El perdón, difícil pero necesario
Marcos 11: 24-26 nos dice: Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.
Perdonar es la única forma de asegurarnos una buena comunicación con Dios. Si te presentas ante Él con resentimientos no puedes esperar que te perdone. Sería terrible que Dios fuera resentido, pero no lo es, por eso recibe tu oración. Aunque es difícil, debes perdonar, especialmente cuando la ofensa es grande. Incluso al mismo Padre le costó caro, porque tuvo que sacrificar la vida de su Hijo Jesucristo para perdonar nuestros pecados. Así que el perdón es el fundamento del cristianismo y como tal debemos hacerlo evidente en nuestras vidas. El pecado de otro no justifica tu pecado. Tienes tanta responsabilidad de no sentirte ofendido como la tienes de no ofender.
Hay tres cosas básicas que debes tomar en cuenta para no sentirte ofendido:
Primero: Perdona las veces que sea necesario
En Mateo 18:21-22 encontramos la clave: Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
Significa que si la ofensa aún te molesta debes continuar perdonándola hasta que ya no te afecte. Aunque la ofensa haya sido una sola vez, si la guardas en tu corazón deberás perdonarla cuantas veces la recuerdes y te sientas ofendido de nuevo. Hay personas que se ponen histéricas cuando las ofenden e históricas recordándola. Olvida las ofensas porque guardar rencor solamente hiere tu corazón y te obliga a practicar una y otra vez el perdón hacia tu ofensor. Hay personas que nunca logran perdonar a sus padres y justifican sus acciones con lo negativo que recibieron de ellos. Una persona tal vez ya va por la cuarta relación sentimental y continúa guardando rencor por la ofensa que recibió de su primera pareja. Dios tira tus pecados al fondo del mar y no los recuerda más. Olvida las ofensas y sana tu corazón. La falta de perdón provoca enfermedad e insomnio. Aprende a vivir en salud espiritual.
Segundo: El valor de la palabra
En Mateo 18:15-20 leemos: Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Cuando estés ofendido comunícate hablando con el ofensor. El silencio es otra forma de comunicación, pero no es la mejor. Envía un mensaje de rechazo, orgullo y negación a buscar soluciones. Un hombre me dijo: “Hace 10 años me casé con la mujer de mi vida y hace 5 me divorcié. Cada vez que discutíamos me callaba, hasta que un día exploté y tuvimos que separarnos”. Si algo te molesta exprésalo, no esperes a que se rebose el vaso de tu tolerancia. Recuerda que la Biblia dice “La blanda respuesta aplaca la ira”.
El Señor Jesús te motiva a buscar ayuda cuando creas que no puedes resolver tus conflictos con quienes te ofenden. Pide consejo a personas sabias y pacíficas, no a quienes solamente echarán leña al fuego. No busques quién te de la razón, sino a alguien que te ayude a encontrar y dar perdón. Habla con la persona que te ha ofendido y desahógate buscando la reconciliación y acuerdo entre ambos. Al Señor le agrada tanto que busques esos momentos que lo que pidas te lo dará.
Tercero: Madurez espiritual
Proverbios 19:11 nos dice: La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa.
Las personas se vuelven honrosas cuando dejan de sentirse ofendidas. Conocí a una señora que sufrió el secuestro de su amada hija. Los criminales se la llevaron por equivocación y al darse cuenta de su error le quitaron la vida y escondieron el cuerpo. Le costó años de búsqueda encontrar los restos y sepultarlos. Durante el juicio a los secuestradores, ella públicamente les perdonó de todo corazón. Su decisión fue difícil pero sabia, y para explicar su actitud dijo: “si ya me quitaron la vida de mi hija, no permitiré que por la amargura también se lleven la mía”. Debes crecer, no puedes sentirte ofendido toda tu vida por las mismas razones.
MATEO 28;19-20: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."
lunes, noviembre 24, 2008
sábado, noviembre 22, 2008
Un corazon que sienta
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
– Efesios 4:31,32
Hace algunos años, en Detroit, conocí a una mujer que se había criado en un país comunista. Mientras conversaba con ella, empezó un programa de noticias en la radio. De repente, sus ojos se le llenaron de lágrimas.
"¿Sucede algo?", le pregunté. No me había dado cuenta de que el comentarista del programa de radio había dicho algunas cosas despectivas del Presidente del país. "No me gusta oír a nadie hablar así de este país" - dijo ella - . No importa que sea o no sea cierto. No quiero oírlo". A mí las palabras del locutor me habían entrado por un oído y salido por el otro, pero a ella la habían hecho llorar. ¿Por qué? Porque tenía un corazón sensible hacia las cosas de este país.
Ahora bien, nosotros necesitamos ser más como esa estimada dama cuando se trata de nuestros pastores, de nuestros maestros, de nuestros evangelistas y aun de nuestros hermanos y hermanas en la fe. Necesitamos darnos cuenta de que nuestra insensibilidad ha hecho que la unción del Espíritu Santo se aparte de nuestra vida y de nuestras iglesias. Necesitamos percatarnos de que criticar a los demás miembros del Cuerpo de Cristo nos debilita a todos.
¿Qué nos hará fuertes otra vez? Pues solo el poder y la unción del Espíritu Santo que cae sobre los que son sensibles a la voz de Dios.
Le insto a que recupere el corazón sensible que una vez tuvo. Arrepiéntase, dedíquese a vivir la ley del amor, renueve su devoción a la Palabra y busque la comunión con el Padre celestial para que pueda despojarse de la insensibilidad de su corazón. No deje que la dureza de su corazón siga contristando al Espíritu de Dios. Recupere hoy la sensibilidad hacia las cosas de Dios.
– Efesios 4:31,32
Hace algunos años, en Detroit, conocí a una mujer que se había criado en un país comunista. Mientras conversaba con ella, empezó un programa de noticias en la radio. De repente, sus ojos se le llenaron de lágrimas.
"¿Sucede algo?", le pregunté. No me había dado cuenta de que el comentarista del programa de radio había dicho algunas cosas despectivas del Presidente del país. "No me gusta oír a nadie hablar así de este país" - dijo ella - . No importa que sea o no sea cierto. No quiero oírlo". A mí las palabras del locutor me habían entrado por un oído y salido por el otro, pero a ella la habían hecho llorar. ¿Por qué? Porque tenía un corazón sensible hacia las cosas de este país.
Ahora bien, nosotros necesitamos ser más como esa estimada dama cuando se trata de nuestros pastores, de nuestros maestros, de nuestros evangelistas y aun de nuestros hermanos y hermanas en la fe. Necesitamos darnos cuenta de que nuestra insensibilidad ha hecho que la unción del Espíritu Santo se aparte de nuestra vida y de nuestras iglesias. Necesitamos percatarnos de que criticar a los demás miembros del Cuerpo de Cristo nos debilita a todos.
¿Qué nos hará fuertes otra vez? Pues solo el poder y la unción del Espíritu Santo que cae sobre los que son sensibles a la voz de Dios.
Le insto a que recupere el corazón sensible que una vez tuvo. Arrepiéntase, dedíquese a vivir la ley del amor, renueve su devoción a la Palabra y busque la comunión con el Padre celestial para que pueda despojarse de la insensibilidad de su corazón. No deje que la dureza de su corazón siga contristando al Espíritu de Dios. Recupere hoy la sensibilidad hacia las cosas de Dios.
viernes, noviembre 21, 2008
Soy importante, verdaderamente importante
Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.
– 1 Juan 1:3
El hombre es realmente un ser especial: ha sido hecho a la imagen de Dios y ha sido creado para tener comunión con Dios.
Hay gente que tiene la idea de que Dios hizo al hombre para tener a alguien a quien controlar. Pero Dios no es un controlador. Él es amor, y el amor necesita darse a alguien. Por eso Dios creó al hombre: para poder darle su amor.
Dios pudo haber dado su amor a los ángeles, y lo hizo. Pero el darle su amor a los ángeles no fue satisfacción suficiente. ¿Por qué? Porque los ángeles no están hechos a la imagen de Dios.
