viernes, agosto 01, 2008

Alcance su sueño

Leer y meditar en las promesas de Dios. Edifica su fe sobre la bondad divina y la integridad del Libro del pacto de Dios, hasta que comience a ver un cuadro de su vida que armonice con ese Libro. Si la enfermedad lo ha atormentado, construya un sueño de salud, fortaleza y larga vida. Si la falta de recursos económicos ha sido su compañera constante, construya un
sueño de abundancia.

Permanezca en la Palabra hasta que se vea «teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente», de manera que pueda abundar «para toda buena obra» (2 Corintios 9:8). La esperanza verdadera basada en la Biblia es un sueño que Dios nos regala. Así que edifique su sueño sobre las Escrituras
y empiece a regocijarse de tenerlo.

Al principio, será un sueño superficial; pero si usted persiste en alimentarlo y en nutrirlo con la Palabra, su fe en ese sueño empezará a crecer. Después esa fe empezará extraer de su espíritu la realidad de ese sueño, y este comenzará a manifestarse en su vida; brotará de su interior y procederá a sanar su cuerpo, a traerle más dinero y a hacer realidad sus sueños.

Si usted pone la Palabra de Dios en su corazón y en su boca, su Sumo Sacerdote hará lo mismo por usted. Él hará que la Palabra de Dios se cumpla para usted. Así que, deshágase de esas oraciones añejas y esas confesiones llenas de incredulidad. Utilice más bien palabras con las
que Jesús pueda trabajar. Métase en la Biblia y cultive los sueños
que Dios le dé.

No deje de meditar en la Palabra y de llenar su corazón de ella hasta que esos sueños se hagan realidad, y usted tenga tanta confianza en ellos que pueda gloriarse en la esperanza.

Si se atreve a hacerlo, le puedo asegurar con la autoridad que me da la Palabra de Dios que nunca se decepcionará. Porque usted tiene un Sumo Sacerdote que fue ungido para hacer que los sueños que Dios le ha dado se hagan realidad.

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