La promesa para el mes de Febrero se encuentra en Isaías 60:18 y dice que “Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción, ni quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus muros llamarás salvación y a tus puertas alabanza. Al hablar de tierra se refiere a nación, ciudad, provincia, territorio, familia, iglesia. Hay muchas formas de ejercer la violencia, hay violencia externa, pero también interna, porque aún hay personas que se violentan a sí mismos, por cuanto no han aprendido a amarse, ni a perdonar. Hay quienes se agreden a sí mismos, y hasta se desvaloran. Algunos se sienten tristes o desanimados y alimentan estos sentimientos negativos escuchando canciones que los deprimen aún más. Esto es como quien echa vinagre al jabón. Pero nosotros hemos aprendido un nuevo canto. El Señor es quien pone muros de protección alrededor nuestro.
Hay marcas positivas y negativas que los padres pueden poner sobre sus hijos. La Palabra dice que las tinieblas no puede prevalecer antes la luz verdadera. Si tienes la luz, las tinieblas van a huir de ti. Dios quiere cuidarnos y enviar bendición a esta isla, pero ahora vemos sucesos que antes no veíamos. Se han perdido valores y principios, se hace más difícil encontrar gente fiel, leal y sincera. Pero, ¿qué dice Jesús? No dice fui, o seré, sino dice Yo soy.
Juan 8:12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo;el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Yo soy, nos habla de poder. Dios se reveló de esta manera por primera vez a Moisés en el desierto, cuando lo envió a ser el libertador del pueblo de Israel. Cuando Moisés le preguntó a Dios: “Si les digo quién me envía, ¿qué les diré? Dios les dijo: Diles que “Yo soy”, te envía. Cristo es el Gran Yo Soy. Él es hoy, ayer y mañana.
Los antepasados lo habían conocido como EL Shadday, el Dios Todopoderoso, pero ahora iban a conocerlo también como Jehová de los Ejércitos, pues ahora los llevaría a la tierra prometida. Necesitamos a Jehová de los Ejércitos. Para que la luz se evidencie, tienen que huir las tinieblas. La clave para la bendición es saber que:
Él es da la luz del mundo, Dios es luz y en Él no hay tinieblas.
Para tener la luz, hay que seguirlo, pero a veces no queremos seguir sus pisadas y queremos irnos delante. Mas la Palabra lo que dice es que sus ovejas conocen Su voz y le siguen. No siempre es fácil seguirle, pues el que le sigue tiene su naturaleza, pues es necesaria para poder andar por sus mismos caminos.
En Cristo estaban las naturalezas de cordero y león. El es el Cordero, y el León de la Tribu de Judá. Por ejemplo cuando estuvo ante Pilatos, y este le preguntaba si se consideraba rey de los judíos, respondió: “No lo digo yo, sino tú (versos parafraseados). Pilatos indagaba sobre la verdad, sin embargo se envolvió en su propia necedad. Luego Jesús le dijo, más adelante, que no tendría ningún poder sobre Él, sino le hubiera sido dado de arriba. Ante su necedad, Jesús permaneció callado. Aún el necio, dice la Palabra, que es considerado sabio cuando calla, sin embargo, en ocasiones cuesta mucho permanecer callados. Lo más hermoso es cuando uno se vuelve cordero. Los corderos se caracterizan porque mueren mudos. Y no se puede resucitar a quien no ha muerto. Para seguir a Jesús hay que vivir lo que Él hace. Deja que yo pelee tu batalla, te dice Dios. Déjame a mí. Sigue mis pisadas. ¿Acaso no dice la Palabra que es necesario que el grano de trigo caiga por tierra y muera para que lleve mucho fruto? Así sucedió con Jesús, murió y llevó mucho fruto. A veces es necesario permanecer humildes y callados, morir a nuestro yo, para poder llevar mucho fruto.
Pero también hay momentos en que es necesario ser León, pero no en la carne, porque no es andar cómo León, porque este es el diablo. Dice la Palabra: “Rugirá el León en la selva sin haber presa? (Amós 3:4). Pues hay quienes rugen, pero solo presumen porque no tienen presa. Porque el león cuando avanza no vuelve atrás. Si de verdad queremos imitar a Jesús, debemos terminar las cosas buenas que hemos iniciado. Jesús es la luz del mundo. La Biblia dice que si alguno quiere ir en pos de Él, debe tomar tu cruz cada día y negarse a sí mismo, y seguirlo. Es un compromiso diario, de muerte. No se puede gritar, ni salir corriendo, si golpear, ni patear. ¿Quieres seguir a Jesús? Vas a tener la luz de la vida, pero esto no es algo superficial. Es para gente salva.