En ese sentido, usted actúa de la misma manera. Por ejemplo, digamos que tiene un perrito en su casa. Puede entretenerse con ese animalito hasta cierto punto, pero luego llega el momento en que desea hablar con alguien, llega el momento en que necesita tener comunicación a su nivel. La razón por la cual usted es así es porque fue creado a la imagen de Dios. Así es Él. Dios desea tener comunión con alguien como Él.
Atrévase a creer que usted es realmente especial, único en la creación, hecho por Dios a su imagen. Atrévase a recibir el amor de Dios y a corresponder a ese amor.
– 1 Juan 1:3
El hombre es realmente un ser especial: ha sido hecho a la imagen de Dios y ha sido creado para tener comunión con Dios.
Hay gente que tiene la idea de que Dios hizo al hombre para tener a alguien a quien controlar. Pero Dios no es un controlador. Él es amor, y el amor necesita darse a alguien. Por eso Dios creó al hombre: para poder darle su amor.
Dios pudo haber dado su amor a los ángeles, y lo hizo. Pero el darle su amor a los ángeles no fue satisfacción suficiente. ¿Por qué? Porque los ángeles no están hechos a la imagen de Dios.
En ese sentido, usted actúa de la misma manera. Por ejemplo, digamos que tiene un perrito en su casa. Puede entretenerse con ese animalito hasta cierto punto, pero luego llega el momento en que desea hablar con alguien, llega el momento en que necesita tener comunicación a su nivel. La razón por la cual usted es así es porque fue creado a la imagen de Dios. Así es Él. Dios desea tener comunión con alguien como Él.
Atrévase a creer que usted es realmente especial, único en la creación, hecho por Dios a su imagen. Atrévase a recibir el amor de Dios y a corresponder a ese amor.
jueves, noviembre 20, 2008
Lo Primero Es lo Primero
Es el secreto de mantener una conexión, una relación viva con Dios. Permanecer en comunión diaria con Él es, sin lugar a dudas, la prioridad número uno de la vida cristiana. Es la llave que abre toda puerta en esta vida y en la vida venidera.
Si realmente no conocemos a Dios, no importa cuánta información tengamos acerca de Él. Podemos estar llenos de conocimiento sobre la fe. Podemos entender cómo viene, qué hace y cómo liberarla. Podemos estudiar acerca del amor hasta que hayamos memorizado cada versículo sobre el amor en la Biblia.
Podemos hasta conocer los pasos a la sanidad y a la prosperidad al derecho y al revés. Pero, no podremos percatarnos del momento preciso en que pondremos estas cosas en acción, a menos que pasemos tiempo con Dios y mantengamos una conexión viva con Él.
Cuando ya todo está dicho y hecho, lo que sabemos no es lo que cuenta, realmente lo que cuenta es lo que hacemos. ¡Y sin una unión vital y continua con Dios, no estaremos lo suficientemente fuertes espiritualmente para poder hacer lo que sabemos hacer! Como Filipenses 2:12-13 dice:
Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido [mis sugerencias], no como en mi presencia solamente [con el entusiasmo que deberías mostrar], sino mucho más ahora en mi ausencia, (cultiven,
cumplan con la meta, y llévenla totalmente a cabo) ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, (no fiándose de sí mismos, con seria prudencia, ternura de conciencia, cuidado en contra de la tentación, haciéndose menos con timidez de todo aquello que pudiera ofender a Dios y desacreditar el nombre de Cristo). [No en su propia fuerza] porque Dios es el que en vosotros produce [energiza y crea en ti el
poder y deseo], así el querer como el hacer, por su buena voluntad y complacencia y deleite.
Si realmente no conocemos a Dios, no importa cuánta información tengamos acerca de Él. Podemos estar llenos de conocimiento sobre la fe. Podemos entender cómo viene, qué hace y cómo liberarla. Podemos estudiar acerca del amor hasta que hayamos memorizado cada versículo sobre el amor en la Biblia.
Podemos hasta conocer los pasos a la sanidad y a la prosperidad al derecho y al revés. Pero, no podremos percatarnos del momento preciso en que pondremos estas cosas en acción, a menos que pasemos tiempo con Dios y mantengamos una conexión viva con Él.
Cuando ya todo está dicho y hecho, lo que sabemos no es lo que cuenta, realmente lo que cuenta es lo que hacemos. ¡Y sin una unión vital y continua con Dios, no estaremos lo suficientemente fuertes espiritualmente para poder hacer lo que sabemos hacer! Como Filipenses 2:12-13 dice:
Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido [mis sugerencias], no como en mi presencia solamente [con el entusiasmo que deberías mostrar], sino mucho más ahora en mi ausencia, (cultiven,
cumplan con la meta, y llévenla totalmente a cabo) ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, (no fiándose de sí mismos, con seria prudencia, ternura de conciencia, cuidado en contra de la tentación, haciéndose menos con timidez de todo aquello que pudiera ofender a Dios y desacreditar el nombre de Cristo). [No en su propia fuerza] porque Dios es el que en vosotros produce [energiza y crea en ti el
poder y deseo], así el querer como el hacer, por su buena voluntad y complacencia y deleite.
martes, noviembre 18, 2008
Importancia de la oración
Cont.
La oración en privado tiene la ventaja que como nadie nos escucha, podemos decir todo lo que sentimos, queremos o nos preocupa, podemos acudir a Dios con nuestros defectos y virtudes, pues El nos conoces tal como somos, conoces nuestros pensamientos e intenciones antes que se las contemos. Dios se deleita en escucharnos, nos anhela celosamente, su deseo es ayudarnos y orientarnos por medio de la oración de su palabra.
Lo más apropiado es tener un tiempo y lugar para tener nuestra cita diaria con Dios y desarrollar el hábito de la oración. El Señor nunca falla a esa cita porque El nos quiere dar su amor, aligerar nuestras cargas y bendecirnos en Mateo 11;28 Dios nos expresa lo siguiente: "Venid a mi todos los que estáis trabajados i cargados y yo os haré descansar. La invitación es para los atribulados, afligidos, abatidos física o emocionalmente. podrán acudir a El y dejarle toda carga, aquello que te ha tocado soportar o sufrir.
Orar es derramar el corazón, lo cual implica que es más que repetir frases mecánicas mientras nuestra mente divaga en otras cosas.
Orar es hablar con entendimiento, conscientes que estamos hablando a un ser inteligente, aunque no lo vemos esta presente para todo aquel que decida buscarle de corazón.
Si lo buscamos El va a estar ahí, no va a recibir y no nos va a ignorar. Es por eso que debemos hacer oraciones no de labios, sino de corazón, oraciones que podamos recordar y reconocer su respuesta. Queremos ser vencedores la llave la tenemos oremos a solas con Dios y en esa intimidad vamos a derramar nuestro corazones delante de El, con la disposición de concertarnos en nuestro amado que nada perturbe ese momento de intimidad con lo mas importante de nuestra vida Dios nuestro padre celestial.
La oración en privado tiene la ventaja que como nadie nos escucha, podemos decir todo lo que sentimos, queremos o nos preocupa, podemos acudir a Dios con nuestros defectos y virtudes, pues El nos conoces tal como somos, conoces nuestros pensamientos e intenciones antes que se las contemos. Dios se deleita en escucharnos, nos anhela celosamente, su deseo es ayudarnos y orientarnos por medio de la oración de su palabra.
Lo más apropiado es tener un tiempo y lugar para tener nuestra cita diaria con Dios y desarrollar el hábito de la oración. El Señor nunca falla a esa cita porque El nos quiere dar su amor, aligerar nuestras cargas y bendecirnos en Mateo 11;28 Dios nos expresa lo siguiente: "Venid a mi todos los que estáis trabajados i cargados y yo os haré descansar. La invitación es para los atribulados, afligidos, abatidos física o emocionalmente. podrán acudir a El y dejarle toda carga, aquello que te ha tocado soportar o sufrir.
Orar es derramar el corazón, lo cual implica que es más que repetir frases mecánicas mientras nuestra mente divaga en otras cosas.
