miércoles, octubre 14, 2020

EDIFICA, NO DESTRUYAS....

 Esta mañana mientras me dirigía caminando desde el parqueo de la casa al colmado, empezó a llover fuertemente, lo que me obligo a entrar a un lugar, Dios sabe todas las cosas, allí me encontré con una escena, una adolescente recién parida con un su hija de apenas 1 mes, media mojada por la lluvia, junto a ella habían 4 mujeres, que empezaron a acusarle y acosarle por la inmadurez y el descuido de no andar con  las cosas necesarias para la condición climática.


  La adolescente lo único que hizo en medio de todas aquellas palabrerías, fue llorar, aferrando su criatura al cuerpo tratando de darle calor mientras lloraba de frio, en el rostro se le veía que lo que necesitaba era orientación, que no está en esa circunstancia porque quería, sino porque se dio así, un mal paso, una mala decisión, un creer hacer lo correcto, sin medir las consecuencias.

 

A mi mente llego aquel versículo, cuando Jesús le llevaron la adultera, acusándola, a lo que solo atino a escribir en tierra algo y decir el que esté libre de pecado tire la primera piedra, cuando levanto la cabeza, pregunto a la mujer, donde están los que te acusan mujer  y Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.


Me pregunto por qué tanta condenación, porque tanta ira contra el que falla, porque empujar al abismo, porque no mejor dar amor, orientación, palabra de vida, buenas nuevas de salvación.


Termino citando Juan 12: 46-48   Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. 

 

Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. 

 

El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.


Ayudemos a levantar al caído, por mas fuerte que parezca su coraza, démosle amor, entendimiento y palabra de vida.

miércoles, septiembre 09, 2020

Principios de vida

 Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.

Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.

Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.

Tito 3:1-3

Si deseas vivir quieta y reposadamente, pon por obra esta palabra.  En ella encontraras vida.