El plan de Dios garantiza que todo creyente puede lograr su potencial máximo. Él desea que Sus hijos vivan de cierta manera y que hagan decisiones correctas, y por eso se responsabiliza totalmente de su dirección. En efecto, Él promete: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar” (Salmo 32:8). Sin embargo, nuestra vida no estaba escrita en una cartilla que leímos el día en que fuimos salvos. Descubrir la voluntad de Dios es un ejercicio diario de fe.
Aprendemos la voluntad de Dios leyendo Su Palabra. La Biblia nos proporciona una guía para cualquier situación. Allí encontramos normas y mandamientos que nos llevarán al éxito, y también principios para ser aplicados diariamente. La Biblia no detalla todas las situaciones posibles que podamos enfrentar, pero sus principios nos preparan para hacer decisiones en cuanto a todas las circunstancias que podamos encontrar. Estudiar la Palabra de Dios es la única manera que tiene un creyente para saber Su voluntad.
Descubrimos la voluntad de Dios por medio de las circunstancias. El Señor está guiando todo lo que sucede en nuestras vidas para unir los “hilos” incongruentes, para nuestro bien (Romanos 8: 28).
Una persona me expresolo siguente: "Cuando yo era joven, no tenía dinero para pagar mis estudios del Seminario, aunque había sentido el llamado de Dios a predicar. Cuando le contaba la situación a un amigo llamado Julián, mi pastor pasó caminando frente a nosotros. Julián lo llamó y le preguntó si podía ayudarme. El pastor me dijo que fuera a verlo. Lo hice, y de esa reunión salió una beca de cuatro años".
Debemos estar alertas al momento en que Dios revele Su voluntad.
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