Orar es hablar con entendimiento, conscientes que estamos hablando a un ser inteligente, aunque no lo vemos esta presente para todo aquel que decida buscarle de corazón.
Si lo buscamos El va a estar ahí, no va a recibir y no nos va a ignorar. Es por eso que debemos hacer oraciones no de labios, sino de corazón, oraciones que podamos recordar y reconocer su respuesta. Queremos ser vencedores la llave la tenemos oremos a solas con Dios y en esa intimidad vamos a derramar nuestro corazones delante de El, con la disposición de concertarnos en nuestro amado que nada perturbe ese momento de intimidad con lo mas importante de nuestra vida Dios nuestro padre celestial.
lunes, noviembre 17, 2008
Como hablar con Dios
Todo aquel que anhela vivir en victoria, debe aprender a depender de Dios, diariamente, a través de la oración.
La oración es la oportunidad que Dios le da al hombre, para dirigirse a él, el ser más grande y sublime: el Todopoderoso; para quien no existe nada imposible. Una vida constante de oración nos de poder para vencer.
La oración es dinamita, cosas tremendas pueden ser hechas en la vida de quienes la practican a diario. Por esto debemos hacer de ella un estilo de vida que forme parte de nuestra manera de ser y de nuestros hábitos, así como lo son comer, dormir o bañarnos Diariamente.
Jesucristo adquirió el hábito de la oración apartándose para hablar a sola con el padre. Marcos 1:35 nos dice: Levantando se de mañana siendo muy oscuro, salio y se fue a un lugar desierto y allí oraba.
Como creyentes en cristo debemos seguir las pisadas de nuestro maestro. Esto significa apartar tiempo a solas con Dios, preferiblemente en la mañana, para así poder contar todo el día con su dirección, protección y apoyo en las diferentes situaciones o decisiones que debamos asumir o enfrentar.
Para que puedas orar de una manera eficaz, busque el mejor horario de acuerdo a su conveniencia. Independientemente que sea la tarde en la noche; ore a sola, así podrá tener un tiempo de intimidad con Dios y podrá derramar su corazón con libertad sin inhibiciones ni disfraces. El señor nos instruye como orar en mateo 6:6 y nos dice" Mas cuando tu ores, entra a tu cuarto y cerrada la puerta ora a tu Padre que esta en lo secreto y tu Padre que ve en lo secreto te recompensara en publico".
Continuara mañana
La oración es la oportunidad que Dios le da al hombre, para dirigirse a él, el ser más grande y sublime: el Todopoderoso; para quien no existe nada imposible. Una vida constante de oración nos de poder para vencer.
La oración es dinamita, cosas tremendas pueden ser hechas en la vida de quienes la practican a diario. Por esto debemos hacer de ella un estilo de vida que forme parte de nuestra manera de ser y de nuestros hábitos, así como lo son comer, dormir o bañarnos Diariamente.
Jesucristo adquirió el hábito de la oración apartándose para hablar a sola con el padre. Marcos 1:35 nos dice: Levantando se de mañana siendo muy oscuro, salio y se fue a un lugar desierto y allí oraba.
Como creyentes en cristo debemos seguir las pisadas de nuestro maestro. Esto significa apartar tiempo a solas con Dios, preferiblemente en la mañana, para así poder contar todo el día con su dirección, protección y apoyo en las diferentes situaciones o decisiones que debamos asumir o enfrentar.
Para que puedas orar de una manera eficaz, busque el mejor horario de acuerdo a su conveniencia. Independientemente que sea la tarde en la noche; ore a sola, así podrá tener un tiempo de intimidad con Dios y podrá derramar su corazón con libertad sin inhibiciones ni disfraces. El señor nos instruye como orar en mateo 6:6 y nos dice" Mas cuando tu ores, entra a tu cuarto y cerrada la puerta ora a tu Padre que esta en lo secreto y tu Padre que ve en lo secreto te recompensara en publico".
Continuara mañana
domingo, noviembre 16, 2008
Miles de Aguijones
José García, anciano granjero, comenzó la faena agrícola del día. A los ochenta y seis años de edad todavía trabajaba la tierra casi como en sus años mozos. Puso en marcha el tractor y empezó a trazar surcos.
Todo iba bien, como de costumbre, hasta que le pegó a una colmena muy grande. No pareció importarles a las abejas si el anciano no vio la colmena o si simplemente no quiso desviar su trayectoria, pues lo atacaron con furia, dejando como saldo no menos de mil picaduras. Por si eso fuera poco, atacaron también a su hijo, de cincuenta años, que por acudir en su auxilio recibió otras 500 picaduras. Al hacer la investigación se encontró que había por lo menos setenta y cinco mil abejas en esa colmena.
Si bien una sola picadura por una abeja puede ser algo serio, ¿cómo será recibir mil picaduras? De seguro aquel anciano agricultor no volvería a acercarse a una colmena de abejas. Una lección así generalmente se aprende la primera vez.
Ahora bien, hay otras clases de abejas que también pican. ¿Qué, por ejemplo, de los que vacían una, dos y más latas de cerveza? Cada trago es una punzada en el cerebro. ¿Y qué de los que juegan con el cigarrillo de marihuana? De la marihuana no hay más que un paso a la cocaína, la heroína, el crack y el LSD, y cada dosis de droga es un aguijón clavado en la mente.
¿Y qué de los matrimonios que, a la menor provocación, discuten acaloradamente y pelean, hiriéndose en lo más vivo? Cada palabra que se lanzan es un aguijón que va matando el amor y el respeto mutuo.
¿Y qué de los mensajes nocivos, criminales y eróticos que vierten las pantallas de cine y la televisión? ¿Acaso no son estos como picaduras de abejas que van debilitando la resistencia moral y los valores espirituales?
Cada imagen provocativa, cada palabra obscena, cada situación procaz y licenciosa de sexo, adulterio, crimen y deshonra es un aguijón más que se va clavando en mentes impresionables. En estos medios hay miles de aguijones que, con cada imagen visual, enferman, drogan y matan.
¿Por qué someternos a prácticas que nos destruyen? Con sólo una ligera observación de la condición de la vida actual, podemos ver que algo anda mal. Todo lo que hacemos trae consecuencias. Si éstas son malas, es porque nuestros hechos son malos.
Sólo Jesucristo puede salvarnos de tantos aguijones. Sólo Él tiene el poder para librarnos de los pecados que nos destruyen. Sometámonos al señorío de Cristo, y nuestra vida cambiará.
Por: Hermano Pablo
Todo iba bien, como de costumbre, hasta que le pegó a una colmena muy grande. No pareció importarles a las abejas si el anciano no vio la colmena o si simplemente no quiso desviar su trayectoria, pues lo atacaron con furia, dejando como saldo no menos de mil picaduras. Por si eso fuera poco, atacaron también a su hijo, de cincuenta años, que por acudir en su auxilio recibió otras 500 picaduras. Al hacer la investigación se encontró que había por lo menos setenta y cinco mil abejas en esa colmena.
Si bien una sola picadura por una abeja puede ser algo serio, ¿cómo será recibir mil picaduras? De seguro aquel anciano agricultor no volvería a acercarse a una colmena de abejas. Una lección así generalmente se aprende la primera vez.
Ahora bien, hay otras clases de abejas que también pican. ¿Qué, por ejemplo, de los que vacían una, dos y más latas de cerveza? Cada trago es una punzada en el cerebro. ¿Y qué de los que juegan con el cigarrillo de marihuana? De la marihuana no hay más que un paso a la cocaína, la heroína, el crack y el LSD, y cada dosis de droga es un aguijón clavado en la mente.
¿Y qué de los matrimonios que, a la menor provocación, discuten acaloradamente y pelean, hiriéndose en lo más vivo? Cada palabra que se lanzan es un aguijón que va matando el amor y el respeto mutuo.
¿Y qué de los mensajes nocivos, criminales y eróticos que vierten las pantallas de cine y la televisión? ¿Acaso no son estos como picaduras de abejas que van debilitando la resistencia moral y los valores espirituales?
