Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
–(Santiago 1:5)
Cuando enfrente un problema, lo primero que debe pedir a Dios es sabiduría; no le pida dinero, poder ni siquiera sanidad, sino sabiduría. La sabiduría de Dios es la llave que abrirá toda puerta de su vida y convertirá todo fracaso en éxito. Por eso, dejede desperdiciar el poder de la oración y deje de pedir cosas que usted cree que necesita y pase mas tiempo escuchando lo que Él tiene que decirle acerca de la situación en la que usted está.
Si usted nunca ha puesto eso en práctica, necesita hacer lo siguiente:En primer lugar, presente todo el problema delante del Señor; no porque Él no sepa por lo que está pasando, sino porque al hacerlo le ayudará a usted. Le ayudará a ver las cosas desde un punto de vista más objetivo.
Recuerdo cuando acostumbraba a contarle mis problemas a mi padre, A. W. Copeland. Por alguna razón inexplicable, mientras se los contaba, tomaban otra forma. Mi perspectiva hacia ellos cambiaba, y mi padre me hacía ver cosas que yo no había tomado en cuenta. Y lo mismo le sucederá a usted si le cuenta a Dios sus problemas en detalle.En segundo lugar, preste atención al consejo del Espíritu de Dios. Esté atento a lo que Él tenga que decirle por medio de la Palabra escrita.
Es muy posible que su preocupación haya ahogado la Palabra de Dios en su corazón (Marcos 4:18-19). Si es así, necesita tomar la Biblia y comenzar a recobrar esa Palabra para que el Espíritu Santo pueda hablarle por medio de ella.Cuando esté escuchando al Espíritu de Dios, esté dispuesto a aprender y a aceptar la reprensión, si la necesita. Sea muy sincero con Dios. Busque la manera en que usted ha estado equivocado y confiéselas a Él. Esto es normal. Esos pecados no serán una sorpresa para Él. Dios ya los conoce.
La confesión simplemente le dala oportunidad de deshacerse de ellos. En tercer lugar, obre en la sabiduría que Dios le da. Deshágase de sus propios métodos y ponga los de Dios en acción. Sea obediente. Si no lo hace, esa maravillosa sabiduría no le hará ningún bien. Al orar hoy, descarte sus propias ideas y comience a buscar la sabiduría de Dios. Es la única cosa que puede resolver permanentemente los problemas que usted enfrenta. En verdad, es el regalo más precioso que Dios puede dar.
Busque la sabiduría.
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