En 1963, durante una marcha pacifica en los estados unidos, Martín Luther King, dio su convertido en famoso discurso ^Tengo un Sueño. Elocuentemente pidió que la libertad sonara por toda montaña por toda la nación.
El costo personal que tuvieron que pagar, tanto él como los que se unieron a este pacifico movimiento de resistencia fue elevado, pero pronto comenzó el verdadero cambio.
Dios uso ese discurso para despertarla conciencia de los estados unidos, y luchar por la libertad de los oprimidos y subyugados.
En el siglo VIII a.c., en medio de la injusticia a nivel personal y nacional, el profeta Isaías fue usado por Dios para despertar la conciencia de su pueblo.
La vida en el espíritu muy cómoda había llevado al pueblo a la violencia e insensibilidad hacia los demás seres humanos. El pueblo de Dios estaba oprimiendo a los pobres y sustituyendo con prácticas religiosos una vida auténticamente justa.
Dios los censuro y reto a una vida espiritual que se expresara volviéndose a el en arrepentimiento y liberando a las personas.
Al igual que Isaías, hemos sido enviados a proclamar que los cautivos si se entregan a Dios, son libres, que los oprimidos puedan que dar libres de sus opresores y que el tiempo agradable del Señor Jesús ha llegado, que todos podemos alcanzar el sueño de la liberta a través del Espíritu Santo nuestro otro Consolador.
MATEO 28;19-20: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."
sábado, abril 25, 2009
jueves, abril 23, 2009
El ladrón sorprendido
El enemigo nos ha robado, es ladrón que vino a matar, robar y destruir. Pero la Palabra nos enseña que cuando le ladrón es sorprendido, cuando nos damos cuenta del daño que ha hecho en nuestras vidas, entonces debe devolver lo que ha robado, 7 veces,
Proverbios 6:30 No tienen en poco al ladrón si hurta Para saciar su apetito cuando tiene hambre;31 Pero si es sorprendido, pagará siete veces; Entregará todo el haber de su casa.
Ejemplo de la reina Ester
Hubo una niña judía llamada Hadasa la cual quedó huérfana y fue adoptada por su tío Mardoqueo. Este le puso por nombre Ester ya que vivirían en el imperio del rey Asuero (de India a Etiopía). Ester era hermosa y por la mano de Dios, llegó a ser la reina elegida por Asuero en lugar de la reina Vasti, seleccionada entre una gran cantidad de doncellas. Siendo ya reina, se presenta un momento crucial para el pueblo judío. Dada su posición, Mardoqueo solicita la intercesión de Ester para salvar al pueblo, pero ella vacila con temor.
Analizando todo la historia de Ester, los cambios drásticos que hubo de enfrentar en su vida: horfandad, cambio de familia, cambio de nombre, cambio de país, cambio de cultura, llegar a ser reina de un vasto impero…no sería ilógico pensar que Ester estuviera desubicada. Las palabras sabias de Mardoqueo hicieron que Ester se diera cuenta de la transcendencia de su ubicación.
Ester 4:13 Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. 14 Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?
Es muy probable que Ester pensara que viviendo en palacio y siendo la reina, estaba salva y no sería afectada. Pero cuando ella comprendió que esta amenaza pesaba también sobre su cabeza pudo ejercer su función de intercesora; pues para ese tiempo preciso, Dios la había puesto en ese lugar de preeminencia.
Al igual que Ester, nosotros podemos estar en una posición clave, única que nos permite cumplir con un propósito particular, útil, de bendición para muchos pero no estar alcanzando nada de ello por no entender nuestra ubicación. La desubicación impide que obtengamos los beneficios de nuestra posición. Estar ubicados es entender que estamos en este tiempo y lugar para el cual fuimos diseñados y preparados por nuestro Hacedor.(continuará...)
Proverbios 6:30 No tienen en poco al ladrón si hurta Para saciar su apetito cuando tiene hambre;31 Pero si es sorprendido, pagará siete veces; Entregará todo el haber de su casa.
Ejemplo de la reina Ester
Hubo una niña judía llamada Hadasa la cual quedó huérfana y fue adoptada por su tío Mardoqueo. Este le puso por nombre Ester ya que vivirían en el imperio del rey Asuero (de India a Etiopía). Ester era hermosa y por la mano de Dios, llegó a ser la reina elegida por Asuero en lugar de la reina Vasti, seleccionada entre una gran cantidad de doncellas. Siendo ya reina, se presenta un momento crucial para el pueblo judío. Dada su posición, Mardoqueo solicita la intercesión de Ester para salvar al pueblo, pero ella vacila con temor.