Cada imagen provocativa, cada palabra obscena, cada situación procaz y licenciosa de sexo, adulterio, crimen y deshonra es un aguijón más que se va clavando en mentes impresionables. En estos medios hay miles de aguijones que, con cada imagen visual, enferman, drogan y matan.
¿Por qué someternos a prácticas que nos destruyen? Con sólo una ligera observación de la condición de la vida actual, podemos ver que algo anda mal. Todo lo que hacemos trae consecuencias. Si éstas son malas, es porque nuestros hechos son malos.
Sólo Jesucristo puede salvarnos de tantos aguijones. Sólo Él tiene el poder para librarnos de los pecados que nos destruyen. Sometámonos al señorío de Cristo, y nuestra vida cambiará.
Por: Hermano Pablo
viernes, noviembre 14, 2008
Al que clama. se le responderà
En este mensaje tratamos de manera anónima el caso que nos contó una mujer en las siguientes palabras:
«Hace aproximadamente diez años, tomé la espantosa decisión de abortar a mi pequeño hijo, el mismo que fue procreado con un hombre que era casado, al cual me entregué por primera vez. Cuando él lo supo, me pidió que lo abortara. Me dolió mucho que me lo dijera. No quise hacerlo, pero después de unos días le dije que fuéramos a hacerlo. Y así fue que yo maté a mi propio hijo.
»Pasó el tiempo, me casé, tuve un hijo, y mi esposo y yo nos separamos. Después de un tiempo nos reconciliamos. Teníamos relaciones de vez en cuando, y sin darme cuenta salí embarazada. Yo le pedí que lo abortáramos, y lo hicimos.
»¡Ay, Dios, cómo me duele recordarlo! Y saber que soy una asesina de mis propios hijos.... Sólo le pido a Dios que me perdone. ¡Que me perdone! No sé si Él puede hacerlo, perdonar a una mujer que deliberadamente mató a sus propios hijos en su propio vientre.
»Esto yo no se lo había contado a nadie....
»Ahora tengo dos hijos. Amo mucho a mis hijos, y ruego a Dios que ellos nunca pasen por lo que estoy pasando, por este sentimiento de culpabilidad que me atormenta cada día. A veces pienso cómo serían esos niños que aborté, sobre todo cuando acaricio a mis hijos.
»Dios mío, ¡perdóname!»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimada amiga:
»Miles de mujeres sienten el mismo dolor que usted. También ellas sufren todos los días de su vida. ¡Cuánto quisieran poder volver a hacerlo todo de nuevo! Anhelan tener en sus brazos a aquellos niños que perdieron para siempre.
»Lo más importante que podemos decirle es que Dios está dispuesto a perdonarla. No importa lo que usted haya hecho. Él está listo, esperando poder limpiarla por completo. Pero usted tiene que pedírselo, creyendo de todo corazón que Cristo vino a este mundo para llevar la culpa del pecado que usted ha cometido. En otras palabras, Dios nuestro Padre celestial puede perdonarla debido a que su Hijo Jesucristo ya sufrió el castigo. Cuando Cristo murió en la cruz hace dos mil años, murió por los pecados de usted y por los nuestros. Así que ahora, cuando usted le pide a Dios que la perdone, en el nombre de Cristo, es como si Dios tomara el pecado que usted ha cometido y escribiera a su lado el nombre de Jesucristo, seguido de: “Cancelado” y “Perdonado”.1
»Allí donde se encuentra, en sus propias palabras, dígale a Dios lo arrepentida que está y pídale que la perdone en el nombre de Cristo. Dígale que usted cree que Cristo murió para que usted pudiera recibir el perdón. Y luego dele gracias a Dios por estar dispuesto a sacrificar a su único Hijo para que todo esto fuera posible.
»Una vez que haya terminado de orar, el peso del pecado y de la culpabilidad que siente desaparecerán, y se sentirá limpia y libre. ¡Escríbanos y cuéntenos cuán bien se siente al haber sido perdonada! ¡Así podremos compartir su alegría!
«Hace aproximadamente diez años, tomé la espantosa decisión de abortar a mi pequeño hijo, el mismo que fue procreado con un hombre que era casado, al cual me entregué por primera vez. Cuando él lo supo, me pidió que lo abortara. Me dolió mucho que me lo dijera. No quise hacerlo, pero después de unos días le dije que fuéramos a hacerlo. Y así fue que yo maté a mi propio hijo.
»Pasó el tiempo, me casé, tuve un hijo, y mi esposo y yo nos separamos. Después de un tiempo nos reconciliamos. Teníamos relaciones de vez en cuando, y sin darme cuenta salí embarazada. Yo le pedí que lo abortáramos, y lo hicimos.
»¡Ay, Dios, cómo me duele recordarlo! Y saber que soy una asesina de mis propios hijos.... Sólo le pido a Dios que me perdone. ¡Que me perdone! No sé si Él puede hacerlo, perdonar a una mujer que deliberadamente mató a sus propios hijos en su propio vientre.
»Esto yo no se lo había contado a nadie....
»Ahora tengo dos hijos. Amo mucho a mis hijos, y ruego a Dios que ellos nunca pasen por lo que estoy pasando, por este sentimiento de culpabilidad que me atormenta cada día. A veces pienso cómo serían esos niños que aborté, sobre todo cuando acaricio a mis hijos.
»Dios mío, ¡perdóname!»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimada amiga:
»Miles de mujeres sienten el mismo dolor que usted. También ellas sufren todos los días de su vida. ¡Cuánto quisieran poder volver a hacerlo todo de nuevo! Anhelan tener en sus brazos a aquellos niños que perdieron para siempre.
»Lo más importante que podemos decirle es que Dios está dispuesto a perdonarla. No importa lo que usted haya hecho. Él está listo, esperando poder limpiarla por completo. Pero usted tiene que pedírselo, creyendo de todo corazón que Cristo vino a este mundo para llevar la culpa del pecado que usted ha cometido. En otras palabras, Dios nuestro Padre celestial puede perdonarla debido a que su Hijo Jesucristo ya sufrió el castigo. Cuando Cristo murió en la cruz hace dos mil años, murió por los pecados de usted y por los nuestros. Así que ahora, cuando usted le pide a Dios que la perdone, en el nombre de Cristo, es como si Dios tomara el pecado que usted ha cometido y escribiera a su lado el nombre de Jesucristo, seguido de: “Cancelado” y “Perdonado”.1
»Allí donde se encuentra, en sus propias palabras, dígale a Dios lo arrepentida que está y pídale que la perdone en el nombre de Cristo. Dígale que usted cree que Cristo murió para que usted pudiera recibir el perdón. Y luego dele gracias a Dios por estar dispuesto a sacrificar a su único Hijo para que todo esto fuera posible.
»Una vez que haya terminado de orar, el peso del pecado y de la culpabilidad que siente desaparecerán, y se sentirá limpia y libre. ¡Escríbanos y cuéntenos cuán bien se siente al haber sido perdonada! ¡Así podremos compartir su alegría!
jueves, noviembre 13, 2008
Bienaventurados los mansos
Mateo 5:5: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.”
¿Qué significa ser manso? Primero, permítanos decirle lo que no es antes de decirle lo que es. La mansedumbre no es debilidad. La palabra “manso” significa ‘ceder’. Literalmente tiene la idea de fuerza bajo control. Cuando un animal, sobre todo un caballo, es domesticado, está entrenado para que un jinete pueda sentarse en su lomo o para que pueda tirar de un arado. El término apropiado para este proceso es que el animal ha sido domado o amansado. Ahora cede al jinete o al yugo. El animal ahora exhibe fuerza bajo control. Eso es mansedumbre.
Te invito a que seas sumiso, cuando te sometes, te estas poniendo a favor de las aguas, cuando te te corportas de manera altiva, encuantras recistencia, se manso.
