martes, febrero 25, 2014

QUIEN ME PODRÁ JUZGAR?

Y el que oyere mis palabras, y no creyere, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
                                                                                                                     
                                                                                                                                           Juan 12:47-48

En el caminar en Cristo me dio cuenta como verdaderamente vivía, justificando lo injustificable, hablando lo que no tiene sentido, ayer le exprese un sentir de Dios una persona, para con su vida, me contesto que no venia a Dios porque primero tenia que hacer al algo, que no podía hacerlo con Dios, le conteste que sin Dios nada podemos hacer, el nos ayuda.

la respuesta de esta persona fue, que Dios estaba con ella, en la venganza que ella esta ejecutando contra las persona que le han hecho daño, que Dios ha estado con ella apoyándola, solo pude expresar ¡Dios mio que es esto!.

Cuando alguien me hablaba de Cristo, le respondía cosas que a la verdad no tenían sentido, por ejemplo si yo estoy buscando de Dios en cualquier lugar que yo encuentre que es el correcto, el que me enseñaron mis padre u otra persona, y alguien viene hablarme de salvación a través de Jesucristo, no puedo responderle yo soy tal o cual cosa, porque se supone que de quien me están hablando en el lugar que yo estoy es de ese mismo Jesús.

Entonces cual es la resistencia, donde esta el problema, el secreto esta en que no estamos oyendo la palabra y creyendo en ella, y nos estamos condenando por eso, hoy tenemos la oportunidad de redimir nuestro camino, no vivir por la experiencia de otros, Dios quiere tener una relación muy intima contigo.

Debe ser derribado las fortalezas puestas en nuestros oídos, para seguir en las cosas que no deseamos dejar, toma la decisión de abrir tu corazón, a la llenura de Dios, el quiere obrar en ti, conjuntamente con el reino y su justicia vendrá la añadidura.

Cuando un hombre te viene ha hablar de Dios y de su hijo, conforme a su palabra, ese escucha, porque en esa palabra hay vida eterna.

Lo único que  juzga tu vida es la falta de aceptación a la palabra de Dios, quita los ojos del hombre y sus acciones y ponlo en el autor y consumador de la fe, Cristo Jesús.

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