Analizando todo la historia de Ester, los cambios drásticos que hubo de enfrentar en su vida: horfandad, cambio de familia, cambio de nombre, cambio de país, cambio de cultura, llegar a ser reina de un vasto impero…no sería ilógico pensar que Ester estuviera desubicada. Las palabras sabias de Mardoqueo hicieron que Ester se diera cuenta de la transcendencia de su ubicación.
Ester 4:13 Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. 14 Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?
Es muy probable que Ester pensara que viviendo en palacio y siendo la reina, estaba salva y no sería afectada. Pero cuando ella comprendió que esta amenaza pesaba también sobre su cabeza pudo ejercer su función de intercesora; pues para ese tiempo preciso, Dios la había puesto en ese lugar de preeminencia.
Al igual que Ester, nosotros podemos estar en una posición clave, única que nos permite cumplir con un propósito particular, útil, de bendición para muchos pero no estar alcanzando nada de ello por no entender nuestra ubicación. La desubicación impide que obtengamos los beneficios de nuestra posición. Estar ubicados es entender que estamos en este tiempo y lugar para el cual fuimos diseñados y preparados por nuestro Hacedor.(continuará...)
miércoles, abril 22, 2009
la Columna de la Ubicación.
Estar correctamente ubicado es un punto muy importante en la vida de las personas. Hoy en día muchos andan totalmente desubicados queriendo ser lo que no son. El soltero quiere estar casado, el casado quiere divorciarse, el joven quiere ser adulto, el adulto quiere volver a ser joven. En esto se pierde una gran cantidad de recursos, tiempo y esfuerzo y las personas no logran alcanzar el éxito.Éxito no es la realización progresiva de todas tus metas, sino que el ser exitoso se puede definir como estar ubicado en la posición que te permita hacer aquello para lo que Dios te creó, lo cual trae bendición para ti y los que te rodean.
Si nos ubicamos en el momento y lugar correctos seremos de bendición para nosotros mismos y los que nos rodean. En la Biblia es muy importante tomar en cuenta la primera mención de cualquier tema, por eso la importancia de esta primera pregunta que Dios le hace al hombre. (Génesis 3:9) “¿Dónde estás tú?” Siendo Dios omnisciente obviamente que sabía donde estaban Adán y Eva, sin embargo la Palabra registra esta pregunta.
Al momento de la caída perdimos las columnas de nuestra personalidad. La pérdida de una columna trae un desplome o debilitamiento en cualquier construcción. Una de las columnas perdidas fue la ubicación. Cuando Dios busca a Adán por el huerto, no lo encuentra en su lugar habitual, sino que éste se había escondido detrás de los árboles. A pesar de que Adán y Eva habían escuchado la voz de Dios muchas veces, al oírlo esta vez, luego de su transgresión, sintieron miedo.En estos tiempos, así como en el principio, los hombres también sienten miedo.
Muchos hoy en día, los cuales tenían su confianza puesta en sus inversiones y riquezas han perdido todo de la noche a la mañana, muchos temen por su seguridad, y así, en el mundo de hoy las personas no saben en quien confiar. El temor es un sentimiento tremendamente negativo, pues paraliza a las personas.
Antes de los acontecimientos del 911, la economía mundial era regida por la ley de la oferta y la demanda; luego de esta fecha, el temor gobierna la economía mundial, pues basta un rumor o anuncio de alguna calamidad y los precios se disparan. Hoy más que nunca necesitamos a Dios, quien es amor, porque el perfecto amor echa fuera el temor.
Todos deberíamos cuestionarnos acerca de donde nos encontramos actualmente. ¿Estamos ubicados en la posición correcta? Muchos pierden el tiempo. Si nos encontramos ubicados en Dios y por Dios estaremos felices cumpliendo con nuestro propósito de ser, llevando frutos de bendición.
Es evidente que el éxito según los parámetros del mundo no llena las necesidades internas de las personas, pues muchos que parecen haberlo alcanzado son terriblemente desdichados en sus vidas personales.
Si nos ubicamos en el momento y lugar correctos seremos de bendición para nosotros mismos y los que nos rodean. En la Biblia es muy importante tomar en cuenta la primera mención de cualquier tema, por eso la importancia de esta primera pregunta que Dios le hace al hombre. (Génesis 3:9) “¿Dónde estás tú?” Siendo Dios omnisciente obviamente que sabía donde estaban Adán y Eva, sin embargo la Palabra registra esta pregunta.