¿Qué significa ser manso? Primero, permítanos decirle lo que no es antes de decirle lo que es. La mansedumbre no es debilidad. La palabra “manso” significa ‘ceder’. Literalmente tiene la idea de fuerza bajo control. Cuando un animal, sobre todo un caballo, es domesticado, está entrenado para que un jinete pueda sentarse en su lomo o para que pueda tirar de un arado. El término apropiado para este proceso es que el animal ha sido domado o amansado. Ahora cede al jinete o al yugo. El animal ahora exhibe fuerza bajo control. Eso es mansedumbre.
Te invito a que seas sumiso, cuando te sometes, te estas poniendo a favor de las aguas, cuando te te corportas de manera altiva, encuantras recistencia, se manso.
miércoles, noviembre 12, 2008
Viva la vida
No hay nada en lo absoluto que sea más importante que aprender a amar. De hecho, cuanto más perfeccione el andar en amor, más podrá determinar cuánto puede hacer de la perfecta voluntad de Dios. Eso se explica por el hecho de que las otras fuerzas espirituales derivan su poder del amor.
Por ejemplo, la Biblia nos enseña que la fe obra por el amor. Es casi imposible que la oración sea contestada si el creyente se sale del amor y se niega a perdonar a su hermano. Si no tiene amor, sus ofrendas de nada le servirán, las lenguas y la profecía no le aprovecharán, su fe será un fracaso y sus conocimientos serán vanos.
Todas las verdades que ha aprendido de la Palabra de Dios obran por el amor. No le serán útiles a menos que usted viva el amor de Dios.
En 1 Corintios 13:4-8 se muestra un cuadro perfecto de cómo se obra el amor: Es paciente y benigno. No es celoso ni orgulloso. No es brusco ni egoísta y no se irrita. El amor "todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta". Pareciera una larga lista, ¿verdad? Pero no se desespere. Usted es una criatura de amor. Su espíritu ha sido recreado por Dios a la imagen del amor, y Él ha enviado a su Espíritu de amor a vivir en usted y enseñarle a amar como Él ama. Hoy usted puede empezar a vivir la vida de amor que Dios quiere que viva.
Por ejemplo, la Biblia nos enseña que la fe obra por el amor. Es casi imposible que la oración sea contestada si el creyente se sale del amor y se niega a perdonar a su hermano. Si no tiene amor, sus ofrendas de nada le servirán, las lenguas y la profecía no le aprovecharán, su fe será un fracaso y sus conocimientos serán vanos.
Todas las verdades que ha aprendido de la Palabra de Dios obran por el amor. No le serán útiles a menos que usted viva el amor de Dios.
En 1 Corintios 13:4-8 se muestra un cuadro perfecto de cómo se obra el amor: Es paciente y benigno. No es celoso ni orgulloso. No es brusco ni egoísta y no se irrita. El amor "todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta". Pareciera una larga lista, ¿verdad? Pero no se desespere. Usted es una criatura de amor. Su espíritu ha sido recreado por Dios a la imagen del amor, y Él ha enviado a su Espíritu de amor a vivir en usted y enseñarle a amar como Él ama. Hoy usted puede empezar a vivir la vida de amor que Dios quiere que viva.
lunes, noviembre 10, 2008
Debo aprender a escojer
Nuestra vida es una constante toma de decisiones. Pide al Señor carácter y sabiduría para escoger lo bueno y desechar lo malo.
Las decisiones son poderosas
Desde que abrimos los ojos por la mañana hasta que los cerramos por la noche, nos enfrentamos al proceso de tomar decisiones. Escoger es un deber que todos estamos obligados a asumir. Escogemos a nuestra pareja, el lugar donde vivimos, lo que comemos, cómo vestimos; todo está sujeto a nuestro criterio. Es importante entender que las decisiones que tomamos provocan circunstancias y afectan nuestra vida presente y futura. Las situaciones no vienen del aire, lo que decidimos nos tiene donde estamos. Cuando no estás consciente de esto, te quejas de tu realidad. Aprende a tomar buenas decisiones porque afectan tu vida y la de quienes te rodean.
Escoge lo necesario
En Lucas 10:42 leemos: Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
En ese momento lo necesario era escuchar a Jesús. María escogió la buena parte, tomó una buena decisión. Imítala cuando estés frente a dos opciones y debas escoger. Hay que priorizar lo necesario para luego poder ir más allá. Por ejemplo: tomar vacaciones es bueno, pero si no tienes dinero para viajar, la decisión correcta es no hacerlo. Si no tienes para todo, escoge lo necesario. Sin importar cuál sea tu situación particular, siempre lo indispensable es escuchar La Palabra porque en ella están las promesas para todo lo demás.
Contra la pared
Filipenses 1:21- 22 relata: Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Más si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.
Así como Pablo, todos hemos estados en situaciones difíciles de duda e incertidumbre. Filipenses 1:23-24 continúa: Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
Este pasaje nos da la clave para escoger. Pablo estaba en una encrucijada. No le temía a la muerte, sabía que ir con El Señor era lo mejor. Podía escoger, y tomar la decisión era complicado. En la vida hay cosas que son muchísimo mejores, son más cómodas, bonitas y agradables pero no son las más necesarias y debemos escoger. Pablo decidió quedarse y predicar; escogió lo necesario porque comprendió que no podría disfrutar solo de lo que era muchísimo mejor. Yo lo he visto en la iglesia. Todos tenemos mucho trabajo y a veces la idea de descansar nos atrae, sin embargo la mejor decisión es servir en el grupo o célula.
Siempre que estés es esa encrucijada, escoge lo que es más necesario, porque si escoges pensando en ti puedes terminar perdido y solo como Lot. Recuerda que cuando se separó de su tío Abraham, fue él quien primero escogió y tomó la tierra que parecía más prometedora, aquella llena de ciudades. Puso su tienda en esos lugares aunque estaban llenos de hombres que no amaban a Dios y terminó viviendo en Sodoma y Gomorra. En cambio, Abraham se quedó con lo que Lot despreció, la tierra de la promesa. Lot fue egoísta en su decisión y terminó sin nada, Abraham pensó en el beneficio de todos y fue bendecido. Cuídate de no tomar decisiones cómodas para ti y malas para tu familia. Escoge siempre lo mejor para todos.
Escoger sin ansiedad
En el Salmo 119:25-30 leemos: Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra. Te he manifestado mis caminos, y me has respondido; Enséñame tus estatutos. Hazme entender el camino de tus mandamientos, Para que medite en tus maravillas. Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra. Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley. Escogí el camino de la verdad; He puesto tus juicios delante de mí.
Cuando estamos abatidos es más difícil decidir porque hay muchos sentimientos encontrados. La cura para la ansiedad es La Palabra. Ansioso, turbado y angustiado no puedes decidir. En el Salmo, este hombre pide muchas cosas. Por más que le pidas a Dios, las decisiones son tuyas. No le dejes todo al Señor, aprende a escoger. Las personas responsables asumen sus decisiones y reconocen que su situación actual es producto de ellas. Dios te concede y espera que tomes decisiones para tu vida.
Sabiduría para escoger
Debemos tomar decisiones, es inevitable. Buscar pareja es un buen ejemplo. Más que escoger con quién quieres vivir, debes escoger con quién puedes vivir. No es tan importante si es guapo o romántico, es importante evaluar si me llevo bien con esa persona, si nos entendemos y si tenemos la misma visión de la vida. Las mujeres quieren alguien alto, guapo, como artista de cine aunque se les advierta que es borracho y haragán. Entonces toman malas decisiones. Lo mismo ocurre con los hombres. Así que los solteros deben pedirle a Dios que les permita enamorarse con la cabeza más que con el corazón. Cuando ya sepas con quién puedes compartir tu vida, entonces escoge a quién quieres. También es importante buscar primero la plenitud y felicidad personal. No hay que buscar que alguien te haga feliz o hacer feliz a alguien. Primero alcanza tu felicidad para poder compartirla con otra persona. No busques un príncipe azul que se ponga morado cuando se enoja.
Con la ropa es igual, primero escoge lo que puedas lucir y dentro de ese selección, encontrarás prendas que quieras ponerte. Si lo haces al revés, puedes encontrarte con ropa bonita que no te queda bien o que es poco conveniente.
