Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero
no hacedor de ella, éste es semejante al
hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va,
y luego olvida cómo era. Mas el
que mira atentamente en la perfecta ley,
la de la libertad, y persevera en
ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
No teniendo una estadista formal, pero si partiendo las
personas que tengo cerca, ya sea en mi casa o compañeros de trabajo o vecinos
cristianos, me dio cuenta de que debo de dejar d ser, como dice la palabra un
oidor, sino hacedor de la palabra.
Los oidores tienen la particularidad de que les gusta un
mensaje, no para ponerlo por obra sino para compartirlo con todos los contactos
físicos y electrónicos que tiene, y en verdad creo que este es el problema básico
de ellos, sienten que están haciendo (poniendo por obra) cuando comparten la palabra escuchada.
Allí se aplica la semejanza al hombre que considera en un
espejo su rostro natural. Porque él se
considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.
Compartir la palabra no es malo, lo que no está bien que
solo la partamos y no la pongamos por obra, es por ello que cuando Jesús les
dio las instrucciones a los 12 y los envió de dos en dos, espero que ellos
pusieran por obra lo que recibieron, sino lo hubieran ido ni ellos ni los 70,
no hubieran tenido reporte de la manifestación de la gloria de Dios.
Por tal razón, la bendición de los hacedores, es que, cuando
pones por obra, ves la manifestación de Dios en respaldo a su palabra. Debemos de tener presente que desde Génesis hasta Apocalipsis el éxito de
los hombres que se dejaron usar por Dios, fue el escuchar las instrucciones
dadas y ponerla por obra. Solo en la obra está el respaldo de Dios para la tan
deseada manifestación de su gloria.
Padre que tu Espíritu Santo, me ayude que ser buen oidor de
tu palabra, que preste atención y la entienda, y que también la pueda poner por
obra, para ver la manifestación de tu gloria, en mi vida, en mi familia, en mi
finanza, en mis planes, en mi empleo, te lo pido en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo. Amen
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