martes, junio 10, 2008

Andemos en amor

Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio.

– 2 Juan 1:6


Dicho en pocas palabras: Dios dice que el amor es guardar sus mandamientos. Eso convierte al amor en algo concreto. Pero Dios no se ha limitado a darnos la definición del amor, también nos ha explicado cómo podemos amar de la manera que Él ama. Cuando Dios nos dio su Palabra, en ella nos dio también el manual del amor por escrito. Lo único que tenemos que hacer, para andar en amor, es seguir sus instrucciones.

Si ha hecho a Jesucristo el Señor de su vida, ya ha dado el primer paso de obediencia. El amor de Dios ha nacido dentro de usted. Pero, a menos que dé pasos para cultivarlo, ese amor permanecerá latente en su interior. El amor obra de la misma manera que la fuerza de la fe. Al igual que la fe, el amor se activa mediante el conocimiento de la Palabra.

Para estar consciente del amor, confiese la Palabra de Dios y póngala en práctica. Al meditar en la lectura bíblica de hoy, imagínese a sí mismo viviendo la vida de amor, andando según los mandamientos de Jesús y siendo guiado por estos. Cultive el amor que Él ha puesto dentro de usted.

Cita para meditar: 1 Juan 2:3-11

3 En esto sabemos que nosotros lo conocemos, si guardamos sus mandamientos.

4 El que dice: «Yo lo conozco», pero no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso y la verdad no está en él.

5 Pero el que guarda su palabra, en ese verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.

6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.

7 Hermanos, no os escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio. Este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.

8 Y, sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando y la luz verdadera ya alumbra.

9 El que dice que está en la luz y odia a su hermano, está todavía en tinieblas.

10 El que ama a su hermano, permanece en la luz y en él no hay tropiezo.

11 Pero el que odia a su hermano está en tinieblas y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.

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