“Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensara en publico”
Mateo 6; 4
Casi todos nosotros vivimos dos vidas: la que ve desde afuera y la que se desarrolla en nuestro interior. En el trabajo aprendemos a poner buena cara cuando el jefe pasa a nuestro lado. Al escuchar nos de tras de cámaras, con el pasar del tiempo aprendemos a esconder a esconder problemas verdaderamente serios.
La gente tiende a juzgar las cosas por su apariencia exterior y por eso no se dan la oportunidad de disfrutar de la verdad del ser, personas que por las situaciones que se les han presentado en la vida, andan con cara dura, escuchamos decir “Ese, es difícil” esto solo por que estamos viendo en lo exterior la persona, pero en realidad es solo alguien falta de amor.
Nuestro verdadero trabajo es dar amor, hacer al prójimo, lo que queremos que nos hagan a nosotros, Dios sabe que aun los mejores de nosotros tenemos oscuros pensamientos de odio, orgullo y lujurias Problemas internos que solo El puede tratar.
Dejemos de juzgar a los demás por lo que vemos en sus vidas, y pidele a Dios que te permita tratar con la verdadera necesidad de esa persona, ese jefe difícil, el hermano, el vecino, la amiga que se vuelto insoportable, ellos tienen una necesidad de algo que usted puede les puede dar, y en la mayoría de los casos es simplemente Amor.
Las preguntas vitales son:
¿Ve otra gente como es usted en su interior?
¿Cómo tratan sus amigos de impresionarse unos a otros?
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