Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna delSeñor.
–(Santiago 1:6-8)
¿Qué sucede cuando usted titubea en hacer algo que Dios le ha dicho que haga? Su adversario, el diablo, dará el primer paso y le asaltará de inmediato.
Si quiere vivir por fe, considere que la duda es uno de los hábitos más peligrosos que pueda tener. Eso proviene de la indecisión. La Biblia dice que un hombre así es "inestable, de poca confianza e indeciso, sobre todo lo que el piensa, siente y decide".
Si usted es de doble ánimo, las decisiones que toma estarán divididas. Usted tratará de vivir por fe y de proteger su temor a la misma vez, hará declaraciones de fe como: "yo creo que Dios me va a sanar". Entonces su temor le habla al oído: "Pero no quisiera decir que estoy sano". Usted está tan ocupado debatiendo entre la fe y el temor que no puede progresar en nada.
Deshágase del hábito de la duda hoy. Tome la decisión definida de confiar en la Palabra de Dios y actuar conforme a lo que ella dice. Decídalo de una vez por todas. Decida que no volverá a darle lugar a la duda. Cuando la duda venga a su mente, échela fuera rápidamente.
Cuando Dios hable, no desperdicie un momento, dé el paso de fe que necesita dar y así siempre irá adelante del enemigo.
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