viernes, marzo 22, 2013

El es nuestro salvador y nuestro Dios.

Leyendo el salmo 42 esta mañana, observe a un hombre que conforme a lo que está escrito en la palabra, pero mucho tiempo después en el nuevo testamento, pero ya escrito desde el principio en el corazón, dice filipenses 4:6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y súplica, con acción de gracias.


Vemos en el salmo 42 a un hombre completa y totalmente abatido, que le dice a Dios su situación, pero después reconoce lo que Dios es y lo que puede hacer por nosotros, le habla a su alma y le pregunta que por que se abate dentro de si, le dice que espere en Dios porque aun he de alabarlo, en medio de aquello tan grande que le estaba aconteciendo.

El se enfrentaba a la situación, ha El mismo y a los comentarios de las personas, que le preguntaban que donde está tu Dios. Pero a pesar de todo esto el nombre se mantenía firme en se convicción de que Dios había de librarlo de esa situación tan complicada que le traía dolor aun a sus huesos.

Ta has preguntado hasta cuando he vivir esto, cuantos oraciones he de hacer a mi Dios,

En efesios 6: 14 en adelante encontramos la recomendación del Apóstol de:

1. Estar firmes ceñida nuestra cintura son la verdad

2. Vestido de la coraza de justicia.

3. Calzado los pies con la prontitud de dar el evangelio.

4. Tomar el escudo de la fe para apagar los dardos del maligno.

5. Tomar el yelmo de la salvación y la espera del espíritu que es la palabra de Dios

6. Orar en el Espíritu en todo tiempo, con toda oración y ruego, y velando con perseverancia por los santos.

Tenemos que tomar el control de la situación luchando en lo espiritual, si nos damos cuenta en el salmo 42 hay pinceladas de lo que decían de su Dios, pero gran evidencia de lo que podía hacer su Dios.

Y es lo que tenemos hacer, olvidarnos de los que nos recuerdan la situación difícil, de los que hacen comentarios blasfemos en contra de nuestro Dios, y concentrarnos en su grandeza, reconociendo su poderío, saber que, aunque nuestra alma se abata dentro de nosotros, debemos espererar en Dios, porque aun he de alabarlo, él es nuestro salvador y nuestro Dios.

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