Al momento de la caída perdimos las columnas de nuestra personalidad. La pérdida de una columna trae un desplome o debilitamiento en cualquier construcción. Una de las columnas perdidas fue la ubicación. Cuando Dios busca a Adán por el huerto, no lo encuentra en su lugar habitual, sino que éste se había escondido detrás de los árboles. A pesar de que Adán y Eva habían escuchado la voz de Dios muchas veces, al oírlo esta vez, luego de su transgresión, sintieron miedo.En estos tiempos, así como en el principio, los hombres también sienten miedo.
Muchos hoy en día, los cuales tenían su confianza puesta en sus inversiones y riquezas han perdido todo de la noche a la mañana, muchos temen por su seguridad, y así, en el mundo de hoy las personas no saben en quien confiar. El temor es un sentimiento tremendamente negativo, pues paraliza a las personas.
Antes de los acontecimientos del 911, la economía mundial era regida por la ley de la oferta y la demanda; luego de esta fecha, el temor gobierna la economía mundial, pues basta un rumor o anuncio de alguna calamidad y los precios se disparan. Hoy más que nunca necesitamos a Dios, quien es amor, porque el perfecto amor echa fuera el temor.
Todos deberíamos cuestionarnos acerca de donde nos encontramos actualmente. ¿Estamos ubicados en la posición correcta? Muchos pierden el tiempo. Si nos encontramos ubicados en Dios y por Dios estaremos felices cumpliendo con nuestro propósito de ser, llevando frutos de bendición.
Es evidente que el éxito según los parámetros del mundo no llena las necesidades internas de las personas, pues muchos que parecen haberlo alcanzado son terriblemente desdichados en sus vidas personales.
martes, abril 14, 2009
Salmos 61
1 [a] [b] Oye, Dios, mi clamor;
atiende a mi oración.[c]
2 Desde el extremo de la tierra[d]clamaré a ti
cuando mi corazón desmaye.
Llévame a la roca que es más alta que yo,[e]
3 porque tú has sido mi refugio
y torre fuerte[f] delante del enemigo.
4 Yo habitaré en tu Tabernáculo[g]para siempre;
estaré seguro bajo la cubierta de tus alas,[h] Selah
5 porque tú, Dios, has oído mis votos;
me has dado la heredad[i]de los que temen tu nombre.
6 Días sobre días añadirás al rey;
sus años serán como generacióny generación.
7 Estará para siempre delante de Dios;
prepara misericordia y verdadpara que lo conserven.
8 Así cantaré tu nombre para siempre,
pagando mis votos cada día.
atiende a mi oración.[c]
2 Desde el extremo de la tierra[d]clamaré a ti
cuando mi corazón desmaye.
Llévame a la roca que es más alta que yo,[e]
3 porque tú has sido mi refugio
y torre fuerte[f] delante del enemigo.
4 Yo habitaré en tu Tabernáculo[g]para siempre;
estaré seguro bajo la cubierta de tus alas,[h] Selah
5 porque tú, Dios, has oído mis votos;
me has dado la heredad[i]de los que temen tu nombre.
6 Días sobre días añadirás al rey;
sus años serán como generacióny generación.
7 Estará para siempre delante de Dios;
prepara misericordia y verdadpara que lo conserven.
8 Así cantaré tu nombre para siempre,
pagando mis votos cada día.
lunes, abril 06, 2009
«CÓMO ESTÁN LAS COSAS»
«¡Con cuánta pena me negué a la pretensión de mi hija Nené de que le comprara aquella lujosa muñeca que caminaba, abría y cerraba los ojos y decía “papá” y “mamá”!... Era una belleza. Lo único que la afeaba era esa horrible etiqueta que... decía... $32.50.
»La compra estaba... fuera de nuestro alcance.... En aquella trágica época... vi... entrar a dos hombres en una guarapera y pedir un guarapo de a [centavo] y dos vasos....
»Había que apelar a la convicción. Al hacerlo cometí el mayor de los errores... de razonarle a mi hija de esta forma:
—Hija mía, ya tú eres mayor, casi una mujercita, y puedes darte cuenta de la situación. Las cosas no están para comprar una muñeca tan cara. Tú sabes que la Escuela Normal está cerrada y no me pagan el sueldo. Ahora tampoco gano nada en el Sanatorio. Nos cuesta mucho trabajo obtener lo necesario para vivir. Más adelante, cuando las cosas mejoren, yo te prometo comprarte una así.
