viernes, febrero 05, 2010

Vida nueva con pensamientos nuevos

Romanos 12:2-3 (versión Biblia al Día) nos advierte: No imiten la conducta ni las costumbres de este mundo; sean personas nuevas, diferentes, de novedosa frescura en cuanto a conducta y pensamiento. Así aprenderán por experiencia la satisfacción que se disfruta al seguir al Señor. Como mensajero de Dios les advierto: No se consideren mejores de lo que son; valórense de acuerdo al grado de fe que Dios les ha permitido.

Dios nos promete frescura y satisfacción. ¡Qué glorioso! Pero no hay forma de disfrutar la vida en el Señor si los pensamientos no cambian. Imagina que Dios se te aparece en este instante y te dice que tiene Su voluntad de bien, agradable y perfecta, dispuesta a obrar en ti mañana mismo y lo único que te pide es que cambies tu forma de pensar. Seguramente harías cualquier cosa por tener tu mente renovada en 24 horas. Yo lo haría si dudar. Si de mi mente depende recibir Sus bendiciones, no comería ni dormiría, meditaría en Su palabra sin cesar preparándome para recibirle.

Piensa en lo que has pensado últimamente. Mientras más piensas en lo negativo más se ha multiplicado la angustia y el temor. El miedo, ansiedad, afán e inseguridad te dominan por lo que piensas. Las malas actitudes son síntoma de que estamos pensando mal. No lo dejes para otro día, cambia ahora el contenido de tu mente, renuévalo, cambia lo que piensas. Eres parte del cuerpo de Cristo aunque no lo tengas físicamente, pero la Palabra dice que tenemos Su mente que es suficiente para ser como Él, ¿qué más quieres? Ahora falta que metas dentro de esa mente Sus pensamientos altos y agradables, desechando los tuyos pequeños y desagradables. Dios nunca ha llevado al éxito a alguien que piense mal de sí mismo o de su entorno. Vive cómodo contigo mismo, ámate y valórate porque pensar bien de ti es el punto de partida para pensar bien de todo lo demás. Demuestra que confías en ti para que Dios también lo haga y te renueve. Disfruta la voluntad de Dios agradable y perfecta renovando tu forma de pensar.

Salmo 1:1-2 nos motiva: Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.

Un consejo es un pensamiento. Cuando pedimos consejo preguntamos: ¿dime qué piensas? Sigue el consejo de la Palabra y recorrerás mejores caminos. Muchos llevan una vida tan convulsionada y ansiosa porque no se detienen a pensar lo correcto, sólo piensan a la carrera, sin meditar a profundidad. Meditar es pensar en algo hasta que absorbe la totalidad de nuestra imaginación y sentimientos. No es cerrar los ojos y decir un mantra sin sentido sino interiorizar nuestro ser hasta que seamos capaces de visualizar como real aquello que pensamos e imaginamos. Hay que detenerse a meditar sobre nuestros pensamientos y sentimientos para que cambien y sean de bien.

Salmo 1:3 continúa prometiendo: Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.

Podemos pedirles que lean este salmo porque prosperar es una consecuencia de pensar como Dios quiere. Ajustemos nuestra forma de pensar para que los planes de Dios se cumplan y Su paz nos llene. Muchos se entristecen porque nadie les ha profetizado, pero todos llevamos dentro nuestras profecías dentro porque tenemos Su Palabra en la cabeza y el corazón. Las personas que profetizan deberían acompañar su profecía del consejo para que se cumpla, porque si te dice que dentro de un mes el Señor te renovará pero no te dicen que para ello debes cambiar tu pensamiento, te decepcionarás cuando veas que la profecía no se cumplió. Dile al Señor que Sus pensamientos y caminos serán los tuyos de ahora en adelante.

Pídele que te renueve con Su Palabra, perdone tus pecados y te lave con Su Sangre. Ábrele tu corazón para que te de la vida eterna y agradécele porque Sus pensamientos altos y perfectos habitarán tu mente, corregirán tu camino y cambiarán tu destino.

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