miércoles, abril 16, 2008

Siempre ten presente...

La piel se arruga.
El pelo se vuelve blanco.
Los días se convierten en años...
Pero lo importante no cambia;
tu fuerza y tu convicción no tienen edad pues viene de Dios y El es eterno.
Tu espíritu es el que vivifica tu vida, quien te enseña todas las cosas que vienen del Padre.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo.
Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo, pero con un entendimiento renovado, para que no cometas los mismos errores.
No vivas de fotos amarillas, el pasado se supera en el presente, y un presente trabajado, nos lleva un mejor futuro.
Sigue aunque todos esperen que abandones, esfuérzate y se valiente.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
Cuando no tenga fuerzas, clama a Dios, a El le gusta obrar en ese momento de tu vida, para que entiendas que no es con tus fuerzas, sino con las suyas.
¡Nunca te detengas! No te rindas.

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