Las decisiones son poderosas
Desde que abrimos los ojos por la mañana hasta que los cerramos por la noche, nos enfrentamos al proceso de tomar decisiones. Escoger es un deber que todos estamos obligados a asumir. Escogemos a nuestra pareja, el lugar donde vivimos, lo que comemos, cómo vestimos; todo está sujeto a nuestro criterio. Es importante entender que las decisiones que tomamos provocan circunstancias y afectan nuestra vida presente y futura. Las situaciones no vienen del aire, lo que decidimos nos tiene donde estamos. Cuando no estás consciente de esto, te quejas de tu realidad. Aprende a tomar buenas decisiones porque afectan tu vida y la de quienes te rodean.
Escoge lo necesario
En Lucas 10:42 leemos: Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
En ese momento lo necesario era escuchar a Jesús. María escogió la buena parte, tomó una buena decisión. Imítala cuando estés frente a dos opciones y debas escoger. Hay que priorizar lo necesario para luego poder ir más allá. Por ejemplo: tomar vacaciones es bueno, pero si no tienes dinero para viajar, la decisión correcta es no hacerlo. Si no tienes para todo, escoge lo necesario. Sin importar cuál sea tu situación particular, siempre lo indispensable es escuchar La Palabra porque en ella están las promesas para todo lo demás.
Contra la pared
Filipenses 1:21- 22 relata: Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Más si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.
Así como Pablo, todos hemos estados en situaciones difíciles de duda e incertidumbre. Filipenses 1:23-24 continúa: Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
Este pasaje nos da la clave para escoger. Pablo estaba en una encrucijada. No le temía a la muerte, sabía que ir con El Señor era lo mejor. Podía escoger, y tomar la decisión era complicado. En la vida hay cosas que son muchísimo mejores, son más cómodas, bonitas y agradables pero no son las más necesarias y debemos escoger. Pablo decidió quedarse y predicar; escogió lo necesario porque comprendió que no podría disfrutar solo de lo que era muchísimo mejor. Yo lo he visto en la iglesia. Todos tenemos mucho trabajo y a veces la idea de descansar nos atrae, sin embargo la mejor decisión es servir en el grupo o célula.
Siempre que estés es esa encrucijada, escoge lo que es más necesario, porque si escoges pensando en ti puedes terminar perdido y solo como Lot. Recuerda que cuando se separó de su tío Abraham, fue él quien primero escogió y tomó la tierra que parecía más prometedora, aquella llena de ciudades. Puso su tienda en esos lugares aunque estaban llenos de hombres que no amaban a Dios y terminó viviendo en Sodoma y Gomorra. En cambio, Abraham se quedó con lo que Lot despreció, la tierra de la promesa. Lot fue egoísta en su decisión y terminó sin nada, Abraham pensó en el beneficio de todos y fue bendecido. Cuídate de no tomar decisiones cómodas para ti y malas para tu familia. Escoge siempre lo mejor para todos.
Escoger sin ansiedad
En el Salmo 119:25-30 leemos: Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra. Te he manifestado mis caminos, y me has respondido; Enséñame tus estatutos. Hazme entender el camino de tus mandamientos, Para que medite en tus maravillas. Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra. Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley. Escogí el camino de la verdad; He puesto tus juicios delante de mí.
Cuando estamos abatidos es más difícil decidir porque hay muchos sentimientos encontrados. La cura para la ansiedad es La Palabra. Ansioso, turbado y angustiado no puedes decidir. En el Salmo, este hombre pide muchas cosas. Por más que le pidas a Dios, las decisiones son tuyas. No le dejes todo al Señor, aprende a escoger. Las personas responsables asumen sus decisiones y reconocen que su situación actual es producto de ellas. Dios te concede y espera que tomes decisiones para tu vida.
Sabiduría para escoger
Debemos tomar decisiones, es inevitable. Buscar pareja es un buen ejemplo. Más que escoger con quién quieres vivir, debes escoger con quién puedes vivir. No es tan importante si es guapo o romántico, es importante evaluar si me llevo bien con esa persona, si nos entendemos y si tenemos la misma visión de la vida. Las mujeres quieren alguien alto, guapo, como artista de cine aunque se les advierta que es borracho y haragán. Entonces toman malas decisiones. Lo mismo ocurre con los hombres. Así que los solteros deben pedirle a Dios que les permita enamorarse con la cabeza más que con el corazón. Cuando ya sepas con quién puedes compartir tu vida, entonces escoge a quién quieres. También es importante buscar primero la plenitud y felicidad personal. No hay que buscar que alguien te haga feliz o hacer feliz a alguien. Primero alcanza tu felicidad para poder compartirla con otra persona. No busques un príncipe azul que se ponga morado cuando se enoja.
Con la ropa es igual, primero escoge lo que puedas lucir y dentro de ese selección, encontrarás prendas que quieras ponerte. Si lo haces al revés, puedes encontrarte con ropa bonita que no te queda bien o que es poco conveniente.
sábado, noviembre 08, 2008
Cuidado con lo que hacemos
Kawana Michele Ashley, de Londres, Inglaterra, estaba otra vez en problemas. Nuevamente había quedado embarazada. Un hijo no deseado se estaba formando en su vientre.
Preguntó precios en varias clínicas de aborto. Todas cobraban más de lo que ella podía pagar. La abuela, con quien vivía, le había dicho que no aguantaba un hijo más. La joven, de diecinueve años de edad, se vio sola, desamparada y sin ningún recurso.
¿Qué hizo? Consiguió un revólver, se encerró en su cuarto, enfiló el cañón del arma en el vientre, y disparó. La bala, además de herir a la madre, destrozó una manita del bebé, ya de seis meses de gestación. Hubo que hacer una cesárea de urgencia. La madre se salvó, pero la criatura murió.
¿Habrá palabras para calificar semejante acto? A la joven la acusaron de asesinato en tercer grado. ¿Era totalmente culpable? ¿Había atenuantes a su favor? ¿A que se podía atribuir su conducta?
Uno de los posibles atenuantes es la pobreza. Kawana Michele era una joven desempleada que no tenía profesión. Se formó con poca escuela o cultura, sin libros y sin nadie que la aconsejara. Sólo sabía que tenía un cuerpo con apetitos, y que los hombres que pretendían amarla no eran más que seductores que se aprovechaban de ella.
¿Qué hacer cuando de amores prohibidos nacen hijos indeseados? Cuando no hay dinero, no hay cultura, no hay valores y no hay conciencia, la solución es abortarlos. Así piensa una sociedad que ha perdido toda noción de moral cristiana y que se guía sólo por los intereses del momento. Esta es la sociedad que dice: «Si me gusta, vale; está bien que lo haga.»
La vida así, sin tomar en cuenta valores morales, es una amenaza segura a la existencia misma de la humanidad. Vivir sólo para satisfacer los instintos naturales —el hambre, la sed, el sexo y la supervivencia— es volver a los tiempos de las cavernas. Es regresar a la selva virgen. Es vivir como los animales.
¿Acaso la raza humana, creada a la imagen de Dios, no responde a valores espirituales? Cuando violamos esos valores, contraponiéndonos a las leyes de Dios, enfilamos hacia la destrucción total.
Entreguémosle nuestro corazón a Cristo. Permitamos que sea nuestro Señor, Salvador y amigo. Vivamos en armonía con sus enseñanzas. Sólo así recuperaremos la imagen del divino Creador. Identifiquémonos hoy mismo con Aquel que nos creó a su semejanza.
Por: Hermano Pablo
Preguntó precios en varias clínicas de aborto. Todas cobraban más de lo que ella podía pagar. La abuela, con quien vivía, le había dicho que no aguantaba un hijo más. La joven, de diecinueve años de edad, se vio sola, desamparada y sin ningún recurso.
¿Qué hizo? Consiguió un revólver, se encerró en su cuarto, enfiló el cañón del arma en el vientre, y disparó. La bala, además de herir a la madre, destrozó una manita del bebé, ya de seis meses de gestación. Hubo que hacer una cesárea de urgencia. La madre se salvó, pero la criatura murió.
