La Escritura dice que Acsa se bajó del asno para pedir tierras. Si no has recibido lo que pides, es probable que lo estés haciendo mal. Bájate del asno, humilla tu corazón y demuestra que eres digno de recibir. Con sencillez y humildad, reconoce que toda buena dádiva proviene del Padre que no tiene mudanza ni sombra de variación. Dios se agrada de la humildad.
Recuerda que Naamán tuvo que bajarse del caballo y sumergirse en las aguas para que su piel fuera limpia de la lepra. Nadie con actitud arrogante recibe bendición. Despójate de tus vestiduras viejas para acercarte al Señor y ser renovado y limpio. Sé persistente en tu guerra, logros y liderazgo, además, no olvides de ser insistente en tu oración.
Si pides con la actitud correcta, serás como la hija de Caleb que recibió las fuentes de arriba y las de abajo. Las primeras simbolizan bendiciones espirituales y las segundas son las bendiciones terrenales. La palabra “fuentes” es sinónimo de “riquezas” porque en aquellos días la tierra no servía de nada sin manantiales que regaran la semilla y produjeran fruto. Conquista, espera recompensa y solicita para que Dios te de riquezas celestiales y terrenales, seas bendecido y nada te falte.
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