Dios ha prometido que todo creyente está rodeado por Su presencia (Sal. 34:7). Él nos asegura que aun las situaciones más difíciles son parte de Su plan, y que nada puede tocar nuestras vidas sin Su permiso.
Tenemos muchas interrogantes en cuanto a la presencia del Señor en todo. Por ejemplo:
• ¿Es Dios quien hace que la gente peque? Dios nunca propicia el pecado ni nos tienta a pecar. Su propósito es librarnos del poder del pecado (Col. 1:13) y transformarnos a la imagen de Jesús (Ro. 8:29).
• ¿Cómo puede Dios usar nuestro pecado para traer bien? Él utilizará las veces que caigamos para revelarnos nuestra verdadera naturaleza: nuestras debilidades, nuestras faltas y nuestro orgullo. Su Espíritu nos convencerá del pecado y nos llevara al verdadero arrepentimiento. Además, nos enseñará las consecuencias de la desobediencia y lo maravilloso de Su naturaleza perdonadora.
• ¿Está Dios presente en las vidas de quienes no son parte de Su familia? Dios está involucrado en la vida de los incrédulos, pero de una manera diferente, ofreciéndoles siempre Su amor para convencerlos del pecado y de su necesidad de un Salvador. Sin embargo, no pasa por alto su rebelión (Ro. 1:18-25).
Jesús, quien nunca pecó, sufrió Su vida terrenal, por las faltas, la rebelión espiritual y la ignorancia de los hombres. Pero Dios estuvo presente en cada aspecto, usándolo todo para nuestro bien y para Su gloria.
El Espíritu Santo está dispuesto a enseñarnos acerca de este tema. ¿Quisiera usted venir a las Escrituras con una mente abierta, armonizando su pensamiento con la verdad de Dios?
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