La Biblia dice que somos reyes y sacerdotes (Apocalipsis 1:6) y vencedores sobre el mundo (1 Juan 5:4). Pero para la mayoria de nosotros esas son solo palabras que aun no se han convertido en realidad. Hemos sido enga?ados por el diablo para que vivamos vidas derrotadas. Aun no entendemos quienes en realidad somos.
En 1 Cronicas 14 vemos que David tuvo un problema parecido. Habia sido ungido como rey por el profeta Samuel cuando era un adolescente. Por años supo que algun dia reinaria sobre Israel; sin embargo, no estaba convencido de ello.
Pero vea lo que dice el versiculo 2: "Entonces entendio David que Jehova lo habia confirmado como rey sobre Israel, pues habia exaltado su reino sobre su pueblo Israel". !Por fin quedo convencido! David entendio que el Señor lo habia establecido como rey. Me imagino a David diciendo: "Soy rey. !En realidad soy rey! !YO SOY REY!" En ese momento, ser rey dejo de ser un sue?o para David y se convirtio en una realidad; el pudo verse como rey.
Sin embargo, en todo esto somos mas que vencedores por medio de aquel que nos amo.
–(Romanos 8:37)
Que tiene que ver eso con nosotros? Pues, al igual que David, se nos ha asignado un oficio real, solo que se nos ha hecho dificil creerlo. Pero hasta que no creamos, no podremos ejercer el poder o la autoridad de ese oficio.
Por ejemplo, supongamos que alguien esta enfermo. Esa persona podra gritar 50 veces al dia que por las heridas de Cristo es sanada; podra esperar ser sanada; podra creer con todas sus fuerzas en la sanidad. Pero si no se ve realmente completa y sana en Cristo Jesus, si no se ve "sanada" en lugar de verse "enferma", nunca recibira ayuda sobrenatural. Pero una vez que llegue a entender y a darse cuenta de que es "sanada", nadie, ni siquiera el diablo mismo, podra impedirle que sea sanada.
No deje que el diablo le siga engañando. Permanezca en la Palabra de Dios para que pueda pasar de la creencia al conocimiento cierto. Leala y meditela. Vease a traves de los ojos de la Palabra de Dios hasta que su posicion en la familia real de Cristo sea una realidad en su vida.
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