Dios quiere que criemos a nuestros hijos de acuerdo con los preceptos bíblicos. Debemos enseñarles:
Moralidad y ética. Nuestra tarea es enseñar a nuestros hijos que Dios valora la honestidad, la integridad, la lealtad y la pureza. Debemos ser ejemplo de esto en nuestras relaciones con los demás.
Relaciones. Cuando damos abnegadamente, ponemos a los demás primero y mostramos perdón, ayudamos a los niños a desarrollar las aptitudes necesarias para tener relaciones duraderas.
Vocación. Nuestros hijos necesitan comprender la importancia de invertir sus vidas en el plan de Dios para ellos. Podemos ayudarles guiando su educación, siguiendo la voluntad de Dios para nuestras propias vidas.
Finanzas. A los niños y a las niñas se les puede enseñar desde muy corta edad la necesidad de ganar dinero honestamente, de gastarlo cuidadosamente, de ahorrarlo regularmente, de invertirlo sabiamente y de diezmar fielmente. Nuestro manejo del dinero debe reflejar también estos principios. Nuestros hijos deben entender que someterse a Dios es lo correcto, y que serán responsables delante de Él por sus decisiones. Ellos aprenderán lecciones valiosas si nuestras vidas son ejemplo de estas verdades.
Valor personal. El Señor quiere que nuestros hijos y nuestras hijas le pertenezcan a Él, y que comprendan que ellos tienen un propósito y un valor verdaderos. Como padres, debemos hablarles del valor que hemos encontrado al pertenecer a Cristo.
Los hijos escucharán nuestras palabras, pero son las acciones lo que más les impacta.
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