¿Habrá palabras para calificar semejante acto? A la joven la acusaron de asesinato en tercer grado. ¿Era totalmente culpable? ¿Había atenuantes a su favor? ¿A que se podía atribuir su conducta?
Uno de los posibles atenuantes es la pobreza. Kawana Michele era una joven desempleada que no tenía profesión. Se formó con poca escuela o cultura, sin libros y sin nadie que la aconsejara. Sólo sabía que tenía un cuerpo con apetitos, y que los hombres que pretendían amarla no eran más que seductores que se aprovechaban de ella.
¿Qué hacer cuando de amores prohibidos nacen hijos indeseados? Cuando no hay dinero, no hay cultura, no hay valores y no hay conciencia, la solución es abortarlos. Así piensa una sociedad que ha perdido toda noción de moral cristiana y que se guía sólo por los intereses del momento. Esta es la sociedad que dice: «Si me gusta, vale; está bien que lo haga.»
La vida así, sin tomar en cuenta valores morales, es una amenaza segura a la existencia misma de la humanidad. Vivir sólo para satisfacer los instintos naturales —el hambre, la sed, el sexo y la supervivencia— es volver a los tiempos de las cavernas. Es regresar a la selva virgen. Es vivir como los animales.
¿Acaso la raza humana, creada a la imagen de Dios, no responde a valores espirituales? Cuando violamos esos valores, contraponiéndonos a las leyes de Dios, enfilamos hacia la destrucción total.
Entreguémosle nuestro corazón a Cristo. Permitamos que sea nuestro Señor, Salvador y amigo. Vivamos en armonía con sus enseñanzas. Sólo así recuperaremos la imagen del divino Creador. Identifiquémonos hoy mismo con Aquel que nos creó a su semejanza.
Por: Hermano Pablo
jueves, noviembre 06, 2008
Usted es vencedor
Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.
– 1 Juan 2:14
El hombre fue creado para ser vencedor. La Biblia así lo dice. Por ejemplo, en Génesis leemos que al principio Dios le dio al hombre dominio sobre toda la Tierra y sobre todo ser viviente en las aguas, en el aire y en la tierra.
El hombre ni siquiera sabía lo que era perder hasta que se apartó de Dios cuando le desobedeció en el huerto de Edén. A partir de ese momento, el hombre empezó a conocer lo que es la derrota, se vio forzado a aceptar el fracaso como parte de la vida y quedó reducido a una posición subordinada, una posición a la que nunca se le destinó.
Es una historia triste. Pero si usted es hijo de Dios nacido de nuevo, su historia tiene un feliz final. Por la fe en Cristo Jesús usted ha sido hecho vencedor otra vez.
En realidad, Dios ha garantizado su éxito. Permítame explicarle lo que quiero decir. Imagínese que usted está a punto de emprender un trabajo muy arduo, y antes de empezar a hacerlo, Dios le habla en voz alta y le dice: "Quiero que sepas que voy a encargarme personalmente de que este plan en el que estás trabajando salga bien".
Pues, bien, yo quiero que usted sepa que tiene la promesa de Dios de que triunfará. En su Palabra Él dice que usted es vencedor. En Él usted puede vencer cualquier dificultad que el mundo le lance a su paso (1 Juan 5:1-5). No importa cuán perdedor se sienta ni cuantas veces haya fracasado en el pasado, si usted cree que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, entonces ha llegado a ser más que vencedor en Él (Romanos 8:37).
¿Significa eso que ya no tendrá más problemas? No. Simplemente significa que podrá hacer frente a la dificultad y triunfar.
Si usted ha estado pensando que es un fracasado, renueve su mente con la Palabra de Dios; ella le dice que usted puede tener éxito en todo. Siempre que se le presente un reto, diga: "¡Alabado sea Dios, puedo vencer en esta situación porque Jesucristo ya me ha hecho vencedor!" Ponga esa Palabra de Dios en su corazón, ella le hará vencedor.
– 1 Juan 2:14
El hombre fue creado para ser vencedor. La Biblia así lo dice. Por ejemplo, en Génesis leemos que al principio Dios le dio al hombre dominio sobre toda la Tierra y sobre todo ser viviente en las aguas, en el aire y en la tierra.
El hombre ni siquiera sabía lo que era perder hasta que se apartó de Dios cuando le desobedeció en el huerto de Edén. A partir de ese momento, el hombre empezó a conocer lo que es la derrota, se vio forzado a aceptar el fracaso como parte de la vida y quedó reducido a una posición subordinada, una posición a la que nunca se le destinó.
Es una historia triste. Pero si usted es hijo de Dios nacido de nuevo, su historia tiene un feliz final. Por la fe en Cristo Jesús usted ha sido hecho vencedor otra vez.
En realidad, Dios ha garantizado su éxito. Permítame explicarle lo que quiero decir. Imagínese que usted está a punto de emprender un trabajo muy arduo, y antes de empezar a hacerlo, Dios le habla en voz alta y le dice: "Quiero que sepas que voy a encargarme personalmente de que este plan en el que estás trabajando salga bien".
Pues, bien, yo quiero que usted sepa que tiene la promesa de Dios de que triunfará. En su Palabra Él dice que usted es vencedor. En Él usted puede vencer cualquier dificultad que el mundo le lance a su paso (1 Juan 5:1-5). No importa cuán perdedor se sienta ni cuantas veces haya fracasado en el pasado, si usted cree que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, entonces ha llegado a ser más que vencedor en Él (Romanos 8:37).
¿Significa eso que ya no tendrá más problemas? No. Simplemente significa que podrá hacer frente a la dificultad y triunfar.
Si usted ha estado pensando que es un fracasado, renueve su mente con la Palabra de Dios; ella le dice que usted puede tener éxito en todo. Siempre que se le presente un reto, diga: "¡Alabado sea Dios, puedo vencer en esta situación porque Jesucristo ya me ha hecho vencedor!" Ponga esa Palabra de Dios en su corazón, ella le hará vencedor.
martes, noviembre 04, 2008
Un paso de fe, traerá victoria
Me gusta la frase en ese pasaje que dice: “Abres Tu mano y colmas de bendición a todo ser viviente”,(versículo 16). Dios es tan bueno, que siempre tiene una mano abierta para nosotros. Él nunca tiene el puño cerrado. Podremos haber vagado muy alejados de Dios, pero si clamamos a Él en verdad, descubriremos que
Él está cerca. Nos daremos cuenta que Él está ahí para darnos lo que necesitemos.
Uno de los ejemplos más bellos que jamás haya visto sobre esta verdad, ocurrió
en la vida de una jovencita la cual nos cuenta que hace varios años asistía a clase,
“Escuela de Sanidad”. Un accidente automovilístico la había dejado paralizada de un lado del cuerpo, y ella quería acudir a Dios pidiéndole ayuda.
El problema era que ella había estado viviendo en desobediencia a Dios, pues momentos antes de que iniciara la “Escuela de Sanidad”, ¡se había robado unos casetes de una de nuestras mesas! Desde luego, ella se estaba sintiendo terriblemente mal.
Su corazón la condenaba, y ella no podía creer que Dios quisiera hacer algo por
alguien tan despreciable como ella. Pero durante la Escuela de Sanidad,
leyeron Santiago 5:15: “Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor
lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados”.
Gracias a Dios, que esa preciosa joven simplemente le creyó a Dios por la veracidad de Su Palabra. Ella recibió Su perdón y Dios la sanó ahí mismo. Caminó hacia el frente de la clase, ¡y dio su testimonio confesando que había robado, que se había
arrepentido, y que ahora Dios la había sanado!
Si has sido desobediente con Dios, puedes hacer esto mismo ahora. Puedes arrepentirte y decir: “Señor: sé que he pecado. He hecho cosas que sabía que Tú no
querías que hiciera. Me he alejado de Ti en vez de ir hacia Ti. ¡Pero hoy me arrepiento y decido cambiar! Yo Te pido, en el Nombre de Jesús, que me perdones y me
limpies de toda injusticia. Por fe, recibo esa limpieza mediante la sangre de Jesús y una vida recta delante Ti. Así que Dios, dispongo mi corazón para obedecerte
por el resto de mi vida. Con Tu ayuda haré lo que Tú quieras que haga”.
