Ayer conocí un hombre
que estuvo al frente de grandes estrategias militares para las fuertes guerras
de estados unidos en el medio oriente, hablamos de muchas cosas, como se entregó
al servicio con pasión y amor, hoy después de tantas situaciones, después de
ver tantas muertes, después de pasar tantas malas noches, después de enfrentar
personas desesperadas por la misma situación del campo de batalla, ya está retirado,
sus fuerza no son las mismas y sus sentimientos esta marcados, por tantas emociones
vividas.
Los honores militares, el abrirle la puerta cuando llegaba a
los lugares, aquellos saludos de respeto, todo se ha ido, aquellos por quien
lucho, hoy han crecido y no ven más que hombre que les puede arreglar un
aparato electrónico, un simple electrónico. Vale solo lo que el mismo cree que
es, lo que se dice cada día para permanecer en pie.
Los hijos que sustento ya no están, no tiene esposa, su
trabajo se la robo, y el dinero que le ingresa cada mes no le es suficiente
para sustentarse.
que le queda hoy, que entrego su vida a Cristo y ha ido
sanando , ha ido viendo hecho vida la palabra escrita en 2 de corintio 4; 16-18: Por tanto no desfallecemos, antes bien,
aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre
interior se renueva de día en día. Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce
un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner
nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las
cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Tenemos que comer, habitar en una casa, tener un medio de comunicación,
algunas comodidades, pagar el colegio, la universidad, muchas cosas más, pero debemos
de recordar que todo cuanto tenemos ha sido con la bendición de Dios a través de
nuestro sudor, aunque muchos trabajen en oficinas, es con el sudor de la frente.
Lo que pasa es que el hombre ha puesto a Dios en un segundo
y hasta cuarto plano de su vida, dedicando mucho tiempo a lo que tiene que
conseguir, lo que en su propia concupiscencia desean.
Recuerda que el tiempo avanza, los días se están acortando,
tus fuerzas ya no son las mismas y por si fuera poco, estas dejando a un lado a
Dios, con ello todos lo valioso que ha puesto en tus manos, Jesús dijo en mateo
10; 10 El ladrón sólo viene para robar y matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Mira lo que el ladrón tiene
de ti hasta este día, por esta lejos de Dios, aun en el servicio a Dios,
podemos estar lejos de él, dejo esto en tu mente y tu corazón, después de la caída,
el hombre con el sudor de su frente ganaba el sustento de la familia, dedicándose
a su creador cada día, sabiendo que solo del venia la bendición para poder hacer
las cosas.
Dios, tu, la familia, y
el sustento, dime cuál es tu orden y te diré quién eres y que te reclaman los
tuyos.
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