En el momento de la salvación recibimos a Jesucristo por fe. Creemos que Él existe y que perdona nuestros pecados si nos arrepentimos. Lamentablemente, muchos creyentes nuevos no están educados en lo que es vivir por fe. Estas personas tratan de obedecer un código legalista de obras, y pasan sus vidas angustiadas por no haber hecho lo suficiente para ganar la aprobación de Dios. Pero nunca fue la intención de que viviéramos la vida cristiana con nuestras propias fuerzas.
El apóstol Pablo enseñaba siempre el tema de andar por fe. Para él, eso significaba disfrutar de una relación personal con Jesucristo, lo cual implica confiar en Él en todas las circunstancias de la vida. Nuestra vieja conducta y nuestras viejas actitudes han quedado atrás. Al avanzar en compañerismo íntimo con el Salvador, Él crea en nosotros nuevos patrones de conducta y de pensamiento. En nuestra relación con Cristo tenemos todo lo que necesitamos para tener una vida de santidad.
Esto significa confiar cada día en el cuidado y la provisión del Señor, y obedecer Sus preceptos. A veces los mandamientos de Dios no tienen sentido para nosotros por nuestra visión limitada del mundo y el futuro. Pero si andamos por fe, no estamos confiando en lo que vemos o sentimos; estamos esperando con confianza que Dios haga lo mejor para nosotros cada día.
Los creyentes faltos de preparación nunca experimentan lo que es la confianza en Dios, porque la confianza surge del conocimiento. Si usted desea andar por fe, busque una iglesia que enseñe la Biblia y los caminos de Dios.
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