¿Qué es la luz de la vida?
Isaías 9:2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.
2 Co 4:6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz,es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Es que la luz resplandezca en nuestros corazones, y que la gente pueda ver a Cristo en nosotros. Aún el más inconverso puede reconocer que eres hijo o hija de Dios. Dios nos da la paz que sobrepasa todo entendimiento, es la paz de Cristo que dijo: “Mi paz os dejo, mi paz os doy, yo no la doy como el mundo la da”.
Mat 5:14-16 Vosotros sois la luz del mundo;una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero,y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Primero Jesús se identificó como la luz, pero este pasaje dice que somos nosotros. Es que la gente mira a Cristo a través de nuestros hechos, porque somos como cartas abiertas para el mundo. No hablamos de ser perfectos, sino perfectamente perdonados, que estamos dando frutos.
Lo que hace notorio un lugar son las vidas que tienen la luz de Cristo.
Pro 11:10 En el bien de los justos la ciudad se alegra; mas cuando los impíos perecen hay fiesta.
Los justos son los perdonados.
Pro 11:11 Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida; mas por la boca de los impíos será trastornada.
Debemos revisar que no seamos de los que maldicen con su boca, pues por esta causa, Israel no entró en la tierra prometida. Dios les dijo que por cuanto habían hablado mal de la tierra que Él les había prometido, no entrarían. Tengamos cuidado de hablar mal de nuestros jefes, trabajos, empresas, esposos, hijos. Bendigamos y no maldigamos.
“Haciendo todo sin murmuraciones ni contiendas” (Fil 2:14).
En Mateo 5:15 dice que la luz debe ponerse sobre el candelero.
Ap. 1:20 nos explica con más detalle: “El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias”.
¿Perteneces a una congregación?, ¿tienes un pastor? La bendición que recibes, llévala a tu casa para que alumbre a todos. Lo que recibas de parte de Dios, llévalo a tu casa, bendice con paz y amor.
DIOS ES LUZ
Nuestra luz debe brillar sobre esta ciudad, sobre nuestra casa, los demás y el mundo entero.
1Jn 1:5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.
1Jn 1:6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;
1Jn 1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
1Jn 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
1Jn 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
1Jn 1:10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Debemos pedirle a Dios que quite la mentira de nuestra boca, y practicar la verdad. La sangre de Cristo no es efectiva en nosotros si no tenemos comunión. Arréglate con tu hermano. Si tenemos pecado, debemos confesarlo delante de Dios. Para que la luz se refleje en nosotros el vaso debe estar limpio.
La ira, con rienda suelta es un pecado. Muchos se escudan en su carácter para justificar la ira y el enojo. Así también los son el robo y la mentira.
1Jn 2:8 ……porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.
Debemos pedirle a Dios que ilumine todas las áreas de nuestras vidas. Cada día hay algo nuevo.
Pro 4:18 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.
1Jn 2:9-11 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
JESUCRISTO Y LA POTESTAD DE LAS TINIEBLAS
Jesús, la luz que venció las tinieblas.
Juan 1:4-5 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Génesis 1:1-3
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz;y fue la luz.
Jesucristo es la luz que iluminó. Las tinieblas no prevalecieron. Fuimos hechos a su imagen y semejanza, para que reflejáramos a Dios, pero pecamos.
Lucas 22:53 Habiendo estado con vosotros cada día en el templo,no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.
Juan 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Jesús expresó tres veces que no fuera hecha su voluntad sino la del Padre. Estuve muerto por tres días y al tercero resucitó. Cuando Judas lo estaba vendiendo dijo que había llegado la hora y la potestad de las tinieblas. ¿A qué se refirió?
Mateo 27:45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Hubo tinieblas por tres horas, desde la hora sexta hasta la novena, un eclipse total, desde las doce del medio día, hasta las tres de la tarde. Pedro negó a Jesús, tres veces y así vemos que el número tres estuvo muy relacionado con el Señor.
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