Bastará cuánto oremos, cuánto ayunemos, Cuántos silicios hagamos, o se necesita un corazón contrito y humillado delante de Dios para tener respuesta a nuestra verdadera necesidad, así como Jacob luchó con el varón y le fue cambiado su nombre y llamo Aquel lugar Peniel porque vio cara a cara, más...
Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.
Génesis 32:30
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