva del pecado. Cuando el joven regresó, su padre lo perdonó totalmente. El amor hizo posible borrar el pasado (Sal. 103:12).
Actuamos con generosidad. El hijo, recién salido de alimentar cerdos, llegó a la propiedad de su padre con pocas expectativas. Pero el padre perdonador lo recibió cálidamente y lo vistió con las mejores ropas. El amor no lleva cuenta de los agravios. Eso le permitió al padre mostrar generosidad.
Servimos alegremente. ¡Qué fiesta tan grande hizo el padre por el regreso del hijo pródigo! Su alegría por el regreso a casa del hijo perdido se derramó a los demás. El amor se manifiesta en el servicio gozoso.
Restauramos a los que caen. El que abandonó a su padre y dilapidó su herencia recibió otra vez todos sus derechos de hijo. Sólo el amor de Dios puede hacer esto.
Cuando cometemos un error, nuestro Padre celestial espera con paciencia que nos volvamos a Él. El Señor acepta nuestro arrepentimiento, se regocija por nuestro retorno y restaura nuestra intimidad con Él. El hermano mayor no entendió esto y olvidó las veces que su padre le había demostrado amor y perdón.
Dios nos llama a un estilo de vida de amor ágape (Jun. 13:35). ¿A qué persona pudiera usted mostrar este amor divino que perdona, restaura y sirve con alegría y generosidad?
viernes, junio 01, 2007
Dedica tiempo
La comunicación verbal tiene dos partes:
Lo que se dice y lo que se oye. Como padres, tienen la responsabilidad de dedicar tiempo para oír y para comunicar con claridad.
Debemos transmitir de manera consistente, con palabras y acciones, que aceptamos a nuestros hijos y que los consideramos valiosos. Al hacerlo, debemos estar conscientes de los mensajes que ellos están recibiendo. Consideremos dos ejemplos:
Escenario # 1: Las interrupciones de los hijos. Quizás estamos terminando de hacer algo o simplemente viendo TV cuando nuestro hijo se nos acerca con una pregunta. Si su respuesta es: “Ahora no. ¿No ves que estoy viendo un programa en este momento?”, es posible que estemos tratando de decir simplemente que estamos ocupados, pero el niño interpretará el mensaje como: “La actividad de mis padres es más importante que yo. Yo no valgo tanto como lo que ellos hacen”. Cuando nuestros hijos se acerquen a nosotros, debemos detenernos y mirarlos a los ojos. Entonces podremos escuchar su petición o pedirles que esperen un momento.
Escenario # 2: Las tareas escolares. Supongamos que a su hijo no le está yendo bien en la escuela. La reacción típica es decirle: “Sabemos que puedes lograrlo. Debes/Tienes que trabajar más”. Pensamos que estamos expresando: “Eres capaz de hacer más”, pero lo que él recibe es: “No puedo complacer a mis padres”.
Los niños necesitan oír dos cosas de nosotros en una situación como ésta: que entendemos que debemos mejorar nuestra forma de apoyarlos y ayudarlos; y el reconocimiento de que no somos perfectos y que no esperamos que ellos lo sean, tampoco.
Lo que se dice y lo que se oye. Como padres, tienen la responsabilidad de dedicar tiempo para oír y para comunicar con claridad.
Debemos transmitir de manera consistente, con palabras y acciones, que aceptamos a nuestros hijos y que los consideramos valiosos. Al hacerlo, debemos estar conscientes de los mensajes que ellos están recibiendo. Consideremos dos ejemplos:
Escenario # 1: Las interrupciones de los hijos. Quizás estamos terminando de hacer algo o simplemente viendo TV cuando nuestro hijo se nos acerca con una pregunta. Si su respuesta es: “Ahora no. ¿No ves que estoy viendo un programa en este momento?”, es posible que estemos tratando de decir simplemente que estamos ocupados, pero el niño interpretará el mensaje como: “La actividad de mis padres es más importante que yo. Yo no valgo tanto como lo que ellos hacen”. Cuando nuestros hijos se acerquen a nosotros, debemos detenernos y mirarlos a los ojos. Entonces podremos escuchar su petición o pedirles que esperen un momento.
Escenario # 2: Las tareas escolares. Supongamos que a su hijo no le está yendo bien en la escuela. La reacción típica es decirle: “Sabemos que puedes lograrlo. Debes/Tienes que trabajar más”. Pensamos que estamos expresando: “Eres capaz de hacer más”, pero lo que él recibe es: “No puedo complacer a mis padres”.
Los niños necesitan oír dos cosas de nosotros en una situación como ésta: que entendemos que debemos mejorar nuestra forma de apoyarlos y ayudarlos; y el reconocimiento de que no somos perfectos y que no esperamos que ellos lo sean, tampoco.
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