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Si alguna noticia reciente sobre la recesión ha sacudido tu confianza, tengo una noticia de primera plana que te infundirá ánimo. Si has estado preocupado por el efecto que tendrá el estado actual de la economía en tu futuro financiero, tengo un informe fundamentado en la Biblia que puede traer tranquilidad a tu mente y librarte de toda preocupación financiera. >> ¡En el reino de Dios no hay recesión!
Fíjate bien que no he dicho que en el cielo no hay recesión. Aunque eso es cierto, las riquezas que disfrutaremos en el cielo, hoy no llenarán nuestro tanque de gasolina. Tampoco ponen comida en nuestra mesa ni un techo sobre nuestra cabeza mientras vivamos en el planeta Tierra. }
El cielo está en nuestro futuro. Sin embargo, el reino de Dios es una realidad de nuestro presente. No solamente existe en el cielo, sino también en la Tierra, donde Jesucristo es Rey. Así que, como creyentes, podemos disfrutar de los beneficios del reino de Dios y disponer de sus recursos, no solamente en el promisorio mundo futuro, sino también en este presente tan difícil.
Nosotros no tenemos que depender del sistema de un mundo caído para obtener nuestro sustento ni tenemos que sufrir los graves estragos de una economía con fuertes altibajos, con sus recesiones y sus depresiones.
Podemos vivir con abundancia en cualquier economía, porque en el reino de Dios “LA BENDICIÓN del Señor, es la que [¡siempre!] Enriquece, y no añade tristeza con ella”, Proverbios 10:22).
Alguna persona podría decirme: “Pero hermano, si eso es cierto, ¿por qué muchos de nosotros tenemos que trabajar hasta el agotamiento en dos trabajos solo para cubrir nuestras necesidades?” Porque como todo en el reino de Dios, la parte financiera de LA BENDICIÓN funciona mediante la fe, y cuando nos
estamos esforzando para suplir nuestras propias necesidades, no estamos obrando con fe. Estamos confiando en nuestro propio esfuerzo. En vez de actuar de acuerdo al reino de Dios actuamos de acuerdo al sistema de las finanzas del mundo.
En ese sistema la gente vive haciendo de sí misma su propio dios. Actúan como si fueran su propia fuente de provisión, de modo que siempre están tratando de cubrir sus necesidades. Se pasan la vida siguiendo al dinero. Jesús le llamó a eso el sistema de “mammon” (dios de las riquezas y la codicia), y de forma terminante les dijo: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará [le importará poco y tomará con ligereza] al otro. No podéis servir a Dios y a [mammon] las riquezas”, (Mateo 6:24).
La palabra dice que por nada estéis afanosos, cuantas veces has escuchado la gente recitar el salmo 23, es hora que tu asimiles lo que allí dice, no que lo recites, sino que lo crees y lo vivas, Dios esta con nosotros.
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