Antes de un momento así, podrías sentir temor de hacer un compromiso con Dios. Tal vez te asustaba la idea de hacer cualquier cosa que Dios te pidiera. Pero ahora puedes hacer esa promesa confiadamente, sabiendo que cualquier cosa que Dios
te pida hacer, siempre será por tu bien.
Puedo asegurarte, no solo por la Biblia, sino por experiencia (propia y ajena), que nunca lamentarás haberte decidido obedecer al Señor. Nunca he conocido a alguien en mi vida que confíe y obedezca Sus mandamientos diligentemente, y luego tenga que
reprocharse por ello. Por el contrario, todo hijo de Dios que ha conocido y confiado en Su bondad, ha estado infinitamente agradecido y satisfecho de haberlo hecho.
Él está cerca. Nos daremos cuenta que Él está ahí para darnos lo que necesitemos.
Uno de los ejemplos más bellos que jamás haya visto sobre esta verdad, ocurrió
en la vida de una jovencita la cual nos cuenta que hace varios años asistía a clase,
“Escuela de Sanidad”. Un accidente automovilístico la había dejado paralizada de un lado del cuerpo, y ella quería acudir a Dios pidiéndole ayuda.
El problema era que ella había estado viviendo en desobediencia a Dios, pues momentos antes de que iniciara la “Escuela de Sanidad”, ¡se había robado unos casetes de una de nuestras mesas! Desde luego, ella se estaba sintiendo terriblemente mal.
Su corazón la condenaba, y ella no podía creer que Dios quisiera hacer algo por
alguien tan despreciable como ella. Pero durante la Escuela de Sanidad,
leyeron Santiago 5:15: “Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor
lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados”.
Gracias a Dios, que esa preciosa joven simplemente le creyó a Dios por la veracidad de Su Palabra. Ella recibió Su perdón y Dios la sanó ahí mismo. Caminó hacia el frente de la clase, ¡y dio su testimonio confesando que había robado, que se había
arrepentido, y que ahora Dios la había sanado!
Si has sido desobediente con Dios, puedes hacer esto mismo ahora. Puedes arrepentirte y decir: “Señor: sé que he pecado. He hecho cosas que sabía que Tú no
querías que hiciera. Me he alejado de Ti en vez de ir hacia Ti. ¡Pero hoy me arrepiento y decido cambiar! Yo Te pido, en el Nombre de Jesús, que me perdones y me
limpies de toda injusticia. Por fe, recibo esa limpieza mediante la sangre de Jesús y una vida recta delante Ti. Así que Dios, dispongo mi corazón para obedecerte
por el resto de mi vida. Con Tu ayuda haré lo que Tú quieras que haga”.
Antes de un momento así, podrías sentir temor de hacer un compromiso con Dios. Tal vez te asustaba la idea de hacer cualquier cosa que Dios te pidiera. Pero ahora puedes hacer esa promesa confiadamente, sabiendo que cualquier cosa que Dios
te pida hacer, siempre será por tu bien.
Puedo asegurarte, no solo por la Biblia, sino por experiencia (propia y ajena), que nunca lamentarás haberte decidido obedecer al Señor. Nunca he conocido a alguien en mi vida que confíe y obedezca Sus mandamientos diligentemente, y luego tenga que
reprocharse por ello. Por el contrario, todo hijo de Dios que ha conocido y confiado en Su bondad, ha estado infinitamente agradecido y satisfecho de haberlo hecho.
domingo, noviembre 02, 2008
Cuestión de Actitud
"Si cerráis la puerta a todos los errores, también la verdad se quedara fuera". - Rabindranat Tagore.
Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza.- Proverbio Chino
Cuanto menos poseemos, más podemos dar. Parece imposible, pero no lo es. Esa es la lógica del amor.- Madre Teresa de Calcuta
El mundo no está amenazado por las malas personas,sino por aquellos que permiten la maldad.-Albert Einstein
"He aprendido que estar con los que yo quiero es suficiente". -Walt Whitman.
Cada persona es tan única como la huella de su pulgar. No existen dos iguales. No hay dos personas que entiendan la misma frase de la misma manera...Así, al tratar con personas no intente acomodarlas a su concepto de lo que deben ser. M. Erickson
Olvida los días nublados, pero no olvides tus horas de sol ni tus noches estrelladas.
Olvida los momentos en que fuiste derrotado, pero no olvides las batallas que has ganado. Olvida los errores que no puedes cambiar, pero no olvides las lecciones que has aprendido ni lo tanto que ensenan. Olvida los días en que has estado solo y triste, pero no olvides las sonrisas que has encontrado y tantas que encontrarás.
Olvida los planes que fallaron pero NUNCA olvides que debes tener siempre un sueño.
Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza.- Proverbio Chino
Cuanto menos poseemos, más podemos dar. Parece imposible, pero no lo es. Esa es la lógica del amor.- Madre Teresa de Calcuta
El mundo no está amenazado por las malas personas,sino por aquellos que permiten la maldad.-Albert Einstein
"He aprendido que estar con los que yo quiero es suficiente". -Walt Whitman.
Cada persona es tan única como la huella de su pulgar. No existen dos iguales. No hay dos personas que entiendan la misma frase de la misma manera...Así, al tratar con personas no intente acomodarlas a su concepto de lo que deben ser. M. Erickson
Olvida los días nublados, pero no olvides tus horas de sol ni tus noches estrelladas.
Olvida los momentos en que fuiste derrotado, pero no olvides las batallas que has ganado. Olvida los errores que no puedes cambiar, pero no olvides las lecciones que has aprendido ni lo tanto que ensenan. Olvida los días en que has estado solo y triste, pero no olvides las sonrisas que has encontrado y tantas que encontrarás.
Olvida los planes que fallaron pero NUNCA olvides que debes tener siempre un sueño.
sábado, noviembre 01, 2008
Ser Feliz, una decisión personal
Por qué te niegas obstinadamente a perdonar y olvidar? No te das cuenta que tú mismo eres la persona más afectada y la primera víctima de tus rencores? Si sabes y entiendes que Dios perdona todo, absolutamente todo, por qué eres tan arrogante y consideras o crees que tú no debes perdonar? Limpia ya tu alma de esos sentimientos y pensamientos negativos y destructivos que no te permiten vivir tu bienestar al 100%
Perdona y olvida, para que seas mucho más feliz.
Cultive hoy, de manera especial, la energía amorosa de Dios, sea amable, cordial, gentil, cariñoso, paciente y tolerante con las personas que le rodean; hoy, de manera especial, sea comprensivo con los demás, y ante todo hoy procure perdonar aquel detalle, aquella actitud, aquel evento que aún afecta su alma y perturba su paz interior. Perdone ya, de una vez, perdone y olvide.
Perdonar es una actitud noble, digna y honorable. Usted no gana nada conservando rencores y resentimientos, por el contrario, afecta, desluce y entristece su espiritualidad. Aprenda a perdonar, perdonar y olvidar, será más noble, más digno, mejor persona, podrá ser más feliz y enriquecerá su vida.
Perdona y olvida, para que seas mucho más feliz.
Cultive hoy, de manera especial, la energía amorosa de Dios, sea amable, cordial, gentil, cariñoso, paciente y tolerante con las personas que le rodean; hoy, de manera especial, sea comprensivo con los demás, y ante todo hoy procure perdonar aquel detalle, aquella actitud, aquel evento que aún afecta su alma y perturba su paz interior. Perdone ya, de una vez, perdone y olvide.
Perdonar es una actitud noble, digna y honorable. Usted no gana nada conservando rencores y resentimientos, por el contrario, afecta, desluce y entristece su espiritualidad. Aprenda a perdonar, perdonar y olvidar, será más noble, más digno, mejor persona, podrá ser más feliz y enriquecerá su vida.
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