Subieron, pues, a Baal-perazim, y allí los derrotó David. Dijo luego David: «Dios abrió una brecha entre mis enemigos por mi mano, como un torrente de agua». Por esto llamaron el nombre de aquel lugar Baal-perazim.
– 1 Crónicas 14:11 "... como un torrente de agua": me encanta esa frase porque describe poderosa y exactamente lo que es un gran avance.
¿Se acuerda usted del niño que vio una pequeña fuga en la represa y tapó el agujerito con su dedo? El niño sabía que cada segundo que pasara, el agujero se agrandaría más y más por la fuerza del agua, y a medida que la represa cediera a la presión, el chorrito de agua se convertiría ráp¬idamente en un torrente incontenible.
Extienda su mano por la fe, con la confianza de que Dios abrirá una brecha entre sus enemigos, así como lo hizo por David. Así vendrá su gran avance: como un torrente de agua. Lo único que tiene que hacer es abrir un pequeño agujero en el muro de su problema o en la represa diabólica que le está deteniendo. Abra ese agujero con su fe y con la Palabra de Dios.
Hable en voz alta esa fe día tras día para que el agujero se haga más y más grande. No se dé por vencido, porque las fuerzas de Dios están respaldándole como un oceáno de agua espiritual. Cada vez que usted habla una palabra de fe, esta pasa por el agujero, y cuanto más hable y ore, más grande se hará el agujero.
Empiece ahora a hacer su gran avance. Diga: "Señor Jesús, hoy me regocijo porque Tú eres el Señor de mi gran avance. Te doy gracias porque el torrente de tu poder está a punto de abrirse paso en mi vida, y sé que no hay problema alguno que pueda detenerlo. La pobreza no puede detenerlo, los problemas familiares no pueden detenerlo, no hay nada que el diablo pueda hacer para evitar mi victoria. ¡Te alabo por ello ahora! Amén".
Siga orando de esa manera y siga teniendo la misma confianza. En poco tiempo, las fuerzas de Dios abrirán una brecha como un torrente de agua, demoliendo todo obstáculo a su paso.
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