»Mi razonamiento produjo una reacción inesperada. No hubo resistencia, ni insistió más en su petición, pero grandes sollozos interrumpían su respiración y sus lindos ojos negros eran un inagotable manantial de lágrimas.
—Pero hija mía —le dije—, sé razonable. Date cuenta de que no es posible complacerte en tu deseo. ¿Qué más quisiera yo que darte gusto?
»Y mi pequeña hija, entre sollozo y sollozo, me hizo sentir apesadumbrado y culpable, al contestarme:
—Pero papá, si yo no lloro por la muñeca, sino por cómo están las cosas.»1
Así concluye la anécdota del elocuente escritor y médico cubano Mario Dihigo, que fue miembro de la Federación Médica de Cuba durante el régimen de Machado, y ejerció su profesión en una de las plazas del Sanatorio de la Colonia Española. Casi todos nosotros podemos identificarnos con esa patética escena que describe en su obra titulada Cosas de muchachos. Todos, incluso nuestro Padre celestial y su Hijo Jesucristo. Aunque muchos lo desconozcan, el Hijo de Dios, durante la semana de su Pasión, lloró por Jerusalén, no porque no pudiera pagar el precio de su rescate, sino por cómo estaban las cosas. «¡Cómo quisiera que hoy supieras lo que te puede traer paz!», le dijo desconsoladamente Cristo a aquella ciudad escogida, y le advirtió que iba a ser arrasada por no reconocer el tiempo que Dios había dispuesto para salvarla.2 Así mismo llora por nosotros actualmente, por todos los que no hemos permitido que Él nos abrace y nos muestre su gran amor. Aceptemos hoy mismo el precio que pagó para salvarnos. Sólo así disfrutaremos de la paz interior que Él vino a traernos.3
por Carlos Rey
»La compra estaba... fuera de nuestro alcance.... En aquella trágica época... vi... entrar a dos hombres en una guarapera y pedir un guarapo de a [centavo] y dos vasos....
»Había que apelar a la convicción. Al hacerlo cometí el mayor de los errores... de razonarle a mi hija de esta forma:
—Hija mía, ya tú eres mayor, casi una mujercita, y puedes darte cuenta de la situación. Las cosas no están para comprar una muñeca tan cara. Tú sabes que la Escuela Normal está cerrada y no me pagan el sueldo. Ahora tampoco gano nada en el Sanatorio. Nos cuesta mucho trabajo obtener lo necesario para vivir. Más adelante, cuando las cosas mejoren, yo te prometo comprarte una así.
»Mi razonamiento produjo una reacción inesperada. No hubo resistencia, ni insistió más en su petición, pero grandes sollozos interrumpían su respiración y sus lindos ojos negros eran un inagotable manantial de lágrimas.
—Pero hija mía —le dije—, sé razonable. Date cuenta de que no es posible complacerte en tu deseo. ¿Qué más quisiera yo que darte gusto?
»Y mi pequeña hija, entre sollozo y sollozo, me hizo sentir apesadumbrado y culpable, al contestarme:
—Pero papá, si yo no lloro por la muñeca, sino por cómo están las cosas.»1
Así concluye la anécdota del elocuente escritor y médico cubano Mario Dihigo, que fue miembro de la Federación Médica de Cuba durante el régimen de Machado, y ejerció su profesión en una de las plazas del Sanatorio de la Colonia Española. Casi todos nosotros podemos identificarnos con esa patética escena que describe en su obra titulada Cosas de muchachos. Todos, incluso nuestro Padre celestial y su Hijo Jesucristo. Aunque muchos lo desconozcan, el Hijo de Dios, durante la semana de su Pasión, lloró por Jerusalén, no porque no pudiera pagar el precio de su rescate, sino por cómo estaban las cosas. «¡Cómo quisiera que hoy supieras lo que te puede traer paz!», le dijo desconsoladamente Cristo a aquella ciudad escogida, y le advirtió que iba a ser arrasada por no reconocer el tiempo que Dios había dispuesto para salvarla.2 Así mismo llora por nosotros actualmente, por todos los que no hemos permitido que Él nos abrace y nos muestre su gran amor. Aceptemos hoy mismo el precio que pagó para salvarnos. Sólo así disfrutaremos de la paz interior que Él vino a traernos.3
por Carlos Rey
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